Lleida es un destino que destaca por su impresionante patrimonio histórico y arquitectónico. La misma ciudad atesora uno de los conjuntos monumentales más impresionantes de Cataluña gracias a construcciones como su catedral, conocida como la Seu Vella. Esta imponente construcción es el símbolo de la localidad y uno de los más emblemáticos de la comunidad. Pero esto no es todo, pues la provincia en sí es un paraíso para los amantes de la historia, pues en todo su territorio se pueden encontrar rincones que dejan con la boca abierta.
De hecho, en plenos Pirineos, en el pequeño pueblo de Seu d’Urgell guarda uno de los tesoros arquitectónicos más impresionantes de Cataluña. Estamos hablando de la catedral de Santa María de Urgell, una imponente construcción situada en el casco histórico de la villa que se ha convertido en una de las joyas de la región. Esto es gracias a que es la única catedral íntegramente románica que se conserva en Cataluña, lo que la convierte en un testimonio singular de este estilo artístico.
Un templo milenario
El lugar donde se encuentra la catedral fue un importante centro religioso desde la época visigoda (siglos VI-VII). Se cree que en ese momento ya existía un templo cristiano en la zona, vinculado a la diócesis de Urgell, una de las más antiguas de Cataluña. Posteriormente, en el periodo carolingio (siglos VIII-IX), se construyó un segundo templo con características propias de la arquitectura prerrománica. Durante este tiempo, el obispado de Urgell adquirió relevancia como centro espiritual y político en los Pirineos.
La zona estaba en proceso de consolidación tras la Reconquista, y las nuevas iglesias reflejaban el auge de la autoridad cristiana frente al dominio musulmán en el sur de la península. Pero no sería hasta el siglo XI cuando comenzó la construcción de la catedral que se puede contemplar hoy en día. Esta fue impulsada por el obispo Ermengol (1010-1035), una figura destacada en el desarrollo de la diócesis y del territorio de Urgell.
La edificación se extendió hasta el siglo XII, bajo el obispado de Odón de Urgel, y tomó como modelo el románico lombardo, caracterizado por su solidez estructural, la ausencia de ornamentos excesivos y el uso de elementos decorativos simples como lesenas y arcos ciegos. Durante los siglos posteriores, el templo enfrentó periodos de deterioro debido a conflictos bélicos y a la inestabilidad política. Esto se debió a que la ubicación del pueblo en una región fronteriza y estratégica la expuso a asedios y saqueos, como los ocurridos durante las guerras de los siglos XIV y XV.
Ya en el Renacimiento y el Barroco, la catedral experimentó reformas que introdujeron elementos decorativos de estas épocas, aunque se respetó en gran medida la estructura original románica. Sin embargo, a finales del siglo XIX y principios del XX, se llevaron a cabo importantes trabajos de restauración que buscaron devolverle su aspecto románico original, eliminando algunos añadidos posteriores. Esto convierte a la catedral de Santa María de Urgell en un emblema del románico catalán y un centro activo de la vida religiosa y cultural.
Un museo y un bonito claustro
La catedral, más allá de su valor histórico y patrimonial, destaca por su sobria arquitectura. Así, presenta una estructura compuesta por tres naves, un transepto y una cabecera con cinco ábsides, de los cuales solo el central se proyecta hacia el exterior. Dos torres de planta cuadrangular flanquean el transepto, aportando al edificio su distintiva apariencia fortificada. En el ábside central, dentro de una pequeña hornacina, se encuentra una imagen románica de la Virgen, datada en la primera mitad del siglo XIII. Esta talla, conocida también como la Virgen de Andorra, es uno de los elementos más emblemáticos del templo.
A su vez, destaca especialmente la fachada principal, presidida por un imponente pórtico decorado con esculturas de motivos geométricos y vegetales. Pero esto no es todo, pues adyacente a la catedral se encuentra el claustro, otro de los puntos destacados del conjunto arquitectónico. Este espacio, construido en el siglo XII, es un ejemplo perfecto del equilibrio entre funcionalidad y estética que caracteriza al románico.
Las galerías, formadas por columnas dobles con 51 capiteles esculpidos, rodean un patio central que alguna vez fue un lugar de recogimiento y reflexión para la comunidad religiosa. Entre las escenas talladas en los capiteles se pueden observar figuras humanas, animales y motivos vegetales que narran historias bíblicas o representan aspectos de la vida cotidiana medieval. Este detalle convierte al claustro en un libro de piedra abierto a la interpretación.
Además de su importancia histórica y arquitectónica, la Catedral de Santa María de Urgell sigue siendo un centro activo de la vida religiosa y cultural de La Seu d’Urgell. Alberga la sede del obispo de Urgell, quien también ostenta el título de copríncipe de Andorra, y el Museo Diocesano. Ubicado en las proximidades, complementa la visita al monumento al exhibir una valiosa colección de arte sacro, incluidos retablos, esculturas y manuscritos que abarcan desde la época medieval hasta el barroco. Entre las piezas más destacadas se encuentra el famoso “Beatus de La Seu d’Urgell”, una copia ilustrada del Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana.
Cómo visitarla: horario y precios
El horario para visitar la catedral de Santa María de Urgel varía en función de la época del año, quedando de la siguiente forma:
- 1 de octubre a 31 de mayo. De martes a sábado: de 10:00 h a 13:30 h y de 16:00 h a 18:00 h. Festivos: de 10:00 h a 13:00 h. Domingos y lunes: Cerrado
- 1 de junio a 30 de septiembre. De lunes a sábado: de 10:00 h a 13:30 h y de 16:00 h a 19:00 h. Festivos: de 10:00 h a 13:00 h. Domingos: Cerrado
En cuanto al precio, la entrada general es de 4 €, mientras que la reducida para personas mayores de 65 años y grupos de más de 10 integrantes es de 3 €. También existe una entrada de 2 € para numerosos colectivos como estudiantes, desempleados o familias numerosas o monoparentales.
Cómo llegar
Desde Lleida el viaje es de alrededor de 1 hora y 50 minutos por la carretera C-14. Por su parte, desde Cardona el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 25 minutos por la misma vía.