La isla europea paradisíaca que cobrará 3 euros a los turistas por hacer sus senderos

Esta incitativa tiene como objetivo preservar el patrimonio natural de este destino y los viajeros que no abonen la tasa pueden ser sancionados con multas de hasta 50 €

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El Pico do Arieiro, en Madeira (Portugal).
El Pico do Arieiro, en Madeira (Portugal).

Situada en el corazón del Atlántico, la isla de Madeira se erige como un refugio de belleza natural y rica biodiversidad. Conocida por sus majestuosos paisajes de montañas escarpadas, bosques, laurisilva y pintorescas costas, este archipiélago portugués atrae a excursionistas y amantes de la naturaleza de todo el mundo. En ocasiones, esta llegada de turistas se puede convertir en algo perjudicial para el ecosistema y el patrimonio natural de la isla.

Es por ello, que Madeira ha dado un paso decisivo hacia el turismo sostenible al introducir una nueva tasa para los no residentes que desean explorar algunas de sus rutas de senderismo más emblemáticas. Esta medida, que busca proteger los paisajes naturales de la región y gestionar el creciente número de turistas, destinará los ingresos al financiamiento de esfuerzos de conservación ambiental.

De este modo, a partir del 1 de enero de 2025, los excursionistas no residentes mayores de 12 años deberán pagar una tasa de 3 euros para disfrutar de más de 30 rutas de senderismo en el archipiélago portugués, gestionadas por el Instituto de Bosques y Conservación de la Naturaleza (ICNF) de Madeira. Actualmente, esta tarifa se aplica a siete de las rutas más frecuentadas, incluyendo Pico do Areeiro, Pico Ruivo, Levada do Risco, Levada do Caldeirão Verde, Balcões, Levada do Rei y Ponta de São Lourenço.

Multas de hasta 50 euros

Porto Moniz, en Madeira, Portugal (Adobe).
Porto Moniz, en Madeira, Portugal (Adobe).

La Secretaria Regional de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de Madeira, Rafaela Fernandes, considera que este recargo es esencial para el mantenimiento y conservación de las rutas. “Nuestros paisajes naturales son un tesoro que debemos preservar para las futuras generaciones”, señala Fernandes. La mandataria recalca que los senderistas que no abonen la tasa se enfrentarán a multas que pueden alcanzar los 50 euros, destacando la seriedad con la que Madeira se toma este asunto.

Así, para facilitar el proceso de pago, los visitantes pueden hacerlo a través del portal del Gobierno Regional, Simplifica, y también existen opciones de pago in situ en varias estaciones del ICNF ubicadas a lo largo de los senderos. Las rutas de senderismo en Madeira son uno de sus principales atractivos turísticos, gracias a sus cumbres escarpadas, frondosos bosques y exuberantes cascadas. Sin embargo, el aumento del turismo ha puesto presión sobre estos paisajes naturales, sobre todo durante la temporada alta de senderismo. Esta iniciativa busca gestionar mejor el flujo de visitantes y asegurar que Madeira siga siendo un destino atractivo y sostenible.

Una tendencia creciente

Canical, en Madeira, Portugal (Adobe).
Canical, en Madeira, Portugal (Adobe).

En cuanto al destino de los fondos recaudados, Fernandes clarifica que serán reinvertidos en el mantenimiento, limpieza y conservación de los senderos. Madeira ha puesto en marcha una campaña de sensibilización para informar a los visitantes sobre la nueva tasa y su propósito, destacando la importancia de contribuir al cuidado del medio ambiente. La medida ha recibido una respuesta positiva por parte de los turistas que visitan Madeira, quienes reconocen la importancia de apoyar los esfuerzos de conservación.

Esta adhesión podría ser un indicativo de una tendencia creciente en el turismo, donde los visitantes están más conscientes de su impacto en el entorno y participan activamente en la protección de los tesoros naturales que disfrutan. Madeira se une así al grupo de destinos que están implementando tasas turísticas con fines ecológicos, enviando un claro mensaje de que la preservación del paisaje natural es una prioridad. La isla se alinea con una visión de turismo que respeta y valora el medio ambiente, asegurando que este continúe siendo un atractivo valioso y accesible para todos en los años venideros.

Este enfoque no solo beneficiará a Madeira en términos de conservación, sino que también posicionará al archipiélago como un ejemplo de destino turístico sostenible, donde el equilibrio entre la afluencia de turistas y la preservación del entorno natural es alcanzable y necesario.

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