Los viajes en otoño ofrecen una tranquilidad y ambientes acogedores, alejados de las masificaciones de turistas que se pueden ver el resto del año en cualquier ciudad europea. Sin duda, visitar una cafetería o dar un paseo con el sol resplandeciente de la tarde es uno de los placeres que buscan los viajeros en esta temporada del año. De esta manera, para escoger el mejor destino, hay que evaluar algunos factores que crearán la mejor combinación para los días de descanso y desconexión.
Por su parte, Riviera Travel ha tenido en cuenta la temperatura media o el número medio de días de lluvia en otoño para posicionar a diez ciudades europeas más acogedoras para este año. Dentro de los finalistas se pueden encontrar dos ciudades españolas: Madrid y Sevilla. Pero para aquellos que prefieran alejarse unos kilómetros más, sin necesidad de gastarse mucho dinero, Funchal, la capital de la Región Autónoma de Madeira, es la mejor opción.
La ciudad, que está asentada en una gran cuenca natural y rodeada de escarpadas montañas, ha quedado en el cuarto lugar del ranking, a tan solo cuatro puntos por debajo del primero que ha conseguido 67.2 de puntuación: la ciudad de Liubliana, en Eslovenia. Asimismo, aunque ha tenido una gran importancia histórica, en la actualidad se la conoce como una ciudad rejuvenecida gracias a la modernidad que emana y la inmensa influencia del Puerto de Funchal, que la ha posicionado como uno de los destinos inaugurales de los trasatlánticos europeos, según Madeira Web.
Funchal a lo largo de los siglos
Uno de los aspectos que mantiene Funchal desde su origen es la importancia de su puerto, pues desde los tiempos del comercio de caña de azúcar y plátano y, más tarde siglo XVII, con la llegada de comerciantes ingleses, del famoso Vino de Madeira, según Visit Portugal. Y es que, las islas de Madeira y Porto Santo fueron “redescubiertas” en 1418 por João Gonçalves Zarco y Tristão Vaz Teixeira. Pero no fue hasta 1924 que Zarco, encargado por el rey João I, comenzó a poblar la ciudad. Gracias a la fertilidad de sus suelos volcánicos y su posición estratégica, la ciudad costera se convirtió en poco tiempo en el centro económico y político de la isla.
Su alto valor comercial y pesquero hizo que corsarios franceses, bajo el mando de Bertrand de Montluc, posasen su atención en la isla en 1566. De este modo, lograron saquear el puerto y asediaron la ciudad durante 15 días. Esto provocó una mayor seguridad para protegerla de futuros ataques.
Siglos más tarde, en el XIX, Funchal se convirtió en un refugio para la nobleza europea que buscaba climas agradables y aires limpios. Entre las personalidades que visitaron la isla se encuentran la emperatriz austrohúngara Isabel de Wittelsbach, conocida como Sissi, y el emperador Carlos I de Austria. Igualmente, figuras como Winston Churchill y el dictador cubano Fulgencio Batista no pudieron evitar la tentación de visitar Funchal.
Qué ver en Funchal
El ambiente acogedor y amigable de los funchalenses invita a pasar unos días animados y divertidos. De este modo, siempre se pueden encontrar bares, restaurantes, terrazas o pubs abiertos para aprovechar al máximo de esta ciudad. Concretamente, las plazas de Funchal del casco antiguo son los sitios ideales para tomarse algo, como la Praça Amarela a pocos metros del mar.
Por su parte, la mayoría de los monumentos, también se encuentran en el centro histórico, junto al puerto, debido a la importancia religiosa que ha tenido durante los siglos, según Isla Madeira. La catedral la Sé es una mezcla de estilos flamenco, hispano-gótico y manuelino que se erigió durante el reinado de Manuel I, por lo que es una parada obligatoria al ser gratuita y una de las más bellas de Portugal. Pero además, la Iglesia y Monasterio de Santa Clara o la Igreja do Monte no se quedan atrás.
Asimismo, los edificios militares también tienen gran importancia histórica, como la fortaleza de São Lourenço que fue construida en la primera mitad del siglo XVI y que actualmente la mayoría de sus salas es un museo, además de ser la residencia del representante del gobierno central portugués. La entrada es gratuita y abre sus puertas todos los días de la semana, salvo el lunes. La Forte de São João Baptista y la Forte de Santiago también son visitables y narran con grandes historias sobre la protección que han dotado a Funchal.
Sin embargo, para aquellos que deseen una actividad más relajante y al aire libre, deben visitar sin duda por parques y jardines de Funchal, como el Jardín Botánico de Madeira y el Parque de Santa Catarina. Aunque los funiculares o los teleféricos de Funchal, son opciones igualmente agradables.
Cómo llegar
Para acceder a la ciudad hay dos principales alternativas para llegar hasta la ciudad. En primer lugar, a través del aeropuerto internacional Cristiano Ronaldo de Madeira se puede ir hasta la ciudad de Santa Cruz. Esta se encuentra a diez minutos en coche y en 20 en autobús a un precio de 6 euros.
Los vuelos desde las principales ciudades europeas duran entre tres y cuatro horas de media, pero desde Lisboa el viaje puede hacerse en tan solo 90 minutos. Además, la segunda opción para llegar a la isla es mediante el puerto de Funchal, pues es uno de los puntos principales de las rutas de los cruceros internacionales.