A poca distancia de la bulliciosa Londres, se encuentran pueblos que parecen sacados de postales, donde la historia, la arquitectura tradicional y los paisajes idílicos se combinan para ofrecer un refugio tranquilo. Desde calles empedradas bordeadas de casas con techos de paja hasta mercados tradicionales y castillos medievales, estas localidades destacan por preservar el encanto del pasado en un entorno rural que invita a la desconexión. Así, se han convertido en destinos perfectos para una escapada.
Uno de los más especiales es Rye, pues situado en East Sussex, a aproximadamente dos horas en tren desde Londres, cautiva al viajero gracias a su carácter medieval. Se puede decir que es el típico pueblo inglés, donde las calles empedradas y estrechas están flanqueadas por bellas casas de madera que siguen la tónica de la arquitectura típica de la zona. Todo ello conforma un conjunto que parece estar detenido en el tiempo y ha enamorado a todo aquel que se ha acercado.
Piedra, madera y un encanto único
Rye fue en el pasado un importante puerto comercial y miembro de la Confederación de los Puertos Cinque, una alianza medieval creada para la defensa y el comercio marítimo en la región. Aunque hoy en día el mar ha retrocedido, dejando al pueblo tierra adentro, su legado marítimo sigue presente en lugares emblemáticos como la Torre de Ypres, una fortaleza del siglo XIII que ahora alberga un museo que narra la historia local. Además, su posición estratégica también lo convirtió en un punto clave durante las incursiones normandas y la guerra de los Cien Años, lo que explica la fortificación de sus calles y edificios.
Esto se puede apreciar a día de hoy a la perfección, pues pasear por sus calles transporta al viajero siglos atrás. Y es que Rye es una localidad que está construida en ladrillo y madera y donde el viajero puede descubrir la esencia medieval en cada rincón. Uno de los lugares más singulares es Mermaid Street, una calle empedrada con pequeñas casas a ambos lados que parece sacada de un cuento.
De hecho, precisamente las casas que componen su entramado urbano son uno de los principales atractivos, pues muchas de ellas pertenecen a la Edad Media, mientras que otras son del siglo XVII. Muchas de ellas en esta zona conservan placas con nombres que aluden a su pasado, como “La Casa del Contrabandista” o “La Casa de los Dos Portales”. Además, la arquitectura del pueblo es una mezcla de estilos que abarca desde el medieval hasta el georgiano, con fachadas de ladrillo, techos de pizarra y ventanas de guillotina que reflejan la evolución histórica de la región.
Pero esto no es todo, pues también cuenta con un pintoresco patrimonio que se traduce en edificios como la iglesia católica de St Mary’s, donde se encuentra el reloj en funcionamiento más antiguo de Inglaterra, de 1561. Cabe destacar también el Mermaid Inn, una posada con más de 600 años de historia que fue refugio de contrabandistas en el pasado.
El vínculo con el arte y la literatura
Rye ha sido fuente de inspiración para numerosos artistas y escritores. Henry James, autor de Otra vuelta de tuerca, vivió durante años en Lamb House, una elegante mansión georgiana que ahora está abierta al público bajo la gestión del National Trust. Otros escritores como E.F. Benson y Radclyffe Hall también encontraron en Rye el entorno ideal para desarrollar su obra. El vínculo con las artes se mantiene vivo a través de festivales y eventos, como el Rye Arts Festival, que reúne cada año a músicos, escritores y artistas en un programa cultural que celebra la creatividad.
Más allá de su historia, Rye también es un punto de partida ideal para disfrutar de la naturaleza. A pocos kilómetros se encuentra Rye Harbour Nature Reserve, una reserva natural que alberga una gran diversidad de aves y especies marinas. Este espacio protegido es perfecto para practicar senderismo o simplemente disfrutar de la tranquilidad del paisaje. Por su parte, la cercana playa de Camber Sands, con sus dunas doradas, ofrece un contraste perfecto con el casco histórico del pueblo. Es un lugar popular para paseos y actividades al aire libre, atrayendo a familias y amantes del mar.