El pueblo de Burgos conocido como ‘la cuna de Castilla’ que es de los más bonitos de España: tradición y arquitectura medieval

Esta villa cuenta también con una rica historia y un patrimonio natural que la convierte en un rincón mágico que atrae a infinidad de viajeros

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El pueblo de Burgos conocido como ‘la cuna de Castilla’ que es de los más bonitos de España: tradición y arquitectura medieval.

En uno de los meandros del río Arlanza, se alza uno de los rincones más especiales de Burgos. Se trata de una localidad en la que sus calles empedradas guardan la historia de hace cientos de años y permiten viajar al pasado gracias a su legado y bella arquitectura medieval. Pero no solo eso, pues su rico patrimonio es la muestra ideal para comprender su gran importancia durante la Edad Media y por qué es considerado uno de los pueblos más bonitos de España.

Así, Covarrubias se ha convertido en uno de los secretos mejor guardados de Burgos gracias a sus encantos únicos. Pero no solo eso, pues es considerado ‘La cuna de Castilla’, ya que en sus laberínticas calles vivieron algunas de las familias más influyentes e importantes de la corona. Además, su impresionante entorno natural es otro de sus principales atractivos, lo que termina por completar un destino turístico que no deja indiferente a nadie.

‘La cuna de Castilla’

Covarrubias, en Burgos (Adobe Stock).
Covarrubias, en Burgos (Adobe Stock).

El origen primigenio de Covarrubias se encuentra en el Paleolítico, concretamente en la Edad de Bronce, y muestra de ello son los restos de un asentamiento de los Turmódigos, el cual se encuentra rodeado por una muralla de piedra. Más tarde, el paso de los romanos por la ciudad dio lugar a un castro defensivo y con los visigodos se cree que se construyeron la iglesia de San Cosme y San Damián. Sin embargo, el origen de la ciudad, tal y como la conocemos hoy en día, se sitúa en el siglo X, cuando la familia del conde de Lara y sus sucesores se afincan en estas tierras.

Aunque, el verdadero precursor de la villa fue Fernán González, quien estableció en este lugar un importante centro administrativo y defensivo, fundamental para la expansión y organización del territorio castellano. El nombre de Covarrubias proviene de las “cuevas rojas” que caracterizan el entorno geológico. Durante la Alta Edad Media, la villa se rodeó de una muralla para protegerse de los ataques musulmanes, convirtiéndose en un enclave estratégico. Además, en el siglo XIV, la villa vivió un florecimiento bajo la figura de los abades de la Colegiata de San Cosme y San Damián, quienes impulsaron su desarrollo cultural y religioso.

Un episodio destacado en la historia de Covarrubias es la llegada de la princesa Kristina de Noruega en el siglo XIII, enviada para casarse con el infante Felipe de Castilla. Aunque su matrimonio fue breve, su legado permanece, y sus restos descansan en la colegiata. Así, a día de hoy, Covarrubias conserva su trazado medieval y sus monumentos, testigos de un pasado ligado a la formación de Castilla y a la riqueza histórica de España que le ha convertido en uno de los pueblos más bonitos de España.

Un paseo por Covarrubias

Covarrubias, en Burgos (Adobe Stock).
Covarrubias, en Burgos (Adobe Stock).

Las calles empedradas dan lugar a un laberíntico casco histórico que está declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1965. Así, el viajero puede viajar al pasado gracias a su arquitectura medieval, donde las sus calles estrechas están flanqueadas por casas tradicionales de entramado de madera y adobe, con balcones floridos que aportan colorido al paisaje urbano. Pero no solo eso, pues más allá de su bella imagen, la villa acoge un conjunto monumental que es de los más impresionantes de Burgos.

Entre todos sus atractivos, la ex colegiata de San Cosme y San Damián es el más importante. Se cree que este templo fue construido durante la época visigoda, pero el edificio actual data del siglo XV. Es por ello que presenta tres naves y cuatro capillas, un bello claustro del siglo XVI, un órgano del siglo XVII —el más antiguo de castilla que sigue sonando— y magníficos altares barrocos del siglo XVIII. Además, el museo acoge capiteles románicos, tablas de Berruguete y Van Eyck, y el extraordinario Tríptico de la Adoración de los Reyes Magos (siglo XV) atribuido a un discípulo de Gil de Siloé.

Igualmente, el Torreón de Fernán González, una robusta construcción del siglo X, es otro símbolo icónico del pueblo. Originalmente concebido como torre defensiva, hoy es un mirador que ofrece vistas privilegiadas del entorno. También destacan la antigua muralla que protegía la villa y el Archivo del Adelantamiento de Castilla, que conserva documentos históricos de gran valor. Tampoco hay que olvidarse de la iglesia de Santo Tomás, el palacio de Fernçán González o la casa de Doña sancha.

A su vez, a las afueras de la localidad, el monasterio de San Pedro de Arlanza se alza como uno de los secretos de la localidad. Fue fundado en el año 912 por Gonzalo Fernández (padre de Fernan González) convirtiéndose en uno de los centros monásticos más importantes del reino de Castilla. Este complejo vivió varios siglos de esplendor y, con ellos, numerosas ampliaciones y transformaciones arquitectónicas. Los restos más antiguos conservados corresponden a su iglesia, construida en el año 1080.

Ex colegiata de San Cosme y San Damián, en Covarrubias, Burgos (Adobe Stock).
Ex colegiata de San Cosme y San Damián, en Covarrubias, Burgos (Adobe Stock).

Naturaleza y tradiciones

Además de su riqueza arquitectónica, Covarrubias se encuentra rodeada por un entorno natural que invita al descanso y la exploración. El río Arlanza serpentea cerca del pueblo, ofreciendo la posibilidad de realizar paseos junto a su cauce o practicar actividades como piragüismo. La proximidad al desfiladero de la Yecla y al Parque Natural de las Sabinas es ideal para los amantes del senderismo y la observación de aves.

En cuanto a las tradiciones, Covarrubias celebra a lo largo del año diversas festividades que reflejan su identidad cultural. La Fiesta de la Cereza, en junio, destaca por su ambiente festivo y la degustación de productos locales. Igualmente importante es la celebración en honor a la princesa Kristina, que recuerda el enlace entre Noruega y Castilla en el siglo XIII.

Cómo llegar

Desde Burgos, el viaje es de alrededor de 35 minutos por las carreteras N-234 y BU-901. Por su parte, desde Valladolid el viaje es de alrededor de 1 hora y 35 minutos por las vías A-62 y N-622.

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