El impresionante castillo de Italia que está a orillas del mar: tiene una iglesia con los restos de un santo

Apenas a una hora de la ciudad de Roma se ubica una de las joyas medievales más impresionantes de la región de Lacio. Se trata de una impresionante fortaleza situada al borde del mar que destaca por su sobria arquitectura y sus torres. Además, se encuentra en un muy buen estado de conservación, lo que la convierte en una ventana al pasado histórico de la zona.

Estamos hablando del castillo de Santa Severa, un imponente complejo fortificado que ha sido testigo de más de dos mil años de historia. Este castillo, situado en el municipio de Santa Marinella, no solo es un importante vestigio del pasado, sino también un atractivo turístico clave para quienes desean explorar la historia y el patrimonio cultural de la región fuera de los circuitos más concurridos de la capital italiana.

El origen del Castillo de Santa Severa se remonta a la época etrusca, cuando la zona que hoy ocupa la fortaleza fue el emplazamiento de Pyrgi, un antiguo puerto etrusco y uno de los más importantes centros comerciales de la civilización etrusca en el Mediterráneo. Los etruscos construyeron en este lugar un santuario dedicado a la diosa Uni, donde se llevaban a cabo rituales religiosos y actividades comerciales. Restos arqueológicos de este período, como las famosas tabulae de Pyrgi, se han encontrado en las cercanías del castillo.

Con el tiempo, Pyrgi pasó a formar parte del dominio romano, y durante la Edad Media, la ubicación estratégica de Santa Severa, en una pequeña península rodeada por el mar, la convirtió en un punto clave para el control militar y comercial de la costa. Así, el castillo, tal como se conoce hoy, comenzó a tomar forma en el siglo IX, cuando fue construido como una fortaleza para defender la costa romana de las incursiones sarracenas. Su nombre proviene de Santa Severa, una mártir cristiana que, según la tradición, fue ejecutada en el lugar en el año 298 d.C., y cuyas reliquias se encuentran en una iglesia ubicada dentro del recinto.

Asimismo, a lo largo de los años fue ampliado y modificado reflejando las distintas etapas históricas que ha vivido la región. En el siglo XIV, pasó a ser propiedad de la familia noble romana Orsini, quienes transformaron la fortaleza en una residencia fortificada. Posteriormente, el castillo fue cedido a la Orden del Santo Espíritu, que lo mantuvo bajo su control hasta el siglo XX.

En cuanto a su arquitectura, el edificio combina diferentes estilos arquitectónicos, desde las estructuras medievales originales hasta las remodelaciones renacentistas. El complejo incluye la torre principal, con su característico perfil que domina el paisaje costero, una muralla defensiva y varios edificios anexos que servían como viviendas y almacenes. Entre los elementos más destacados se encuentra la iglesia de Santa Severa, construida en el siglo IX, que alberga las reliquias de la santa.

De este modo, y tras un periodo de abandono en el siglo XX y su posterior restauración, la fortaleza abrió al público en 2014 en el marco de un proyecto de conservación y recuperación del patrimonio promovido por la región de Lacio. Así, se ha convertido en todo un reclamo turístico, ya que alberga exposiciones temporales y permanentes, eventos artísticos y actividades educativas.

De hecho, entre sus muros se ubica el Museo del Mar y de la Navegación Antigua, que ofrece un recorrido por la historia marítima de la región desde la época etrusca hasta la Edad Media. Las salas del museo exhiben objetos arqueológicos, maquetas de barcos antiguos y explicaciones detalladas sobre las rutas comerciales que conectaban Pyrgi con el resto del Mediterráneo.