Junto con provincias como Salamanca, Cáceres o Huelva, Ourense es una de las regiones de nuestro país que hace de frontera con Portugal. En sus inmediaciones son numerosos los rincones que se esconden conformando maravillosos paisajes. A este se le suman unas villas medievales que guardan una importante historia detrás debido a su situación fronteriza. Así, al igual que en nuestro país, al otro lado de La Raya -término con el que se conoce a esta línea fronteriza- se ubican preciosos pueblos que se alzan como una escapada perfecta para descubrir la zona norte de Portugal.
Uno de ellos es Chaves, una localidad que combina su riqueza histórica, sus aguas termales y un entorno natural cautivador. Este enclave, perteneciente al distrito de Vila Real, en la región de Trás-os-Montes, tiene una historia que se remonta a la época romana, cuando fue conocida como “Aquae Flaviae” y destacaba por sus aguas medicinales. Así, se ha convertido en un destino termal único en la zona que a día de hoy atrae a múltiples viajeros.
Un pasado romano aún presente
Chaves es conocida por su patrimonio romano, que se percibe en monumentos y calles que han conservado la huella de la civilización que dio origen a la ciudad. La estructura más emblemática de este pasado es el Puente Romano de Trajano, construido en el siglo I d.C., que atraviesa el río Támega con sus sólidos arcos de piedra. Este puente, que ha resistido el paso de los siglos, es uno de los mejor conservados de la península ibérica y sigue siendo un punto central de la vida urbana.
Pero no solo eso, pues formaba parte de la vía romana XVII que conectaba Braga (Brac cara Augusta) y Asturica (Astorga) y a día de hoy, tan solo son visible 12 de sus 18 arcos originales. Junto al puente, la ciudad conserva restos de termas romanas, una infraestructura que se ha convertido en el símbolo de Chaves y de su relación milenaria con el agua. En los últimos años, se han realizado excavaciones y trabajos de restauración en el área para sacar a la luz vestigios de las termas y otros restos romanos.
Además, el Museo de la Región Flaviense, ubicado en el Palacio de los Duques de Braganza, ofrece una amplia colección de piezas arqueológicas y documentos históricos que permiten al visitante profundizar en la historia antigua de Chaves. Pero esto no es todo, pues durante la Edad Media, la villa cobró una gran importancia fronteriza gracias a su situación estratégica.
Muestra de ello es el castillo de Chaves y su torre del homenaje, así como el legado medieval que se puede contemplar en las calles. Además, su valor estratégico militar cobra importancia después de resistir su anexión a la corona de Castilla y por ser en el siglo XIX donde las tropas de Napoleón sufrieron la primera derrota en suelo portugués.
Una gran tradición termal
Desde su fundación, Chaves ha sido conocida por sus aguas termales de propiedades medicinales. Con una temperatura de entre 73 y 76 grados centígrados, estas aguas son las más calientes de Portugal y se han empleado tradicionalmente para tratar dolencias digestivas, reumáticas y de la piel. El balneario termal Termas de Chaves, recientemente renovado y modernizado, ofrece a los visitantes una amplia variedad de tratamientos, desde baños de inmersión y duchas a masajes y programas de bienestar integrales.
Esta tradición ha convertido a la ciudad en un referente del turismo de salud en el norte de Portugal, atrayendo a miles de personas que buscan el poder curativo de sus aguas. Además de los baños, la ciudad ha desarrollado una infraestructura hotelera enfocada en el turismo de bienestar, ofreciendo hoteles con spa y servicios de calidad para quienes desean relajarse en un entorno tranquilo y natural. Este es el caso del Parque Termal de Vidiago, a unos 20 km de Chaves y que acoge un complejo hotelero con todas las comodidades, un spa y un campo de golf.
Por otro lado, la localidad atesora también un bonito casco antiguo, el cual da lugar a un laberinto de calles estrechas y empedradas, enmarcado por edificios tradicionales y adornado con balcones floridos. La Plaza de Camões, en el centro de la ciudad, es uno de los puntos neurálgicos, rodeada de casas históricas y cafés donde se puede disfrutar de una muestra de la gastronomía local. Chaves es famosa por su jamón curado, conocido como “presunto de Chaves”, y por platos tradicionales como la posta à Mirandesa, una jugosa carne de vacuno, y los pastéis de Chaves, empanadas rellenas de carne que forman parte de su identidad culinaria.
Cómo llegar
Desde Verín (España), el viaje es de alrededor de 30 minutos por la carretera A-75. Por su parte, desde Braga el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 15 minutos por la vía A-7 (hay peajes).