España está repleta de localidades que, con su arquitectura, historia y paisajes, ofrecen un viaje al pasado y una conexión con lo auténtico. Así, desde el año 2010, la Asociación de Los Pueblos más Bonitos de España lleva “promocionando los pequeños municipios, preferentemente rurales, agrupados bajo una misma marca de calidad, a través de las acciones de promoción y eventos culturales que la asociación emprende tanto dentro como fuera de España”.
Es por ello, que 14 años después la selección está compuesta por 116 localidades repartidas por todo el país, a las que hay que sumar siete nuevas que han sido elegidas para el año 2025: Llerena y Jerez de los Caballeros (Badajoz), La Fresneda y Linares de Mora (Teruel), Berlanga de Duero (Soria), Poza de la Sal (Burgos) y Letur (Albacete). El anuncio se realizó durante la XII Asamblea Nacional de la Asociación Los Pueblos Más Bonitos de España, celebrada en Aínsa (Huesca).
En este evento se presentaron los nombres de los siete municipios que, a partir del 1 de enero de 2025, se integrarán en la prestigiosa red. Su incorporación permitirá promover conjuntamente la excepcional belleza de los paraísos rurales de España.
Llerena: patrimonio mudéjar en Extremadura
Llerena, situada al sur de Badajoz, es un municipio con un valioso legado histórico y artístico. Este enclave extremeño fue un importante centro cultural y religioso durante la Baja Edad Media, destacando como sede del Tribunal de la Inquisición en la región. La iglesia de Nuestra Señora de la Granada es un símbolo de la localidad, con una arquitectura que combina estilos mudéjar, gótico y renacentista. A pocos pasos, el Ayuntamiento y su Plaza Mayor porticada forman un conjunto urbano único. Además, el Museo Histórico ofrece una mirada a su rico pasado, que incluye influencias árabes, cristianas y judías.
Jerez de los Caballeros: la cuna de los templarios
Conocida como la ciudad de las torres, Jerez de los Caballeros destaca por su legado templario y barroco. Este municipio fue un enclave estratégico para la Orden del Temple, y su castillo, situado en lo alto de la colina, aún conserva restos de su esplendor medieval. Las torres de sus iglesias, como la de San Bartolomé y la de Santa María de la Encarnación, son visibles desde kilómetros de distancia, embelleciendo el horizonte. El casco histórico, declarado conjunto histórico-artístico, es un laberinto de calles empedradas que conducen a rincones llenos de historia. Además, su Semana Santa está reconocida de Interés Turístico Nacional.
La Fresneda: un rincón medieval en el Matarraña
La Fresneda, ubicada en el Matarraña, combina la belleza de un pueblo medieval con la tranquilidad del paisaje aragonés. Su Plaza Mayor es el corazón del casco histórico, donde se alzan el Ayuntamiento renacentista y la Lonja, que datan del siglo XVI. La subida al castillo, aunque en ruinas, recompensa con vistas panorámicas de la comarca. Este pueblo conserva tradiciones como la Semana Santa, que se vive con especial fervor. La Fresneda es también conocida por su gastronomía, con productos como el aceite de oliva del Bajo Aragón, que complementan la experiencia para quienes buscan un turismo rural de calidad.
Linares de Mora: la naturaleza al pie de la Sierra de Gúdar
Este pintoresco municipio turolense está rodeado por un entorno natural privilegiado, ideal para quienes buscan desconexión y contacto con la naturaleza. Linares de Mora es un conjunto histórico-artístico que parece detenido en el tiempo, con sus calles empinadas y casas de piedra decoradas con flores. La iglesia de la Inmaculada Concepción, de estilo gótico-renacentista, es uno de los principales atractivos, junto con el puente medieval que cruza el río Linares. En invierno, su proximidad a las pistas de esquí de Valdelinares lo convierte en un destino atractivo para los amantes de los deportes de nieve.
Berlanga de Duero: el esplendor de la Castilla histórica
Berlanga de Duero, en Soria, destaca por su majestuoso castillo del siglo XV, uno de los mejor conservados de la región. Este recinto amurallado domina el paisaje y narra historias de conflictos medievales y resistencia frente a los ataques musulmanes. El casco histórico alberga joyas como la colegiata de Santa María del Mercado, un imponente edificio renacentista, y el Palacio de los Marqueses de Berlanga, muestra de la nobleza local. Berlanga también es un punto de partida ideal para visitar el cercano Parque Natural del Cañón del Río Lobos, un entorno natural que complementa su riqueza histórica.
Poza de la Sal: cuna de Félix Rodríguez de la Fuente
Poza de la Sal es un pequeño pueblo burgalés que sorprende por su singularidad. Además de ser el lugar de nacimiento del naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, destaca por sus salinas, que datan de época romana y fueron fundamentales para su desarrollo económico durante siglos. El casco histórico, con sus calles empinadas y casas tradicionales, refleja el carácter medieval de la localidad. Su castillo, situado en un promontorio, ofrece vistas panorámicas que abarcan desde las salinas hasta los páramos burgaleses. Cada rincón de Poza de la Sal invita a conocer su historia y a disfrutar de su ambiente tranquilo.
Letur: balcones sobre la Sierra del Segura
En la provincia de Albacete, Letur es un pueblo con un encanto especial que combina su herencia andalusí con la belleza natural de la Sierra del Segura. Sus callejuelas estrechas y empinadas conducen a plazas y rincones pintorescos, como el mirador de la Molatica, que ofrece vistas espectaculares. La Iglesia de Santa María de la Asunción, de estilo gótico, es uno de sus principales monumentos. Letur es también conocido por sus fuentes y acequias, herencia de su pasado islámico. Además, el entorno natural que lo rodea es perfecto para actividades al aire libre, como senderismo y rutas en bicicleta.