El pueblo conocido como “la pequeña Atenas de Extremadura”: la leyenda del Rey Jayón, unas campanas reconocidas por la UNESCO y una gastronomía local exquisita

Luis Zapata de Chaves describió a la región como un sitio feliz, agradable y con abundante hermosura

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Llerena desde las alturas (Turismo de Llerena)
Llerena desde las alturas (Turismo de Llerena)

Todos los amantes de la historia y la cultura antigua desean poder visitar en algún momento la capital griega: Atenas. Y es que su riqueza en restos arqueológicos, la cantidad de leyendas y mitos que ha impulsado su cultura y su gastronomía son algunos de los motivos por lo que este viaje es imprescindible, al menos una vez en la vida.

No obstante, para aquellos que no tengan la capacidad económica para volar hasta la capital griega, pueden encontrar en Llerena una riqueza de cultura similar a la de esta ciudad soñada. Así, la conocida como “la pequeña Atenas de Extremadura”, enamora a todo visitante con tan solo un paseo por sus calles rodeadas de casas blancas al estilo mudéjar y algunos edificios históricos integrados cada pocos pasos entre las viviendas.

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Además, al igual que las leyendas que conforman la historia de la capital griega, Llerena alberga una curiosa leyenda sobre el Rey Jayón y su hija, que terminó con la construcción de la Ermita del Ara en Fuente del Arco. Pero este no es el único edificio emblemático que se puede encontrar en el pequeño rincón de la Campiña sur, sino que las campanas que se observan en lo alto de la parroquia de Nuestra Señora de la Granada, han sido condecoradas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por de la UNESCO por su singular tañido.

Un fin de semana en Llerena entre historia, arte, naturaleza y gastronomía

Llerena desde las alturas y la iglesia de Nuestra Señora de la Granada (Turismo de Llerena)
Llerena desde las alturas y la iglesia de Nuestra Señora de la Granada (Turismo de Llerena)

Conocida como “la pequeña Atenas de Extremadura” durante los siglos XV al XVII, Llerena fue un destacado centro artístico. Luis Zapata de Chaves ya describió en el siglo XVI a Llerena como un feliz lugar, “fértil de suelo, sano de cielo, soberbia de casas, agradable de calles, abundante de hermosas, llena de caballeros y letrados y de tan raros ingenios, que apenas necio podrá hallarse uno”. Por lo que, el paseo de sus calles garantizan un recorrido fascinante con monumentos históricos y paisaje cultural.

El primer punto en el itinerario, que recomienda Turismo de Llerena, es la Plaza de España, desde donde se puede escuchar el sonido estremecedor de las campanas de la iglesia de Nuestra Señora de la Granada. “A primera vista observamos que este templo es un compendio de estilos artísticos: mudéjar, gótico, renacimiento, barroco y rococó”, describe. Este emblemático edificio del siglo XIV aloja la pintura de “Cristo muerto en la cruz” de Francisco Zurbarán, un ilustre artista nacido en la comarca de Azuaga e instruido en Llerena.

A poca distancia, recorriendo diferentes fachadas adornadas con cornisas de modillones y portadas enmarcadas por alfiz, se llega hasta la Casa Maestral. Esta estructura conformó la antigua residencia de los Maestres de la Orden de Santiago, antes de convertirse en la sede de la Inquisición, donde se situaba el tribunal y la cárcel de los acusados por el Santo Oficio. Así, en el patio de la casa se pueden observar algunos grafitos de los presos que acabaron allí, mientras que en la Sala de Promoción de la Artesanía se puede curiosear y adquirir algunos de los productos artesanos que se realizan en distintos talleres extremeños.

Casa Maestral de Llerena (Turismo de Llerena)
Casa Maestral de Llerena (Turismo de Llerena)

De igual modo, el Palacio Episcopal es otra de las paradas imprescindibles si visitas “la pequeña Atenas de Extremadura”. Y es que, dentro de este reconocido monumento, se exhiben piezas galardonadas en los Premios Regionales de Artesanía: desde piezas únicas de orfebrería, hasta distinguidos bordados y excelentes cerámicas. Pero además, en el interior del palacio se pueden vislumbrar patios hermosos de estilo mudéjar, así como murales de temática religiosa y heráldica.

Igualmente, en Llerena se consigue llenar la vista con grandes piezas históricas, pero también el estómago, pues si hay otra cosa que se distingue en este pueblo es la buena comida. Entre sus platos típicos, como la “caldereta extremeña, sus productos derivados del cerdo, sus migas, su jamón y sus deliciosos postres”, se puede apreciar el legado agrícola y ganadero de la región, que tratan con gran mimo para garantizar un sabor absoluto de calidad.

Asimismo, para aquellos a los que les guste caminar por una buena senda con significado histórico, la que se organiza desde Llerena es, sin duda, la ideal. Y es que, desde la ciudad, parte una ruta de senderismo por la comarca, con el nombre del antiguo rey, que se planifica cada año “por parajes naturales excepcionales”. Sin embargo, en el caso de preferir un disfrute en solitario o en cualquier otra época del año, esta misma opción está disponible para todos los visitantes. Además, cabe mencionar también, la posibilidad de realizar parte del Camino de Santiago de la Frontera en la ruta que va de Cádiz a Badajoz.

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