Con la llegada del frío, los balnearios y aguas termales se convierten en refugios perfectos para quienes buscan relajación y bienestar en entornos tranquilos y naturales. Estos espacios, conocidos por combinar los beneficios terapéuticos del agua con paisajes impresionantes, se consolidan como opciones ideales para escapadas de invierno, ya sea en solitario, con amigos o en pareja. En España contamos con muy buenos spas, pero si traspasamos nuestras fronteras podemos contemplar y vivir experiencias únicas en paisajes nunca vistos.
De este modo, en Jordania, el complejo Ma’in Hot Springs se alza como uno de los rincones termales más impresionantes del mundo. Este espacio se ubica en la Gobernación de Madaba, Jordania, entre la ciudad de Madaba y la costa del Mar Muerto. Las aguas termales de Ma’in, conocidas localmente como Hammamat Ma’in, y constituyen un enclave natural alberga alrededor de 63 manantiales y varias cascadas de aguas termales, emergiendo de las montañas circundantes. Las precipitaciones en las tierras altas se filtran y calientan al pasar por rocas volcánicas subterráneas, alcanzando temperaturas de hasta 63 °C antes de brotar en el valle.
Históricamente, estas aguas han sido valoradas por sus propiedades terapéuticas. Se dice que Herodes el Grande se bañaba en ellas, y desde la época romana, personas de diversas regiones han acudido en busca de alivio para dolencias cutáneas, circulatorias y musculares. La alta concentración de minerales, especialmente sulfuro de hidrógeno, contribuye a sus beneficios medicinales.
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El entorno natural de Ma’in Hot Springs es un espectáculo visual que combina montañas escarpadas, formaciones rocosas únicas y exuberante vegetación, creando un contraste llamativo con las cálidas aguas termales que fluyen en la región. Las cascadas, que varían en altura e intensidad, desembocan en piscinas naturales donde los visitantes pueden disfrutar de baños relajantes rodeados de paisajes de una belleza singular. Este atractivo escenario ha impulsado el desarrollo de infraestructura turística que capitaliza su potencial tanto para el bienestar como para el ocio.
El Ma’in Hot Springs Resort & Spa, una de las principales instalaciones de la zona, destaca como un complejo de lujo que ofrece una experiencia integral de descanso y confort. Con acceso exclusivo a las aguas termales, el resort pone a disposición de sus huéspedes tratamientos de spa basados en las propiedades curativas de las aguas ricas en minerales.
También cuenta con piscinas al aire libre que aprovechan las cascadas naturales, saunas y una amplia variedad de opciones gastronómicas que incluyen platos tradicionales jordanos e internacionales. Este complejo atrae tanto a turistas locales como internacionales que buscan un equilibrio entre lujo y conexión con la naturaleza.
Para quienes no optan por hospedarse en el resort, hay alternativas accesibles. Las áreas públicas de aguas termales, gestionadas por el hotel, están abiertas al público mediante el pago de una tarifa de entrada. Estas áreas ofrecen una experiencia más sencilla pero igualmente enriquecedora. Además, a una distancia de aproximadamente 500 metros del resort, se encuentran otras cascadas y piscinas naturales de acceso gratuito. Aunque estas últimas carecen del mantenimiento que garantiza el resort, su entorno rústico y tranquilo resulta ideal para quienes buscan una experiencia más auténtica.
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La ubicación estratégica de Ma’in Hot Springs, a solo 30 kilómetros de la ciudad de Madaba y a 20 kilómetros de los principales resorts del Mar Muerto, facilita su acceso. Aunque el transporte público en la región es limitado, el viaje en vehículo privado es directo y cómodo, lo que lo convierte en una excursión popular tanto para quienes exploran Jordania como para los residentes locales.
La temporada ideal para visitar las aguas termales es durante los meses de invierno, cuando las temperaturas moderadas permiten disfrutar plenamente del entorno y las piscinas termales. En verano, las temperaturas en la región pueden superar los 40 grados Celsius, lo que podría restar comodidad a la experiencia, especialmente para los visitantes menos acostumbrados al calor extremo.