El Palacio de los Amézaga permanece como un vestigio de su ambiciosa concepción original a pesar de no haber estado terminado en todo su historia. En la actualidad la edificación, que está a medio terminar, sirve como un pabellón privado para actividades agropecuarias. No obstante, la falta de techo y el deterioro progresivo se debe a la falta de mantenimiento del imperioso palacio. Pero, ¿por qué no ha sido acabada?
El halo de misterio rodea cada milímetro de piedra que sostiene el actual edificio, ubicado en Güeñes, Vizcaya. Según cuenta la leyenda, esta construcción barroca tiene una historia turbulenta que se remonta al año 1709, cuando Baltasar Hurtado de Amézaga, marqués de Riscal, lo manda construir con la intención de crear una residencia digna para recibir al rey Felipe V.
Y es que, gracias a los servicios militares de los Amézaga a los tercios en Flandes, el rey consideró otorgarles el título nobiliario de Riscal de Alegre en 1708. De esta manera, Baltasar idea su ambicioso proyecto, con el fin de invitar a su Majestad a su tierra natal, según se relata en Euskadi. Para llevar a cabo su ambicioso trabajo, contó con la ayuda de Martín de Zaldua, un arquitecto destacado del barroco vasco, que diseñó una estructura con la solidez propia de la arquitectura militar del siglo XVIII.
La leyenda del Palacio de los Amézaga
La planta rectangular, las dos torres avanzadas, y los muros de sillería y mampostería denotan la intención del marqués por hacer una residencia real. Sin embargo, desde su muerto, el palacio ha sido objeto de diversas leyendas que justifican los horrores que se vivieron después. Quizá la más persistente en el tiempo cuenta que la muerte de Hurtado en 1720, en una campaña militar en Flandes, tuvo lugar durante la construcción de la obra. De esta manera, el marqués dejó estipulado en su testamento que la obra arquitectónica no debía ser completada ni vendida tras su muerte, un deseo que no fue respetado.
La desobediencia a sus pretensiones habría desencadenado supuestas maldiciones para aquellos que intentaron propasarla. La maldición ha dejado su rastro: se ha registrado la muerte de varios descendientes del marqués y de terceras personas involucradas en los intentos de reanudar las obras. De esta forma, con todas las historias que se han recaudado con los años, el imaginario popular, vinculado a relatos de sucesos paranormales y desgracias, ha logrado rebautizar esta creación como “El Palacio de las Brujas”.
La trascendencia de esta leyenda ha generado incluso la creación de una radionovela llamada “Herencia 5 estrellas”, escrita por el locutor Alex Ugarte, según un artículo del diario Deia. Así, Ugarte, inspirado por las historias que circulaban sobre el palacio durante su infancia en la comarca de Enkarterri, explora esta maldición desde una perspectiva humorística, ambientando su trama en el intento de transformar el palacio en un hotel de lujo y los misteriosos sucesos que siguen a este intento.
A pesar de que la historia del testamento es la más conocida en la comarca, existe otra versión que sugiere que esta provenía de la venganza de una joven. Según se cree, podría haber lanzado un hechizo para que el palacio nunca fuera terminado, debido a la muerte de su padre a manos de Hurtado. Aunque no hay pruebas que confirmen estos relatos, la atmósfera en torno al palacio sigue atrayendo a curiosos y amantes de lo paranormal. De lo que no cabe duda es que la estructura del palacio se mantiene como un símbolo del misterio que aún rodea a esta construcción inacabada.