Lo que prometía ser unas vacaciones navideñas tranquilas y bien planificadas para una pareja portuguesa, terminó en un altercado con la aerolínea Ryanair y la prohibición de embarcar en su vuelo hacia Madeira. El matrimonio había decidido regresar a la isla después de más de 20 años, adquiriendo un paquete turístico que incluía vuelos, alojamiento, traslados y comidas. Sin embargo, su viaje comenzó a complicarse cuando intentaron hacer el check-in en línea, un requisito de la aerolínea de bajo coste, que les llevó a una serie de problemas inesperados, tal y como señala la CNN en Portugal.
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Problemas con el check-in online
Según el medio, el día antes de su vuelo, la mujer intentó realizar el check-in online como exige Ryanair para evitar cargos adicionales en el aeropuerto. A pesar de sus esfuerzos, el sistema de la web de la aerolínea fallaba, impidiéndole completar el proceso. La normativa de Ryanair establece que los pasajeros deben realizar el check-in online hasta dos horas antes del vuelo o, de lo contrario, enfrentar un coste de 55 euros por persona para realizarlo en el aeropuerto.
Al llegar al aeropuerto de Lisboa, con más de tres horas de antelación, ella explicó su situación al personal de la aerolínea en el mostrador. Sin embargo, el personal se limitó a indicar que continuara intentando completar el check-in online, sin ofrecer asistencia directa. A medida que pasaba el tiempo, la frustración aumentaba, y finalmente, cuando la opción del check-in online quedó fuera de plazo, la pareja se vio obligada a pagar 110 euros para completar el proceso en el aeropuerto.
Tensiones en la puerta de embarque
Tras resolver el problema del check-in y pagar la tasa impuesta, la pareja se dirigió a la puerta de embarque. Sin embargo, la tensión acumulada hasta ese momento se incrementó cuando uno de los empleados de Ryanair les acusó de ser “agresivos” con el personal de la aerolínea, tal y como indica la CNN. Según el relato del matrimonio, el malentendido se debió a una conversación privada entre ellos, en la que la mujer pedía a su marido que no insistiera más con una de las empleadas en el mostrador de facturación.
El hombre, en su explicación posterior, señaló según el diario portugués que el término utilizado por su esposa fue interpretado de forma incorrecta por el personal de Ryanair, lo que llevó a un escalamiento de la situación. Un empleado de la aerolínea decidió tomar la drástica medida de cerrar la puerta de embarque para impedir que la pareja subiera al avión, a pesar de que ya habían cumplido con todos los requisitos para viajar.
El desenlace del incidente
Finalmente, la pareja se vio obligada a comprar nuevos billetes con otra aerolínea, easyJet, lo que les costó varios cientos de euros adicionales y les hizo perder un día completo de vacaciones. “Nos levantamos a las cinco de la mañana y pasamos todo el día lidiando con este problema”, comentó el marido al citado medio. A pesar de todo, la pareja logró volar a Madeira al día siguiente, aunque el incidente dejó un amargo sabor de boca.
En cuanto a Ryanair, la aerolínea defendió su decisión alegando que los pasajeros fueron “agresivos” con el personal en varias ocasiones. No obstante, la Policía de Seguridad Pública, que fue llamada a intervenir en el incidente, informó que no presenció ningún acto de violencia o agresión por parte de la pareja.
Este caso pone sobre la mesa las controversias en torno a las políticas de Ryanair, especialmente en lo relacionado con las tasas por servicios y las condiciones de embarque. Mientras el matrimonio finalmente pudieron disfrutar de su viaje a Madeira, el episodio sigue generando debate sobre la equidad de las prácticas de la aerolínea de bajo coste y sus efectos en los pasajeros.
La legalidad de la medida
Este incidente ha planteado serias dudas sobre la legitimidad de las prácticas de Ryanair, tanto en lo referente a la imposición de tasas por el check-in en el aeropuerto, como a la decisión de negar el embarque a la pareja. La abogada Rita García Pereira explicó a los medios que, si bien las aerolíneas tienen el derecho de impedir el acceso de un pasajero en determinadas circunstancias, este tipo de decisiones deben estar justificadas por la seguridad del vuelo o la integridad de los pasajeros.
“Solo pueden negarle el embarque si la conducta del pasajero supone un riesgo para la seguridad, como personas ebrias, bajo los efectos de drogas o comportamientos violentos, pero no por simples malentendidos o discusiones”, aclaró Pereira. Además, en relación con el cobro de la tasa de 55 euros por realizar el check-in en el aeropuerto, la abogada subrayó que si los problemas técnicos de la plataforma web impiden al pasajero completar el check-in online, la responsabilidad recae en la aerolínea. “Si la plataforma no funciona, la compañía no puede cobrar por un servicio que el cliente no ha podido utilizar”, afirmó Pereira.