Los ciudadanos estadounidenses tienen fama de escandalosos y maleducados. Es verdad que generalizar está mal, pero es que se la ganan a pulso. En países como España, acostumbrados a un poco de jaleo, pueden pasar por altivos y anglocentristas. En países donde el silencio es la normalidad y la exteriorización constante de respeto la expectativa, les suele ir peor. Ya lo demostró Logan Paul con su infame video en el “bosque de suicidios” de Japón, en el que, además de su criticada reacción al encontrarse el cuerpo de un suicida, demuestra el poco respeto que tiene por la cultura autóctona y lo mucho que le gusta ser el centro de atención.
No es el único, tampoco: el streamer estadounidense Johnny Somali, cuyo nombre real es Ramsey Khalid Ismael, demostró un comportamiento comportamiento provocador y ofensivo que desató malestar tanto entre los espectadores como a la población y autoridades locales en una visita a Japón hará poco más de un año. Pero es que lo ha vuelto a hacer, esta vez en Corea del Sur, donde tras provocar a la población local, acosando a gente en la vía pública, acabó por besar la Estatua de la Paz, una escultura dedicada a las víctimas surcoreanas que fueron sometidas a esclavitud sexual por militares japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. No ha salido impune, parece, ya que se enfrenta a 10 años en una prisión del país, según el medio Perfil.
Grabar un pilar con las uñas: qué no hacer en un templo sagrado
En este caso no fue un esfuerzo activo por ser molesto e irrespetuoso, pero este turista estadounidense sí que demostró poca consciencia del lugar donde se encontraba y una desconsideración hacia los locales. El turista sexagenario fue arrestado en Japón el pasado miércoles “bajo sospecha de daños a la propiedad”, según un portavoz de la policía local.
El hombre, según informa el medio francés Voyages, habría grabado unas letras sobre uno de los pilares de un torii - un “arco sagrado” tradicional erigido a la entrada de los santuarios sintoístas, en el Meiji Jingu, uno de los monumentos más famosos y visitados de la capital japonesa.
Los estadounidenses no son los únicos que hacen cosas fuera de lugar. Según informa el medio francés, los turistas son cada vez más numerosos en la isla de Japón, sobre todo debido a la devaluación del yen, que provoca que todo sea “más barato" para los visitantes extranjeros cuya divisa tenga más valor.
Sin ir más lejos, este mes de octubre tuvo lugar otro incidente de índole parecida en el mismo tipo de monumento japonés: Marimar Pérez, una gimnasta de élite e influencer chilena con 139.000 suscriptores fue objeto de mucha indignación y crítica por grabarse haciendo dominadas al ritmo del “Cha-Cha Slide” y utilizando uno de los torii sagrados a modo de barra. La influencer, sin embargo, se disculpó de inmediato a través de sus redes: “Hago este video para pedir perdón a todo el mundo. El último video que hice colgándome en Japón, la verdad es que no estaba pensando lo que estaba haciendo”.