En el corazón de la comarca de La Vera, sobre una ladera de la Sierra de Tormantos, en Cáceres, se erige una de las joyas arquitectónicas de nuestro país. Este rincón con cientos de años de historia guarda entre sus muros una larga historia que se puede admirar a día de hoy gracias a sus salas y sus claustros. Pues este monasterio, fue el elegido por el emperador Carlos V como su lugar de retiro y donde pasó sus últimos días de vida.
Pero no solo eso, pues el monasterio de Yuste es además una de las obras arquitectónicas más impresionantes de España, siendo un claro ejemplo del Renacimiento en nuestro país. Además, su situación privilegiada, en mitad de la naturaleza y situado apenas a dos kilómetros del pueblo de Cuacos de Yuste, hacen de la abadía un lugar perfecto para relajarse.
La morada de Carlos V
El origen del monasterio de San Jerónimo de Yuste se remonta al siglo XV, cuando el Infante Don Fernando, hermano de Enrique III, mandó fundarlo en el año 1408. Con una vida totalmente monástica dirigida por la Orden delos Jerónimos, su destino cambiaría radicalmente en el siglo XVI, cuando Carlos V, el monarca más poderoso de su tiempo, decidió abdicar en favor de su hijo Felipe II y retirarse a Yuste en 1556. Para adaptarse a las necesidades del emperador, se realizaron importantes modificaciones en el monasterio, incluyendo la construcción de un palacio anexo, junto a la iglesia de la zona sur.
Este pequeño edificio, de dos plantas con cuatro estancias cada una, alrededor de un patio interior, permitía a Carlos V acceder directamente desde sus aposentos a la iglesia del monasterio, donde asistía a misa diariamente. Así, desde sus últimos años, el emperador vivió en Yuste aquejado de enfermedades como la gota, rodeado de un séquito reducido y en una atmósfera de recogimiento espiritual. Sin embargo, su retiro no estuvo exento de actividad política. Desde el monasterio, Carlos V siguió al tanto de los asuntos de Estado, recibiendo informes y manteniendo correspondencia con su hijo Felipe II y otros líderes europeos.
El 21 de septiembre de 1558, Carlos V falleció en Yuste, dejando un legado que marcaría el devenir de Europa. Fue enterrado en la iglesia para, posteriormente, ser trasladado por deseo de Felipe II al Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial. Años más tarde, durante la guerra de la Independencia, la abadía fue incendiada y prácticamente destruida, lo que llevó a la expulsión de los monjes jerónimos y a la subasta de la propiedad. Este hecho marcó el inicio de un largo periodo de abandono y deterioro para el conjunto histórico. Sin embargo, el monasterio actual se reconstruyó sobre las ruinas del edificio original, recuperando parte de su antigua relevancia.
En 1931, fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento, y en 2007 recibió el reconocimiento de Patrimonio Europeo, subrayando su importancia como símbolo del legado histórico y cultural de Europa. Actualmente, el Monasterio de Yuste alberga la Academia Europea de Yuste, una institución dedicada a promover el patrimonio cultural europeo a través de actividades académicas y culturales. Entre sus iniciativas destaca el Premio Europeo Carlos V, que reconoce a personalidades e instituciones que contribuyen al proceso de integración europea y a la difusión de sus valores.
Una gran arquitectura y un bonito entorno
En cuanto a su arquitectura, la abadía cuenta con dos claustros, uno gótico y el otro renacentista contemporáneo de la iglesia construida en 1508-1525. El primero de ellos es el espacio más antiguo que se conserva de todo el monasterio, pues data del siglo XV. Por su parte, el claustro renacentista se le conoce también como monacal y destaca por presentar una plata cuadrada más luminosa que el gótico. Además, cuenta con más elementos decorativos.
A su vez, otro de los tesoros de la construcción es el ‘Cuarto Real’. Este es el dormitorio de o cámara de Carlos V y destaca por sus “vestiduras negras en recuerdo de su difunta esposa Isabel de Portugal”, señalan desde la web de Patrimonio Nacional. Esta habitación, además, se comunicaba directamente con el presbiterio de la Iglesia. Caben destacar también sus jardines y el entorno, pues estos primeros cuentan con un pequeño estanque en el Carlos V practicaba la pesca.
A su vez, la comarca de La Vera presenta un paisaje de montañas, arroyos cristalinos y bosques frondosos que brindan una atmósfera de paz y recogimiento. De este modo, la Sierra de Tormantos se caracteriza por su biodiversidad, donde es común observar especies como ciervos, jabalíes y aves rapaces, así como una rica flora que incluye castaños, robles y madroños. Los arroyos que atraviesan la zona, alimentados por manantiales, dotan al paisaje de un carácter fresco y dinámico.
Cómo visitarlo: horario y precios
Desde la web de Patrimonio Nacional indican que el horario de apertura del monasterio es de martes a domingo de 10:00 h a 18:00 h, siendo el último acceso a las 17:00 h. Además, desde el portal web señalan que la senda deberá estar desalojada a las 18:50 h. En cuanto al precio, la entrada general es de 7 €, mientras que la reducida es de 4 € y la de grupos de 6 €. Igualmente, si se desea guía hay que pagar 6 € adicionales y para la audioguía 5. Cabe destacar que el acceso es gratuito los miércoles y domingos de 15:00 h a 19:00 h.
Cómo llegar
Desde Cáceres, el viaje es de alrededor de 1 hora y 25 minutos por las carreteras A-66 y EX-203. Por su parte, desde Talavera de la Reina el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 15 minutos por la vía A-5.