Monasterio de la Rábida: historia y precio de uno de los monumentos más importantes de Huelva

El convento franciscano fue testigo directo del descubrimiento de América en 1492

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Monasterio de Rábida en Huelva
Monasterio de Rábida en Huelva (Adobe Stock)

La provincia de Huelva es nacional e internacionalmente conocida por sus exquisitas playas, su deliciosa gastronomía y su gente agradable. No obstante, no se puede dejar atrás todo su marco histórico que ha supuesto una importante huella en la concepción de diversos acontecimientos.

Uno de los monumentos que sobresalen dentro de la provincia andaluza es el Monasterio de Rábida. Esta gran construcción es un convento franciscano que ha sido testigo directo de uno de los hechos más influyentes y recordados de la historia universal: el descubrimiento de América. Sin duda, una de las tantas motivaciones para visitar este gran complejo religioso. Pero además, dentro de sus fronteras, Huelva esconde otras edificaciones que merecen la pena visitar

La historia que concentra el Monasterio de Rábida

Monasterio de Rábida en Huelva
Monasterio de Rábida en Huelva (monasterio de la rabida)

A pesar de ser comúnmente denominado como ‘Monasterio’, en realidad este monumento, dentro de la nomenclatura de la Orden Franciscana, se inscribe como ‘Convento’ o ‘Eremitorio’. Esta edificación se integra sobre el estuario donde se juntan los ríos Tinto y Odiel, en Palos de la Frontera desde principio del siglo XIII.

Asimismo, entre sus grandes paredes se localiza la imagen de Santa María de la Rábida, ante la cual se postró el mismísimo Cristóbal Colón antes de su partida a las Indias. Sus dos mil metros de planta denotan un emplazamiento realmente emblemático en el que se han registrado una serie de yacimientos, concretamente de cerámicas, que procedían de fenicios, romanos, almohades y visigodos. Además, en la actualidad se conserva una puerta reglar musulmana, el muro norte de la iglesia, el Claustro Mudéjar y la capilla donde hoy se venera a la Virgen.

Pero en general, todo el complejo se divide en tres partes diferenciadas: la Iglesia, el Claustro de la Hospedería y el Claustro de la Comunidad. El primer claustro servía para recibir a marineros y a los extraviados que se acogían al “derecho de Sagrado”. Mientras el segundo se alojaban doce frailes en honor a los doce Apóstoles de Cristo.

Para visitar este emblemático convento, se puede acudir de martes a domingo de 10 a 18 horas. Asimismo, existen diversas tarifas: la entrada general por 3,50 €, pensionistas y estudiantes por 3,00 €, los grupos organizados de 20 personas o más por 2,00 € y los colectivos especiales o escolares hasta 5 años tienen acceso gratuito.

Otros monumentos que visitar en Huelva

Muelle del Riotinto en Huelva
Muelle del Riotinto en Huelva (Adobe Stock)

Igualmente, existen otras paradas imprescindibles en esta provincia andaluza. En primer lugar, se recomienda la contemplación del monumento a Colón a las afueras de la ciudad, concretamente en Punto del Sebo. Esta es una escultura conmemorativa al explorador que descubrió América que mira hacia la vertiente por la que partió con los tres barcos hacia las Indias. Esta preciosa estatua fue creada por Gertrude Vanderbilt Whitneye en 1929 que envió como donativo a través de la Columbus Memorial Foundatión.

Siguiendo con la misma temática, la Casa de Colón, localizada al final de la Avenida Martín Alonso de Pinzón, se edificó entre 1881 y 1883 por la necesidad de crear un hotel que acogiera a los turistas que visitaban la ciudad. A lo largo de su historia fue cambiando de manos y de servicios, hasta que en 1986 pasó a ser parte del municipio.

Por su parte, la Plaza de las Monjas se encuentra en pleno centro histórico, por lo que es de fácil acceso desde cualquier punto de la ciudad. Esta abertura fue construida en el siglo XVI como parte del Convento mudéjar de las Angustias y es uno de los lugares donde se hacen actualmente los espectáculos taurinos o de Moros y Cristianos, según Huelva Información.

El Nido del Tigre: un monasterio de ‘leyenda’ incrustado en mitad de la montaña a 900 metros de altura.

El Muelle del Riotinto, erguido entre 1874 y 1876, tenía la finalidad de cargar el mineral extraído de las Minas de Riotinto en el puerto. Este el último punto del ferrocarril que lleva hasta la ciudad, donde se distribuían. Se mantuvo en funcionamiento hasta 1975, cuando se creó una nueva instalación más cercana al puerto. Sin embargo, es digno de una visita, pues en 2003 fue declarado Bien de Interés Cultural.

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