Un castillo del siglo XI, una iglesia gótica y un entorno maravilloso: así es uno de los pueblos-fortaleza más bonitos de España

Esta villa se enclava en el corazón de un parque natural, que junto a su rico patrimonio lo convierte en un destino rural perfecto para una escapada

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Yeste, en Albacete (Adobe Stock).
Yeste, en Albacete (Adobe Stock).

En el corazón de la sierra del Segura, en el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, se ubica uno de los pueblos con más encanto de Castilla-La Mancha. Con un entorno natural que combina montañas, valles y ríos cristalinos, y un patrimonio histórico que se remonta a la Edad Media, esta villa se ha convertido en un destino rural que atrae a infinidad de viajeros. Es por ello que Yeste (Albacete) cautiva a todo aquel que se acerca a su casco histórico gracias su impresionante conjunto monumental y a los rincones que esconde.

Además, sus calles y monumentos permiten desconectar del ajetreo y el estrés de la ciudad y conectar de una forma única con la naturaleza. Sin embargo, si por algo destaca, Yeste es por su legado cultural, pues históricamente ha sido una villa marcada por el paso de diversas civilizaciones. Estas han dejado su huella en los edificios y patrimonio de la localidad, llegando a su periodo de máximo esplendor durante la Edad Media.

Un pueblo-fortaleza

La historia de Yeste se remonta a la época islámica, cuando fue una medina fortificada bajo dominio musulmán. Conquistada en el siglo XIII por la Orden de Santiago, pasó a ser una plaza defensiva clave en las disputas cristiano-musulmanas de la Reconquista. Así, a día de hoy se puede contemplar un pueblo-fortaleza donde el castillo es uno de sus principales monumentos. Este se enclava en el centro de la villa y corresponde a una antigua alcazaba islámica del siglo XI.

Yeste, en Albacete (Adobe Stock).
Yeste, en Albacete (Adobe Stock).

No obstante, su torre del homenaje data del siglo XIV y en la puerta de acceso se pueden contemplar los escudos tallados en piedra de la Orden de Santiago y la familia Figueroa. Esto es gracias a que entre los siglos XIII y XVI fue la residencia de los caballeros de la Orden de Santiago, periodo también en el que cobró una gran importancia en la defensa de los territorios de la orden. Pues se trata de una época marcada por conflictos entre cristianos y musulmanes en la península ibérica.

Pero más allá de su relevancia histórica, la fortaleza dio lugar, en parte, al pueblo que conocemos hoy. Esto es gracias a que a sus pies se extendía la población, “en el barrio del Infierno, comprendiendo la plaza del concejo, y la iglesia parroquial, todo ese conjunto urbano se encontraba rodeado de una muralla”, detallan desde el portal de turismo de Yeste. Igualmente, en la segunda mitad del siglo XIV, el castillo fue remodelado para reforzar sus defensas exteriores y la torre del homenaje.

Así, a inicios del siglo XVI, el comendador Rodrigo Manrique transformó la fortaleza, dotándola de un patio de armas con columnas, cubierto por una techumbre de madera y doble galería. Este espacio exhibe capiteles góticos y conserva sus corredores interiores. En el salón principal, una ventana gótica presidía el lugar. Actualmente, el castillo ha sido restaurado y alberga un museo etnológico en sus antiguos calabozos, con objetos tradicionales donados por los vecinos. Además, el Centro de Interpretación Medieval, promovido por la Asociación Cultural Romeros de San Bartolomé, ocupa varias de sus salas.

Un paseo por Yeste

Yeste, en Albacete (Adobe Stock).
Yeste, en Albacete (Adobe Stock).

Más allá de la fortaleza, Yeste cuenta con un casco histórico que sorprende al viajero. Sus calles empedradas dan lugar a un entramado urbano que invita a perderse y descubrir todos los rincones que atesora. De este modo, en un viaje al pasado el visitante puede contemplar monumentos de gran interés como es la iglesia de la Asunción. Se trata del templo parroquial del pueblo y fue construida en el siglo XV en estilo gótico, dentro del estilo de iglesia-fortaleza.

Además, está compuesta por dos naves, la primera original del siglo XV, y la segunda añadida posteriormente en el XVI y construida perpendicularmente a la primera. A su vez, destaca su fachada renacentista de tres cuerpos y sus cuatro capillas. Siguiendo con el patrimonio eclesiástico, el convento de los Franciscanos es otro de los edificios que uno no se puede perder. Se trata de una abadía levantada en el año 1629 tras el establecimiento en la localidad de una comunidad de Franciscanos Descalzos.

Igualmente, las ermitas de Santiaguico, San Bartolomé y de la Concepción también merecen una visita. Por otro lado, el viajero tampoco puede perderse el edificio del Ayuntamiento, que data del siglo XVI, así como el palacio de la Vicaría, que fue residencia de los vicarios santiaguistas desde la segunda mitad del siglo XVI hasta el XIX.

Un entorno natural de excepcional belleza

Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, en Albacete (Adobe Stock).
Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, en Albacete (Adobe Stock).

El entorno natural de Yeste es otro de sus grandes atractivos. Situado en pleno Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, el municipio está rodeado de una biodiversidad única que alberga diversas especies de fauna y flora autóctonas. Las rutas de senderismo, como la que lleva a la cima del Calar de la Sima o la popular Ruta de los Picarazos, atraviesan bosques de pinos y encinas, ofrecen miradores y puntos de descanso donde es posible observar cabras montesas y aves rapaces en su hábitat natural.

Además, Yeste cuenta con el río Tus, un afluente del Segura que recorre la sierra, formando pozas y piscinas naturales ideales para el baño durante los meses de verano. La Ruta de los Prados del Conde, que sigue el curso del río Tus, es una de las opciones más recomendadas para quienes buscan disfrutar de la naturaleza en estado puro, con paradas en áreas de baño como el Charco Pataco, donde el agua cristalina y la sombra de los árboles crean un refugio perfecto para el descanso.

Cómo llegar

Desde Albacete, el viaje es de alrededor de 1 hora y 45 minutos por las carreteras A-30 y CM-412. Por su parte, desde Murcia el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 55 minutos por las mismas vías.

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