Piscinas naturales volcánicas, parajes de ensueño y un pintoresco puerto: así es uno de los pueblos más bonitos de Portugal

Enclavada entre el mar y la montaña, esta localidad es un paraíso para los amantes de la naturaleza y cuenta con una imagen de postal

Guardar
Porto Moniz, en Madeira, Portugal (Adobe).
Porto Moniz, en Madeira, Portugal (Adobe).

En el océano Atlántico, el archipiélago de Madeira emerge como un destino único en Portugal, que junto con las islas Salvajes, constituyen una región autónoma del país luso. Este conjunto está formado por un total de cinco islas, tres de ellas son conocidas como las islas Desiertas, ya que no están habitadas, a las que hay que sumar Porto Santo y Madeira. Esta última alberga un conjunto natural que atrae a infinidad de viajeros cada año, los cuales descubren paisajes maravillosos.

Así, es posible recorrer impresionantes rutas de senderismo que siguen las antiguas “levadas” o canales de riego, disfrutar de su famoso vino reconocido a nivel mundial y participar en sus festividades culturales. Además, la isla está salpicada de pequeños pueblos que conservan un valioso patrimonio histórico y cultural, por no hablar de sus impresionantes paisajes, los cuales dan lugar a destinos de encanto. Así, en la costa noroeste de Madeira, Porto Moniz se alza como una de las localidades más especiales de Portugal.

Conocido principalmente por sus piscinas naturales de origen volcánico y su abrupto paisaje costero, Porto Moniz combina la belleza natural con una rica historia y tradiciones profundamente enraizadas. Este rincón de la isla ofrece a los visitantes una experiencia única, en la que la naturaleza salvaje y las costumbres locales se mezclan en perfecta armonía.

Las piscinas naturales como sello de identidad

Piscinas naturales de Porto Moniz, en Madeira, Portugal (Visit Madeira).
Piscinas naturales de Porto Moniz, en Madeira, Portugal (Visit Madeira).

Entre el mar y la montaña, Porto Moniz destaca por su riqueza natural incalculable. De todos sus atractivos, las piscinas naturales constituyen el símbolo de la localidad, pues muestran unos parajes nunca vistos perfectos para el baño. Se tratan de pozas de origen volcánico formadas por el capricho de la naturaleza a lo largo de los años, que gracias a su fisionomía natural permiten la entrada constante de agua. En días soleados, las aguas cristalinas invitan a los bañistas a disfrutar de un entorno único, en el que el paisaje volcánico y el mar se funden en una postal inolvidable.

Tanto es así, que estas piscinas se han convertido en todo un reclamo turístico, lo que ha hecho que el espacio sea acondicionado para el acceso turístico, con zonas de solárium y servicios básicos para los visitantes, sin perder el encanto rústico que caracteriza a este paraje natural. La sensación de nadar en estas piscinas, con el océano golpeando las rocas a pocos metros, es uno de los momentos más memorables para quienes visitan Porto Moniz. Pero esto no se queda aquí, pues sobre las piscinas, la imponente montaña domina todo el paisaje de la localidad.

En estas colinas se ubica el conocido como Fanal, un bosque de laurisilva, una especie consagrada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en diciembre de 1999. Por ello se alza como uno de los puntos más singulares de la villa, a lo que se le suma también su bosque de tilos de Madeira. Así, la mejor forma de explorar los encantos naturales del Puesto Forestal de Fanal es recorriendo los senderos que lo atraviesan. Entre las rutas más destacadas se encuentran la PR13 Vereda do Fanal y la PR14 Levada dos Cedros, que ofrecen a los visitantes la oportunidad de adentrarse en la exuberante naturaleza de esta área protegida.

Un puerto con historia

Porto Moniz, en Madeira, Portugal (Visit Madeira).
Porto Moniz, en Madeira, Portugal (Visit Madeira).

Porto Moniz no solo es naturaleza. Este municipio tiene una historia estrechamente vinculada con el mar y la pesca, lo que se refleja en sus tradiciones y cultura local. Fundado en el siglo XVI, el pueblo debe su nombre a Francisco Moniz, un noble portugués que se asentó en la región. A lo largo de los siglos, la pesca y la agricultura han sido las principales actividades económicas de la zona, aunque en los últimos años el turismo ha ganado terreno, impulsado por la belleza natural del entorno.

A pesar del desarrollo turístico, Porto Moniz ha sabido mantener su identidad como un pequeño pueblo marinero. Los visitantes pueden pasear por su puerto, donde aún se pueden ver pequeñas embarcaciones pesqueras y donde el pescado fresco, como el pez espada o el atún, sigue siendo una parte esencial de la gastronomía local. Los restaurantes del pueblo, muchos de ellos ubicados con vistas al mar, ofrecen platos tradicionales elaborados con productos frescos, lo que brinda una oportunidad perfecta para degustar la cocina madeirense.

Por otro lado, el viajero no se puede marchar sin contemplar la playa de Porto de Abrigo do Seixal, también conocida simplemente como playa de Seixal. Situada junto al Porto de Abrigo y el Club Naval de Seixal, esta playa se formó de manera natural en los últimos años y cuenta con accesos adecuados y diversas instalaciones, como duchas, un bar y la posibilidad de alquilar kayaks. Su entorno la convierte en un lugar ideal para la práctica de deportes acuáticos durante todo el año, incluyendo bodyboard, kayak y stand up paddle.

El impresionante mirador de Portugal que descubre uno de los mejores paisajes del país: acantilados escarpados y vistas al Atlántico.
Guardar