Con el año acercándose a su fin, Lonely Planet ha revelado su lista anual de los mejores destinos del mundo para visitar en 2025, publicada en su popular libro Best in Travel 2025. Esta edición, la decimosexta de su serie, incluye una novedad: además de los tradicionales 30 lugares destacados, la guía incorpora por primera vez un apartado con las diez principales tendencias de viaje para el próximo año, proporcionando una visión sobre los destinos y experiencias que marcarán la pauta en el sector turístico.
La selección de Best in Travel 2025, elaborada con la colaboración de expertos y socios editoriales internacionales, ofrece opciones para todos los gustos y tipos de viajeros. La lista está organizada en tres categorías principales —ciudades, países y regiones—, cada una de ellas con diez destinos elegidos por su valor cultural, su atractivo visual y su compromiso con prácticas de turismo responsable, un aspecto que Lonely Planet ha integrado de manera destacada en esta edición.
Estos destinos han sido seleccionados no solo por su capacidad para sorprender, sino también por su dedicación a la sostenibilidad, la inclusión y el respeto hacia las comunidades locales. Así, con estas propuestas, la marca pretende inspirar a los viajeros a explorar el mundo de una forma más consciente y respetuosa, adaptándose a las crecientes tendencias de sostenibilidad que impulsan el sector. En este sentido, la prestigiosa guía de viajes propone los siguientes países como los mejores del mundo para visitar el próximo año.
Camerún
Camerún, conocido como “África en miniatura”, alberga una diversidad de paisajes que incluye montañas, desiertos, selvas tropicales y playas. Desde el imponente Monte Camerún, el volcán más alto de África Central, hasta los parques nacionales como Waza y Korup, donde abundan elefantes, leones y especies endémicas, este país es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Además, su diversidad cultural es notable, con más de 250 grupos étnicos que enriquecen su patrimonio cultural y gastronómico.
Lituania
Lituania, la mayor de las repúblicas bálticas, combina su historia medieval con paisajes verdes y tranquilos. En su capital, Vilna, los visitantes pueden recorrer un casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lleno de edificios barrocos, iglesias y callejones empedrados. Fuera de la ciudad, destacan la Curonia, una península de dunas de arena en el mar Báltico, y los bosques de Dzūkija, ideales para senderismo y actividades al aire libre.
Fiyi
Fiyi, con sus más de 300 islas en el Pacífico Sur, es sinónimo de playas paradisíacas, aguas cristalinas y arrecifes de coral de vibrantes colores. Aunque sus playas son famosas, el país ofrece mucho más, desde exuberantes selvas tropicales hasta aldeas donde se preservan las tradiciones culturales locales. La isla de Viti Levu es el punto de entrada para la mayoría de los viajeros, pero islas más pequeñas como Taveuni, conocida como la “Isla Jardín”, destacan por su biodiversidad y tranquilidad.
Laos
Laos es un país montañoso y pacífico, donde el tiempo parece detenerse. En Luang Prabang, sus templos budistas y sus ceremonias matutinas de entrega de limosnas ofrecen una inmersión espiritual. Los paisajes naturales de Laos, como las cataratas de Kuang Si o el río Mekong, se suman a la serenidad de sus montañas, ideales para el ecoturismo. Laos es también un destino económico, lo que lo convierte en una opción atractiva para quienes desean explorar el Sudeste Asiático.
Kazajistán
El noveno país más grande del mundo, Kazajistán, ofrece vastas estepas, montañas y lagos cristalinos en Asia Central. Almaty, su antigua capital, combina una vibrante vida cultural con vistas a los montes Tien Shan. El Parque Nacional de Altyn-Emel y el cañón de Charyn, comparado a menudo con el Gran Cañón, ofrecen impresionantes paisajes que atraen a los aventureros. Este destino, además, es famoso por su hospitalidad y por preservar la rica herencia de la Ruta de la Seda.
Paraguay
Paraguay, uno de los países menos explorados de Sudamérica, combina la riqueza de su cultura guaraní con paisajes como los humedales del Pantanal, compartidos con Brasil y Bolivia. La ciudad de Asunción muestra una arquitectura colonial y una animada vida local, mientras que la región del Chaco es un vasto territorio semidesértico ideal para el ecoturismo y la observación de vida silvestre. La economía agrícola de Paraguay también se refleja en su gastronomía única y en las fiestas tradicionales de sus comunidades.
Trinidad y Tobago
Este país caribeño destaca por su vibrante cultura y su diversidad natural. Trinidad, la isla principal, es famosa por su Carnaval, uno de los más importantes del Caribe, y por su música soca y calipso. Tobago, más pequeña y tranquila, ofrece playas de aguas turquesas, arrecifes de coral y reservas naturales como la Main Ridge Forest Reserve, el bosque tropical protegido más antiguo del hemisferio occidental. La combinación de tradiciones africanas, indígenas y europeas da forma a un destino culturalmente único en la región.
Vanuatu
El archipiélago de Vanuatu es famoso por sus paisajes volcánicos, selvas y playas sin explotar. Entre sus islas destaca Tanna, hogar del volcán activo Monte Yasur, donde los viajeros pueden presenciar espectaculares erupciones. La isla de Espiritu Santo ofrece aguas cristalinas y barreras de coral ideales para el buceo, mientras que la cultura melanesia del país se refleja en sus festivales y danzas tradicionales. Vanuatu es ideal para quienes buscan aventura en un entorno natural.
Eslovaquia
Eslovaquia, con sus castillos medievales y montañas Tatras, es un destino ideal para los amantes de la historia y el senderismo. Bratislava, su capital, combina el encanto de su centro histórico con una oferta cultural y gastronómica en constante crecimiento. Los parques nacionales, como el de los Tatras, ofrecen rutas de senderismo y paisajes alpinos, además de actividades de invierno en temporada. Eslovaquia destaca por su accesibilidad en el centro de Europa y su relación calidad-precio.
Armenia
Armenia, en la encrucijada entre Europa y Asia, cautiva con sus antiguos monasterios, como el de Geghard y el de Tatev, ubicados en paisajes montañosos de gran belleza. Su capital, Ereván, es una ciudad moderna que conserva su identidad histórica y ofrece una vibrante vida cultural. El monte Ararat, símbolo nacional aunque en territorio turco, puede contemplarse desde el país, recordando la leyenda del Arca de Noé. Armenia es un destino de interés cultural y espiritual, donde la hospitalidad y la herencia cristiana se viven intensamente.