A la hora de viajar son muchos los turistas que hacen grandes desembolsos de dinero para vivir las mejores experiencias. Sin embargo, la gran mayoría de veces esto no es necesario, pues existen muchos destinos increíbles que permiten cuidar un poco el bolsillo. Así, desde países donde el coste de vida es bajo hasta estrategias inteligentes para ahorrar en transporte, alojamiento y comida, hoy en día es posible disfrutar de experiencias únicas por mucho menos de lo que se podría imaginar.
A su vez, algo a tener en cuenta también es el cambio de divisa, pues en algunos países de Europa del este, el euro vale mucho más que la moneda local. Este es el caso de Bulgaria, donde la moneda comunitaria vale el doble que su moneda propia. Así, este país del sureste del continente se convierte en uno de los destinos más baratos para viajar, pues además la vida allí es muy asequible. Pero este no es su único encanto, pues Bulgaria ha ido ganando popularidad entre los viajeros en busca de experiencias auténticas y menos conocidas.
Aunque en ocasiones opacada por destinos más turísticos del continente, ofrece una mezcla única de historia milenaria, paisajes naturales impresionantes y una cultura vibrante que la convierte en una joya por descubrir en el corazón de los Balcanes.
Un patrimonio histórico que abarca milenios
Bulgaria es uno de los países más antiguos de Europa, con una historia que se remonta a más de 6.000 años. A lo largo de su territorio, se pueden encontrar vestigios de las civilizaciones tracia, romana, bizantina y otomana. Un ejemplo destacado es la ciudad de Plovdiv, considerada una de las ciudades más antiguas habitadas de manera continua en el mundo. Sus calles adoquinadas y su casco antiguo, con arquitectura del Renacimiento búlgaro, ofrecen una atmósfera única que transporta al visitante a otra época.
La ciudad alberga el antiguo teatro romano, uno de los mejor conservados de Europa, donde se siguen celebrando espectáculos y eventos culturales. Otra joya histórica es el Monasterio de Rila, el mayor monasterio ortodoxo de Bulgaria, fundado en el siglo X y considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Situado en las montañas de Rila, el monasterio impresiona tanto por su arquitectura, con sus coloridos arcos y frescos, como por su entorno natural. Es un lugar de peregrinación y un símbolo del orgullo cultural y religioso del país.
Pero esto no es todo, pues Sofía, su capital, es una ciudad vibrante que mezcla la modernidad con la historia. A los pies del monte Vitosha, la localidad alberga una serie de sitios históricos, como la Catedral Alexander Nevski, uno de los símbolos más reconocibles de Bulgaria, y la iglesia de Boyana, con frescos medievales que también han sido declarados Patrimonio de la Humanidad.
Un paraíso natural
Por otro lado, el país cuenta con una sorprendente diversidad geográfica, que va desde playas bañadas por el mar Negro hasta majestuosas cadenas montañosas. La costa búlgara, especialmente en destinos como Varna y Burgas, es conocida por sus largas playas de arena dorada, aguas cristalinas y un ambiente más relajado en comparación con los destinos turísticos más concurridos del Mediterráneo. Sin embargo, es en sus montañas donde Bulgaria muestra toda su espectacularidad.
Los montes Ródope, Rila, Pirin y los Balcanes ofrecen algunas de las mejores oportunidades de senderismo, escalada y deportes de invierno en Europa. El Parque Nacional de Pirin, también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es una región de montañas escarpadas, glaciares y lagos alpinos, que atrae tanto a los excursionistas experimentados como a los amantes de la naturaleza. Durante el invierno, las estaciones de esquí de Bansko, Borovets y Pamporovo se han convertido en destinos favoritos para esquiadores europeos que buscan una alternativa asequible a los Alpes.
Para quienes prefieren una conexión más profunda con la naturaleza, la región de los montes Ródope es un paraíso de bosques densos y pueblos tradicionales, donde el tiempo parece haberse detenido. Las formaciones rocosas de Belogradchik, en el noroeste del país, son otro de los paisajes más impresionantes de Bulgaria, con sus extrañas y gigantescas formaciones naturales que han dado pie a numerosas leyendas locales.