Apenas a una hora de Roma, en el corazón del Parque Natural Regional de los Monti Lucretili, se alza uno de los pueblos más singulares de Italia. Esta localidad perteneciente a la región de Lacio destaca por su cercanía a la Ciudad Eterna, pero sobre todo por ser un rincón donde el viajero queda sorprendido gracias a su belleza única. Pues ha sabido mantener con el paso del tiempo su autenticidad, convirtiéndose en un refugio del ajetreo urbano y una conexión con las tradiciones y el estilo de vida rural italiano.
Así, la bella localidad de Percile se alza como uno de los pueblos más bonitos que hay cerca de Roma. Esto no es de extrañar, pues se incrusta en mitad de paisajes de colinas boscosas, caminos empedrados y antiguas edificaciones, siendo un destino perfecto para quienes buscan explorar la Italia menos conocida y más tradicional.
Un pueblo de origen medieval con encanto rural
El origen de Percile se remonta a la época medieval, y su disposición actual es un testimonio de aquella época. Construido alrededor de una fortificación en lo alto de una colina, el centro histórico de Percile está conformado por callejones estrechos, escalinatas de piedra y casas construidas en piedra, lo que ofrece una experiencia que traslada a los visitantes varios siglos atrás. De este modo, en el centro del pueblo se erige el Palazzo Borghese, una construcción que, antes de ser señorial, fue la fortaleza que protegía al pueblo. Una vez convertida en residencia se transformó en el epicentro de la vida social y política de la localidad.
Este palacio, junto con la iglesia de Santa Lucía —anteriormente la capilla del palacio—, forman el núcleo de un legado arquitectónico y religioso que ha perdurado a lo largo de los siglos. La iglesia, dedicada a la santa patrona del pueblo, es un lugar de encuentro y celebración para los habitantes, especialmente en las festividades locales que marcan el calendario anual. A su vez, también destaca la iglesia de Santa Maria della Vittoria y su vecino monasterio, de estilo gótico. Con sus frescos del siglo XVII, la iglesia de Sant’Anatolia es otro punto de interés.
Por otro lado, los festivales y las fiestas populares son el motor que anima la vida en Percile, reuniendo a la comunidad y a los visitantes en torno a costumbres que celebran tanto la fe como la gastronomía local. Entre estos eventos destaca la Sagra della Ramiccia, que se celebra en diciembre y es famosa por su plato estrella: los “ramiccia”, unos fettuccini artesanales preparados con aproximadamente 1.500 huevos. La receta, de gran antigüedad, es un ejemplo de la dedicación de los locales por preservar sabores tradicionales y técnicas culinarias transmitidas de generación en generación.
Un entorno natural privilegiado
Más allá de su patrimonio arquitectónico, Percile se caracteriza por su entorno natural. Así, el paisaje natural que rodea a la villa ofrece un sinfín de oportunidades para los amantes del ecoturismo. Los Lagustelli di Percile, dos pequeños lagos kársticos situados en una zona húmeda protegida, son uno de los destinos más emblemáticos para los excursionistas. Con sus aguas tranquilas y rodeados de sauces que sumergen sus ramas en el lago, los Lagustelli brindan un ambiente de paz y serenidad.
Estos lagos, además de ser un enclave natural de gran belleza, son también un hábitat para varias especies de flora y fauna, y se consideran un área de alto valor ecológico dentro del parque. A su vez, cada mes de mayo, Percile celebra la Festa dei Laghi, un evento que marca el inicio de la temporada de excursiones y actividades al aire libre. La fiesta, que congrega a excursionistas y aficionados a la naturaleza, fomenta la exploración de los alrededores y la práctica de deportes como el senderismo, los paseos a caballo y el ciclismo de montaña.
Estas actividades permiten a los visitantes adentrarse en los densos bosques y claros de la zona, disfrutando del aire puro y de una naturaleza que se mantiene casi intacta. En primavera, el entorno de Percile se llena de aromas frescos y colores vibrantes, ofreciendo una experiencia sensorial única.
Cómo llegar
Desde Roma el viaje es de alrededor de 1 hora por la carretera A24 (hay peajes). Por su parte, desde Terni el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 25 minutos por la vía Licinese y la SR314.