El balneario que nace de un volcán inactivo que es uno de los más impresionantes del mundo: leyendas y bonitas cascadas

Estas termas se han convertido en uno de los rincones más bonitos de la Toscana gracias a sus cascadas y aguas turquesas

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Termas de Saturnia, en Italia
Termas de Saturnia, en Italia (Adobe Stock).

Ahora que llega el frío, los balnearios y las aguas termales se convierten en espacios que invitan a relajarse y disfrutar de unos plácidos días. Así, son ideales para una escapada romántica donde gozar a la vez de un entorno natural espectacular. En España contamos con muy buenos spas, pero si traspasamos nuestras fronteras podemos contemplar y vivir experiencias únicas en paisajes nunca vistos.

Es por ello, que en Italia, concretamente en la región de la Toscana, las termas de Saturnia son un conjunto de fuentes termales naturales que han atraído a visitantes durante siglos debido a sus propiedades terapéuticas y su entorno pintoresco. Situadas en la provincia de Grosseto, estas aguas brotan del río Gorello de un volcán extinguido del Monte Amiata, lo que confiere al paraje un carácter muy especial. Además, emergen a una temperatura constante de 37 °C, ofreciendo una experiencia de baño al aire libre en cualquier época del año.

Un origen mitológico y una historia milenaria

Las Termas de Saturnia no solo destacan por la belleza de su entorno y las propiedades de sus aguas, sino también por el aura de misterio y antigüedad que las rodea. Según la mitología romana, el dios Saturno, cansado de los constantes conflictos entre los hombres, lanzó un rayo desde el cielo que abrió un cráter en la tierra, del cual brotaron estas aguas termales. Igualmente, las termas han sido un lugar de interés desde la época de los etruscos, quienes las consideraban un sitio sagrado debido a sus propiedades curativas.

Termas de Saturnia, en Italia
Termas de Saturnia, en Italia (Adobe Stock).

Más tarde, los romanos construyeron instalaciones alrededor de las fuentes, integrándolas en su cultura de baños públicos y bienestar, fundamentales en la sociedad de la época. Durante este período, las termas fueron utilizadas no solo como espacio de relajación, sino también como lugar de socialización y rituales religiosos. Los vestigios de esta época, como fragmentos de construcciones romanas y caminos antiguos, aún pueden observarse en los alrededores, testimoniando la importancia histórica del lugar.

Un conjunto de cascadas envidiable

La singularidad de las Termas de Saturnia reside en su impresionante configuración natural, marcada por piscinas escalonadas alimentadas por pequeñas cascadas conocidas como las cascate del Mulino, junto con una gran cascada principal. Este paraje, situado en un entorno natural de gran belleza, tiene su origen en el riachuelo Gorello, que nace en el monte Amiata, un volcán extinto que se eleva detrás de Saturnia y domina el Valle de Orcia.

El Gorello recorre aproximadamente un kilómetro atravesando un bosque, llenando diversas pozas a lo largo de su cauce antes de precipitarse en una cascada de cuatro metros de altura. Desde allí, el río sigue su trayecto serpenteando por el característico paisaje toscano. Lo que hace a las cascate del Mulino especialmente atractivas es su acceso gratuito, lo que permite que tanto locales como turistas disfruten de este paraje sin restricciones económicas.

Saturnia, Italia (Shutterstock).
Saturnia, Italia (Shutterstock).

A su vez, las piscinas, formadas a lo largo de los siglos por depósitos de piedra calcárea, están bañadas por aguas que emergen a una temperatura constante de 37 °C. Esto garantiza un baño confortable incluso en los meses más fríos del año. Además de su belleza, estas aguas son conocidas por sus beneficios terapéuticos, especialmente para problemas de piel, circulación y articulaciones, lo que convierte la visita en una experiencia tanto estética como saludable.

Pero esto no es todo, pues el entorno que rodea las cascate del Mulino es igualmente espectacular. Ubicadas en un área rural de la Toscana, las cascadas están enmarcadas por colinas verdes y un paisaje sereno que invita a la desconexión y al contacto con la naturaleza. Es por ello, que para visitar las termas y su entorno se recomienda hacerlo durante las primeras horas del día o al atardecer, momentos en los que la luz realza la belleza del lugar y se evita la mayor afluencia de público, especialmente en los meses de verano.

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