Las impresionantes piscinas termales de Italia incrustadas en mitad de la naturaleza: cascadas y un monumento único

Este enclave es uno de los mejores destinos para relajarse si se visita la Toscana

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Bagni San Filippo, en Italia (Adobe Stock).
Bagni San Filippo, en Italia (Adobe Stock).

La Toscana, reconocida mundialmente por sus ciudades de arte y cultura como Florencia y por sus característicos paisajes de colinas y viñedos, es también un destino que esconde joyas naturales menos conocidas, como sus termas al aire libre. Aunque las imágenes de sus calles empedradas y campos dorados dominan la imaginación de muchos viajeros, la región cuenta con una rica tradición termal, que ha sido valorada desde tiempos de los etruscos y romanos.

En el corazón de esta región, las termas de Saturnia, situadas en la provincia de Grosseto, son una de las más famosas. Estas aguas, ricas en minerales y de una temperatura constante de 37,5 °C, emergen desde las profundidades de la tierra y forman piscinas naturales en terrazas de roca caliza. Este fenómeno geológico, que ha creado un entorno idílico y relajante, permite a los visitantes sumergirse en un ambiente de serenidad rodeado por la naturaleza. Además de Saturnia, existen otros enclaves termales menos frecuentados en la Toscana que ofrecen experiencias únicas en contacto con la naturaleza y el legado termal de la región.

Este es el caso de las termas de Bagni San Filippo, unas piscinas termales que se han convertido en un atractivo enclave para quienes buscan una experiencia termal única en un entorno natural. Situado en la provincia de Siena, a las faldas del Monte Amiata, este rincón italiano destaca por sus aguas termales naturales y sus peculiares formaciones de piedra caliza, un espectáculo geológico que ha atraído a locales y turistas durante siglos.

Formaciones rocosas y termas

Bagni San Filippo, en Italia (Adobe Stock).
Bagni San Filippo, en Italia (Adobe Stock).

Las aguas de Bagni San Filippo tienen una larga historia y, según registros locales, ya eran conocidas por los etruscos y los romanos, quienes valoraban sus propiedades terapéuticas. Su nombre deriva de San Felipe Benicio, un santo de origen florentino que, según la leyenda, se refugió en estos baños durante el siglo XIII para sanar de sus heridas y encontrar paz en medio de las montañas. Las aguas sulfurosas, que emergen a una temperatura aproximada de 48 °C, están impregnadas de minerales como calcio y azufre, conocidos por sus beneficios para la piel, el sistema respiratorio y el alivio de dolores musculares.

Este tipo de composición mineral hace de Bagni San Filippo una opción de turismo de bienestar ideal para quienes buscan tratamientos naturales y un descanso profundo. Uno de los principales atractivos de este paraje natural es la conocida como Balena Bianca, una formación calcárea que se asemeja a la figura de una ballena y que ha sido moldeada por siglos de depósitos de calcio disuelto en las aguas. Este impresionante relieve natural se ha convertido en un símbolo del balneario, atrayendo tanto a fotógrafos como a curiosos que se acercan para contemplar la estructura blanca y reluciente en medio del bosque.

Las terrazas de piedra caliza y las pequeñas piscinas naturales que rodean la Balena Bianca permiten a los visitantes sumergirse en aguas templadas mientras observan la particular geología del lugar. Pero esto no es todo, pues este conjunto termal se encuentra rodeado de un frondoso bosque que termina de completar un entorno natural maravilloso. Además, el balneario está rodeado de rutas de senderismo que invitan a explorar la zona, donde es común encontrar caminos que llevan a miradores naturales y otros puntos de interés.

Así son los ‘onsen’ de Japón: espectaculares baños termales en mitad de la naturaleza que son una experiencia única.
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