Si hay algo por lo que más se conoce a Huelva es por sus espectaculares playas que baña el Océano Atlántico. Pero también destacan sus impresionantes espacios naturales, como el Parque Natural de Doñana. Aunque muchos de sus pueblos son aún desconocidos para parte de la población en España, lo cierto es que esta provincia de Andalucía esconde preciosos rincones que merece la pena descubrir. Uno de esos lugares con encanto alberga dos monumentos que han sido declarados Bien de Interés Cultural: un castillo medieval del siglo XIII y la iglesia parroquial del Divino Salvador.
El otoño es una de las mejores épocas del año para hacer turismo y, sobre todo, para descubrir los preciosos pueblos que se encuentran en Huelva, como es el caso de Cortegana, que cuenta con un gran patrimonio histórico, artístico y cultural. A ello se une su entorno natural y la posibilidad de sumergirse en sus bonitas calles, disfrutar de su deliciosa gastronomía y conocer algunas de sus fiestas más tradicionales. Por supuesto, lo principal es su castillo, que reina en la panorámica desde la lejanía, aunque tiene muchos otros monumentos con los que deleitarse.
Ubicado en pleno Parque de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Cortegana tiene un gran atractivo medieval, algo que se puede comprobar en su casco histórico. Con cerca de 5.000 habitantes, algunos de sus monumentos dan muestra de la majestuosidad y valor de Cortegana. De ahí que sea un lugar ideal en el que pasar unos días de vacaciones o un fin de semana de desconexión para adentrarse en la tranquilidad que se respira en este pueblo.
El mayor tesoro del pueblo: una imponente fortaleza
El castillo medieval de Cortegana, declarado Bien de Interés Cultural, se erige como su principal atractivo. Esta fortaleza sorprende tanto por su majestuosa apariencia exterior como por su interior, donde, además de ser un testimonio de la historia, funciona como museo. Las salas exhiben mobiliario, obras de arte y documentos de la época, y también acogen exposiciones temporales. El acceso, ubicado en lo alto de una colina, implica atravesar el pintoresco pueblo y ascender una cuesta que recompensa el esfuerzo. Una vez en la cima, los visitantes pueden explorar sus intrincados espacios.
La construcción del castillo se remonta a finales del siglo XIII, cuando el rey Sancho IV ordenó su edificación para reforzar la frontera ante posibles incursiones portuguesas. Con el tiempo, la estructura cayó en desuso y sufrió daños significativos tras el terremoto de Lisboa en 1755. Fue en el siglo XX cuando una restauración extensa permitió recuperar gran parte de su esplendor original.
Los visitantes pueden recorrer el patio de Armas y las diferentes estancias, como dormitorios, almacenes y mazmorras. Entre los elementos mejor preservados destacan el aljibe y la torre del Homenaje, que es el punto más alto del castillo. Dentro del recinto fortificado también se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la Piedad, que guarda a la patrona de Cortegana. Esta ermita, construida en el siglo XIII, fue ampliada entre los siglos XVI y XVII, reformada en el siglo XIX y redecorada en el siglo XX.
Un gran templo de estilo mudéjar, el segundo Bien de Interés Cultural de la localidad
Junto al castillo, la iglesia parroquial del Divino Salvador destaca como otro gran atractivo de Cortegana. Este templo de estilo mudéjar, considerado Bien de Interés Cultural, se encuentra en pleno centro histórico y sobresale por encima de las casitas bajas del municipio. Aunque conserva de su estructura original solo la portada del Perdón, fue objeto de una importante reforma durante la época de los Reyes Católicos.
Otro punto de interés es la plaza de toros, construida en 1854 con piedra y que aún sigue en uso. La iglesia de San Sebastián, de estilo gótico-mudéjar, y la ermita del Calvario, un pequeño templo moderno del siglo XX que alberga la imagen de Jesús Nazareno de 1607, también merecen una visita.
El lavadero público, un espacio donde las mujeres del pueblo se reunían para lavar y conversar, se encuentra muy bien conservado y refleja parte de la vida cotidiana de antaño. A su vez, Cortegana ofrece una rica experiencia que combina cultura, historia y tradiciones, además de un entorno natural que invita a la contemplación. La gastronomía local y los atardeceres también forman parte de los placeres que brinda este pintoresco pueblo.
Cómo llegar a Cortegana
Cortegana es accesible mediante diversas opciones de transporte. En coche, desde Huelva (aproximadamente 109 km). Hay que tomar la A-49 en dirección a Sevilla y, tras 2,3 km, la salida 75 hacia la N-435/A-494, en dirección a Trigueros/Badajoz/San Juan del Puerto. En la rotonda, coger la tercera salida hacia la N-435 y continuar por esta carretera durante unos 74 km hasta llegar a la HV-111, donde girará a la izquierda en dirección a Los Romeros. Atravesando este pueblo y siguiendo las indicaciones hacia la N-433, girar a la izquierda en dirección a Cortegana/Portugal.
También es posible ir en autobús, desde Huelva, y Renfe ofrece servicios de tren desde la capital de la provincia hasta la estación de Almonaster-Cortegana, situada a pocos kilómetros del centro.