El pueblo español conocido como “el fin del mundo”: aislado y rodeado por barrancos

La variedad de paisajes en el territorio español generar un espacio único capaz de inspirar hasta al artista más aclamado

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Un acantilado en El Tablado, La Palma. (Adobe Stock)
Un acantilado en El Tablado, La Palma. (Adobe Stock)

Los paisajes españoles son tan sorprendentes como variopintos. Desde el desierto de Tabernas, en Almería, donde la NASA probó el robot explorador de la ExoMars 2020, a la Playa de las Catedrales en Galicia, todo el territorio está plagado de sorpresas. Mientras algunas de las joyas nacionales ya han sido pulidas, todavía quedan otras bien escondidas en los rincones más inesperados.

Los archipiélagos de España, tanto el balear como el canario, albergan grandes tesoros naturales. En concreto, hay que viajar hasta La Palma, al noroeste de las Islas Canarias. Conocida como la isla bonita, resguarda uno de los secretos mejor guardados de la zona. El Tablado, un pintoresco caserío, situado en el municipio de Garafía, ha sido apodado como “el fin del mundo”.

Su aislamiento, la impresionante belleza natural y la sensación de que no pasa el tiempo por sus calles, se han convertido en uno de los atractivos principales de la zona. Rodeado por los barrancos de Los Hombres y Fagundo, este pequeño pueblo es un retrato de la arquitectura rural canaria y un refugio para los amantes de la naturaleza.

El Tablado no es solo un destino turístico, sino una ventana a la vida tradicional canaria. Su localización lo convierte en un refugio para quienes buscan paz y autenticidad, mientras que sus paisajes y rutas ofrecen desafíos para los aventureros. En este rincón de La Palma, donde la modernidad apenas se asoma, se descubre la esencia de un pueblo que ha sabido resistir al paso del tiempo.

Un lugar donde el tiempo se detuvo

Este pequeño pueblo, al igual que muchos otros, ha logrado conservar la esencia de antaño. Entre sus calles se puede contemplar los rasgos característicos de la arquitectura tradicional canaria. Uno de los principales reclamos son las viviendas enclavadas entre las terrazas montañosas y con vistas al océano Atlántico. La única vía a la modernidad es, de hecho, la carretera asfaltada que llega hasta allí. Aunque, las antenas de televisión también se han incorporado a la vida de los vecinos de El Tablado.

El Barranco Fagundo, un atractivo de El Tablado. (Adobe Stock)
El Barranco Fagundo, un atractivo de El Tablado. (Adobe Stock)

El aislamiento no solo ha preservado su arquitectura y paisaje, sino también su tranquilidad. Es un lugar ideal para quienes buscan desconectarse del bullicio urbano y conectar con la naturaleza en su estado más puro. Este rincón de La Palma forma parte del Paisaje Protegido de La Palma, una categoría que garantiza su conservación y resalta su valor ambiental y cultural.

Históricamente, la vida allí no ha sido fácil. Los habitantes del pueblo debían enfrentarse a las empinadas pendientes y profundos barrancos que enmarcan la zona. En el pasado, los trabajadores descendían por senderos en zigzag, casi en vertical, para transportar madera y carbón desde la laurisilva y los pinares hasta los puertos de embarque en la costa.

A día de hoy, esas mismas rutas siguen funcionando, pero quienes las transitan son otros personajes totalmente diferentes. Para los valientes que quieran acudir a la zona, podrán descender por los riscos a través de estos caminos, ya que han sido reconvertidas en lugar de excursión para senderistas.

Uno de los principales atractivos de El Tablado es su conexión con la Gran Ruta GR 130, un sendero que rodea la isla. Desde este caserío, los caminantes pueden dirigirse hacia miradores impresionantes, como el que ofrece vistas al Barranco Fagundo, o explorar lugares históricos como la Cueva del Canga, desde donde se aprecia la magnitud del Barranco de Los Hombres.

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