La batalla del Jarama, librada entre el 6 y el 27 de febrero de 1937, fue uno de los enfrentamientos más cruentos de la Guerra Civil Española. Este enfrentamiento, desarrollado en las colinas y campos que rodean el río Jarama, en la Comunidad de Madrid, tuvo como objetivo estratégico el corte de las rutas de abastecimiento hacia la capital, entonces bajo control republicano. Las fuerzas sublevadas, lideradas por el general Varela, se enfrentaron a un ejército republicano reforzado por las Brigadas Internacionales, en un combate marcado por la resistencia feroz, el alto número de bajas y el uso intensivo de artillería y aviación.
A día de hoy, 87 años después, la batalla del Jarama se mantiene como un símbolo de resistencia y sacrificio en el contexto de la guerra. Tanto es así, que el espacio donde se desarrolló la batalla ha sido recuperado y convertido en un destino turístico único: el Parque Histórico de la Batalla del Jarama. Se trata de un recorrido por las proximidades de las localidades de Arganda del Rey, Rivas, San Martín de la Vega y Morata de Tajuña que no deja indiferente a nadie.
De hecho, este último pueblo se ha convertido en un lugar donde la memoria histórica de este episodio se mantiene y recuerda gracias a su Museo de la Guerra Civil y Posguerra. Pero Morata de Tajuña no es solo eso, pues situado en el corazón de la comarca de Las Vegas y la Alcarria, en Madrid, destaca por su patrimonio cultural e histórico, con monumentos de gran valor dentro de la Comunidad de Madrid.
Su historia y patrimonio
Los primeros indicios de ocupación en Morata de Tajuña se remontan a la prehistoria, como demuestran hallazgos arqueológicos que reflejan la presencia de comunidades humanas en la zona desde tiempos remotos. Durante la dominación romana, la localidad se integró en el territorio de Complutum, actual Alcalá de Henares, evidenciado por inscripciones y restos arquitectónicos de la época. A su vez, en la Edad Media, Morata adquirió importancia dentro de la comarca de Las Vegas.
Así, con el auge del feudalismo, pasó a formar parte de los dominios eclesiásticos, consolidándose como señorío en el siglo XIV tras ser otorgado al abad de un monasterio cercano. Este título perduró hasta la abolición de los señoríos con la Constitución de 1820, momento que marcó el inicio de su organización administrativa moderna. Así, actualmente, cuenta con un rico patrimonio monumental que se traduce en atractivos arquitectónicos como la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción.
Se trata de una construcción renacentista del siglo XVI que se erige como símbolo de la localidad. Su imponente campanario de piedra, visible desde varios puntos del valle del Tajuña, es un testimonio de la importancia religiosa y cultural que el municipio tuvo durante siglos.
Otro de los puntos de interés más singulares es el Museo de la Molinería, ubicado en un molino harinero del siglo XVIII restaurado para mostrar el proceso tradicional de molienda. Este espacio no solo rescata una actividad económica esencial para la historia del municipio, sino que también conecta a los visitantes con las tradiciones agrícolas que marcaron la vida cotidiana de sus habitantes.
El Museo de la Guerra Civil y la Posguerra
El Museo de la Guerra Civil y Posguerra de Morata de Tajuña es un espacio único en la Comunidad de Madrid, dedicado a preservar y difundir la memoria histórica de uno de los periodos más convulsos de España. Este museo, inaugurado originalmente en 2011 y reabierto en septiembre de 2024 tras un periodo de cierre, se encuentra en el antiguo edificio de las escuelas municipales, en pleno casco histórico del municipio.
El museo está estructurado en varias salas temáticas que abordan tanto la Guerra Civil Española (1936-1939) como los años de la posguerra, con un enfoque especial en la Batalla del Jarama, que tuvo lugar en las inmediaciones del municipio. La colección incluye documentos, fotografías, mapas militares, armamento y objetos personales de soldados de ambos bandos. Muchos de estos artefactos han sido donados por vecinos de la localidad o recuperados en excavaciones en el valle del Jarama, lo que dota al museo de una fuerte conexión con el territorio y su historia.
Entre los objetos más destacados se encuentra una colección de cascos, proyectiles y municiones utilizadas durante la batalla, así como diarios y cartas que reflejan la vida en las trincheras. También se exhiben uniformes de combatientes y material propagandístico que permite analizar la guerra desde una perspectiva cultural y política.
Un entorno natural para descubrir
El entorno natural de Morata de Tajuña es otro de sus grandes atractivos. La localidad forma parte de la Vía Verde del Tajuña, una antigua ruta ferroviaria reconvertida en sendero para ciclistas y excursionistas que atraviesa paisajes agrícolas y bosques autóctonos. Además, la gastronomía local añade un valor único a la experiencia turística. Productos como los vinos de la zona, el aceite de oliva y los dulces tradicionales, como los arrope o los pestiños, son un reflejo de las tradiciones culinarias que aún perviven en Morata.
Por otro lado, para llegar al pueblo desde Madrid, el viaje es de alrededor de 55 minutos por la carretera A-3. Por su parte, desde Alcalá de Henares el trayecto tiene una duración estimada de 45 minutos por la vía M-300.