El impresionante puente sostenido por las ‘manos de Dios’ situado en mitad de la naturaleza: se llega en teleférico

Esta pasarela se sitúa dentro de un complejo turístico que atesora infinidad de secretos como atracciones, jardines y senderos

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Puente de oro, en Vietnam
Puente de oro, en Vietnam

A lo largo del planeta se pueden disfrutar de auténticas maravillas. Algunas de ellas son obras de la naturaleza, mientras que otras son producto del ingenio y habilidad humana. Así, de todas ellas, los puentes se alzan como una de las estructuras más impresionantes del mundo. Desde pasarelas colgantes en mitad de la naturaleza hasta majestuosas construcciones que unen ciudades, estos elementos se han convertido en parte del día a día de muchas personas y en atractivos turísticos que atraen a miles de viajeros.

En este sentido, en las colinas de Bà Nà, cerca de la ciudad costera de Da Nang, en el centro de Vietnam, el Puente de Oro (Cầu Vàng en vietnamita) se ha convertido en uno de los destinos turísticos más emblemáticos del país. Inaugurado en junio de 2018, este puente destaca no solo por su diseño arquitectónico único, sino también por el impresionante paisaje natural que lo rodea, convirtiéndose rápidamente en un punto de referencia tanto para viajeros como para amantes de la fotografía.

Un diseño que desafía la gravedad

El Puente de Oro, con una longitud de alrededor de 150 metros y una altura de más de 1.400 sobre el nivel del mar, parece flotar entre las nubes. La estructura principal está sostenida por dos enormes manos esculpidas que, con apariencia envejecida, parecen surgir de la montaña. Este diseño simboliza a las “manos de los dioses” que sostienen una cinta dorada en el cielo, ofreciendo una pasarela que conecta a los visitantes con la naturaleza.

Puente de oro, en Vietnam
Puente de oro, en Vietnam

Este distintivo diseño fue concebido por el estudio de arquitectura TA Landscape Architecture, con sede en Ho Chi Minh. El puente, revestido con una barandilla dorada y cubierto con un sendero de madera, ofrece vistas panorámicas de las colinas circundantes y del denso bosque tropical, con el mar de fondo en los días despejados. Su integración con el paisaje circundante y su estilo estético lo han colocado en la lista de “must-see” para viajeros internacionales.

Una atracción turística que impulsa la economía local

A su vez, el Puente de Oro forma parte del complejo turístico Sun World Bà Nà Hills, un destino de ocio que atrae a millones de visitantes cada año. Este parque combina una amplia oferta de entretenimiento con un entorno natural espectacular, lo que lo convierte en una experiencia única tanto para los turistas locales como internacionales. Uno de los atractivos más destacados es su red de teleféricos, considerada una de las más impresionantes del mundo tanto por su longitud como por la altura que alcanza.

El teleférico principal, que conecta la base de las montañas con la cima donde se encuentra el Puente de Oro, ha batido varios récords mundiales, entre ellos el del recorrido más largo sin paradas, con una distancia de más de cinco kilómetros, y el mayor desnivel, ascendiendo casi 1.300 metros en un solo tramo. Durante el viaje, los visitantes pueden disfrutar de vistas panorámicas sobre la selva tropical y las colinas circundantes, en lo que es una de las experiencias más memorables del parque.

Además del icónico Puente de Oro, Sun World Bà Nà Hills ofrece una amplia variedad de atracciones que incluyen jardines de inspiración europea, templos budistas, y una reproducción de un pintoresco pueblo de estilo francés. Este “French Village” está diseñado para transportar a los visitantes a una pequeña aldea del siglo XIX, con calles adoquinadas, una catedral gótica y fachadas de piedra que evocan la arquitectura clásica europea.

El complejo también alberga el Jardín de Le Jardin D’Amour, una serie de jardines temáticos que exploran diferentes conceptos de belleza natural y paisajística, cada uno con su propia personalidad y diseño único. Entre sus atracciones religiosas se encuentran templos y pagodas, que añaden un componente espiritual al entorno, invitando a los turistas a la reflexión en medio de un paisaje de ensueño.

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