El Parador más barato de la Comunidad Valenciana: un diseño sencillo al borde del mar y con impresionantes vistas

Enclavados en impresionantes castillos, bellos palacios o en mitad de la naturaleza, los Paradores son uno de los alojamientos más singulares de España. Estos hoteles se caracterizan por su amplio abanico turístico donde la calidad y la excelencia van de la mano gracias a todos sus servicios y comodidades. Así, constituyen un espacio vanguardista en el corazón de construcciones que cuentan con un alto valor histórico y cultural. Sin embargo, no todos se ubican en impresionantes monumentos, pues otros destacan por su sencillez y calidez, lo que los convierten en lugares acogedores perfectos para una escapada.

Así, el Parador de Benicarló, situado en Castellón, destaca por ofrecer la máxima calidad en un espacio tranquilo y alejado del bullicio de la gran ciudad. Este alojamiento, además, se ubica muy cerca de la costa, lo que permite disfrutar de las bonitas playas de la región incluso hasta bien entrado el otoño. Esto es gracias sus suaves temperaturas. Aunque si por algo destaca este Parador es por ser el más barato de toda la Comunidad Valenciana, lo que lo convierte en un destino ideal para cualquier época del año.

Para ello, desde Infobae España se ha comparado los precios de los paradores de toda la comunidad, tomando como referencia unas fechas tan demandadas y señaladas como son las Navidades. Así, ha resultado que el Parador de Benicarló para esa época cuenta con el precio más bajo, con un coste de alrededor de 47 € para una habitación doble estándar por persona y noche. Sin embargo, esto varía en función de la reserva, pues ese precio es para solo la habitación. Si se desea alojamiento y desayuno el precio asciende a unos 64 € y en el caso de coger media pensión es de 102 €.

Benicarló es un destino destacado por su cercanía al mar Mediterráneo y su clima templado, lo que la convierte en un lugar ideal para disfrutar del sol y la playa. Sus aguas cristalinas bañan tres principales playas: la del Morrongo, galardonada con la Bandera Azul por su calidad, la tranquila playa de La Caracola, ideal para paseos familiares, y la playa de La Mar Xica, con su característico paisaje rocoso. Sin embargo, Benicarló no es solo mar y playa, sino que también alberga un importante patrimonio cultural.

En pleno centro histórico se erige la iglesia barroca de San Bartolomé, una joya arquitectónica del siglo XVIII que destaca por su imponente fachada y su elegante campanario. A pocos pasos, el Museo Cultural de la Ciudad ofrece una ventana a la historia local, con exposiciones que abarcan desde la época íbera hasta la actualidad. En las cercanías de Benicarló, se pueden explorar antiguos asentamientos íberos como el Puig de la Nao y la Tossa, donde los restos arqueológicos ofrecen una visión fascinante de las primeras civilizaciones que habitaron esta región.

En este sentido, la mejor forma de descubrir todos estos rincones es alojándose en Parador, pues además, el viajero puede disfrutar de una experiencia única en sus habitaciones. Estas responden a un diseño sencillo en el que no prima la decoración, sino un servicio de calidad donde la tranquilidad y las vistas están más que garantizadas.

Así, el Parador cuenta con ana amplia oferta de servicios y comodidades donde destacan una piscina exterior abierta hasta finales de octubre, un gimnasio, un pintoresco jardín, un parking exterior gratuito y sus restaurantes. Estos últimos son uno de los mayores reclamos del hotel, pues “los pescados y mariscos del Mediterráneo y los productos de la huerta local caracterizan la propuesta gastronómica del Parador de Benicarló, con su restaurante consagrado a la cocina marinera, a la alcachofa y los arroces”, destacan desde la web.

De este modo, entre sus especialidades destacan los arrosejats, fideuás, pescados de la zona, suquet de rape y langostinos con patatas, alcachofa de Benicarló (en temporada), pastissets, arroces. Además, durante el verano abre también La Arrocería, una agradable terraza de ambientación marinera y carácter más informal donde son auténticos especialistas en arroces sin descuidar los pescados al horno o en fritura.

Desde Castellón de la Plana el viaje es de alrededor de 55 minutos por la carretera AP-7. Por su parte, desde Tarragona el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 20 minutos por la misma vía.