Los viajes en tren se han convertido en una tendencia que está al alza en los últimos años. Cada vez son más los viajeros que eligen este medio de transporte no solo para desplazarse de una ciudad a otra, sino como lugares de descanso y ocio en los que poder pasar unos impresionantes días. Gracias a ello, son muchas las experiencias que se pueden disfrutar y que han cogido popularidad entre los turistas de todo el mundo. Así, algunos de los viajes más conocidos recorren impresionantes parajes naturales, como es el caso del Tren Amarillo, una travesía por los Pirineos Orientales, o el Bernina Express, que hace un viaje por los Alpes Suizos.
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Sin embargo, ningún viaje es igual al que ofrece el Ferrocarril Forestal de Alishan, un tren situado al oeste de Taiwan que atraviesa el bosque que le da nombre a más de 2.000 metros de altura. Construido originalmente durante la ocupación japonesa para facilitar la explotación maderera, este ferrocarril ha evolucionado hasta convertirse en una atracción turística de renombre internacional, destacada por sus singulares curvas en zigzag, más de 50 túneles y 77 puentes de madera.
Más de 100 años de historia
La construcción del ferrocarril comenzó en 1906 bajo la administración colonial japonesa, con el objetivo de transportar madera de ciprés y taiwania desde las montañas de Alishan. Tras enfrentar desafíos financieros y técnicos, el proyecto fue retomado por el gobierno japonés en 1910, completándose la línea principal hasta Alishan en 1912. Durante este período, se importaron locomotoras Shay de 18 toneladas para operar en las empinadas pendientes y curvas pronunciadas del terreno montañoso.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Taiwan se industrializó, provocando la caída de la industria maderera y llevando casi al cierre de la línea de ferrocarril en varias ocasiones. Sin embargo, los amantes de este tipo de viajes consiguieron finalmente que la ruta se salvara y la transformaron en un tesoro natural que es una de las mayores experiencias de la región. Así, a lo largo de casi 100 kilómetros y conectando la ciudad de Chiayi con Zhaoping, el visitante puede disfrutar de un viaje evocador.
Más de 2.000 metros de altura por un entorno increíble
Este discurre a través de imponentes curvas en zigzag que serpentean por la montaña y la atraviesan y cruzan por 50 túneles y 77 puentes de madera. Así, los trenes que parten de la ciudad de Chiayi atraviesan un paisaje cambiante donde los densos bosques y matorrales se transforman en amplias vistas de las llanuras, a medida que el ferrocarril serpentea por un acantilado. El traqueteo del convoy sobre puentes y a través de túneles sucesivos marca un ascenso lento pero constante por la ladera.
Antes de llegar a la estación de Shizilu, los pasajeros se encuentran con la imponente pared rocosa del monte Daito, también conocido como monte Ta, un recordatorio visual del desafío superado: los vagones ya han escalado cerca de 1.500 metros de altura, dejando apenas 610 metros más por recorrer hasta el destino final. Además, el sistema cuenta con varias líneas secundarias que complementan la experiencia de los pasajeros.
Entre ellas, la línea Shenmu, que lleva a la estación del mismo nombre, famosa por sus árboles milenarios, y la línea Chushan, que culmina en un mirador ideal para presenciar el amanecer sobre el monte Jade, el pico más alto de Taiwán. Estas rutas adicionales no solo amplían las opciones turísticas, sino que también resaltan la diversidad paisajística de la región. Pero no solo eso, pues en la actualidad, la Reserva Natural de Alishan ofrece a sus visitantes un espacio que combina historia y turismo, asemejándose a un parque temático ferroviario.
Tras la renovación de su flota, los vagones más antiguos, retirados del servicio, han sido restaurados y convertidos en piezas de exhibición. Estos se encuentran dispuestos en un área dedicada que incluye curiosas instalaciones, como un hotel situado dentro de una de las locomotoras, permitiendo a los visitantes sumergirse en la historia del ferrocarril mientras disfrutan de una experiencia única.