Un cementerio de trenes en medio de la naturaleza: un viaje al pasado por los antiguos ferrocarriles de Inglaterra

Este lugar atrae a multitud de curiosos gracias a su atmósfera única y se ha convertido en un museo al aire libre

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Cementerio de trenes de Thirsk (Facebook).
Cementerio de trenes de Thirsk (Facebook).

Los cementerios de trenes son espacios donde los vagones y locomotoras, una vez emblemas del progreso y la conectividad, encuentran su destino final en medio del abandono. Estos lugares, repartidos por distintos rincones del mundo, encapsulan el paso del tiempo y las transformaciones de la tecnología, la industria y el transporte. Entre montañas de óxido, hierbas que crecen entre las vías y restos de maquinaria despojada, los cementerios ferroviarios se convierten en testimonios silenciosos de una era que ha quedado atrás.

En este sentido, en las afueras de Thirsk, en North Yorkshire (Inglaterra), se esconde un cementerio de trenes que guarda los restos de una colección de vagones British Rail Mark 2. Este enclave, envuelto en el silencio del campo, ha captado la atención de curiosos y exploradores urbanos, atraídos por la atmósfera de abandono y el simbolismo de lo que alguna vez fue un emblema de la movilidad en el Reino Unido.

De pasajeros a restos oxidados

Cementerio de trenes de Thirsk (Facebook).
Cementerio de trenes de Thirsk (Facebook).

Los vagones, que en otro tiempo transportaron a miles de pasajeros por la red ferroviaria británica, hoy permanecen vacíos y corroídos, marcados por años de abandono. La colección forma parte de un grupo más amplio que fue trasladado desde Sinderby debido a la ampliación de la autopista A1. En aquel momento, más de 20 vagones llegaron al nuevo destino, pero la mayoría fueron subastados o desguazados con el paso del tiempo. Actualmente, solo quedan siete vagones, testigos mudos de un sistema de transporte que evolucionó dejando atrás estas unidades.

Aunque el cementerio ferroviario ha disminuido significativamente en tamaño, todavía atrae a numerosos curiosos, fascinados por la decadencia y el misterio que envuelven a los vagones. Los interiores, saqueados y despojados de componentes clave como baterías, cobre y alternadores, ofrecen un paisaje de deterioro industrial que es tanto inquietante como evocador. Los grafitis y las huellas de visitantes ocasionales convierten el lugar en una especie de museo improvisado del olvido.

Sin embargo, este interés contrasta con las dificultades que enfrenta cualquier intento de restauración. Los vagones no solo sufren de un estado de abandono avanzado, sino que también contienen amianto, un material altamente tóxico, y carecen de sistemas modernos de frenos, lo que hace prácticamente inviable su recuperación para fines operativos o museísticos. Es por eso que cualquier persona que desee visitar el cementerio debe obtener un permiso del ayuntamiento local y de los organismos de seguridad locales.

Un legado ferroviario en declive

Cementerio de trenes de Thirsk (Facebook).
Cementerio de trenes de Thirsk (Facebook).

Los British Rail Mark 2, introducidos en la década de 1960, representaron un avance significativo en la tecnología ferroviaria británica, ofreciendo mayor comodidad y seguridad a los pasajeros en comparación con modelos anteriores. Su diseño robusto y su versatilidad los convirtieron en un elemento clave del sistema ferroviario durante varias décadas. Sin embargo, la modernización de la red ferroviaria y la adopción de trenes más eficientes relegaron a estos vagones al desuso, hasta convertirse en piezas descartadas de un sistema en constante transformación.

La historia de este cementerio ferroviario no es única en el Reino Unido, donde numerosos sitios similares se encuentran repartidos por el país. Estos lugares, aunque olvidados por la industria, son recordatorios tangibles de las transiciones tecnológicas y económicas que moldearon el transporte ferroviario en el siglo XX.

El futuro del cementerio de trenes de North Yorkshire es incierto. Con solo siete vagones restantes y su estado de deterioro avanzado, es probable que este enclave desaparezca con el tiempo, ya sea por el desguace de los restos o por el colapso natural de las estructuras. Mientras tanto, el lugar sigue siendo un punto de interés para quienes buscan explorar los vestigios de un pasado industrial que, aunque desvanecido, aún resuena en la memoria colectiva.

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