Tenerife, la mayor de las Islas Canarias, se caracteriza por la diversidad de sus paisajes y un clima templado durante todo el año. La isla combina playas de arena dorada, montañas, bosques y formaciones volcánicas, lo que la convierte en un lugar atractivo para quienes buscan contacto con la naturaleza. Entre sus principales atractivos destacan el Parque Nacional del Teide y los bosques de laurisilva del macizo de Anaga, que reflejan la riqueza geográfica y ecológica del lugar. Pero esto no es todo, pues en uno de sus pueblos se ubica uno de los monumentos naturales más impresionantes del mundo.
Se trata del Drago Milenario, qué situado en la localidad de Icod de los Vinos, es uno de los mayores emblemas de las islas Canarias. Este imponente árbol, de más de 16 metros de altura y 20 metros de perímetro en su base, se ha convertido en un símbolo tanto de la isla como del patrimonio natural de España.
A pesar de su nombre, los expertos calculan que la antigüedad del Drago ronda entre los 800 y 1.000 años, lo que lo convierte en uno de los seres vivos más longevos del archipiélago. De hecho, es el ejemplar más grande y antiguo de drago atlántico que existe a nivel mundial y tal es su importancia que fue declarado Monumento Nacional en 1917.
Un árbol singular
El drago (Dracaena draco) es una especie originaria de la región macaronésica, que incluye las islas Canarias, Madeira, Cabo Verde y las Azores. Su forma inusual y su longevidad lo han convertido en un objeto de admiración y estudio. A diferencia de la mayoría de los árboles, el drago no tiene anillos de crecimiento en su tronco, lo que ha dificultado durante mucho tiempo la estimación de su edad exacta. Su crecimiento es lento, y cada vez que florece, su tronco se ramifica, lo que le da su característica forma de candelabro.
La especie Dracaena draco ha sido reverenciada por distintas culturas a lo largo de la historia. Los antiguos guanches, los aborígenes de Tenerife, consideraban al drago un árbol sagrado y lo vinculaban a diversas leyendas y mitos. Su savia, que al entrar en contacto con el aire adquiere un color rojo oscuro, era conocida como “sangre de drago” y se le atribuían propiedades medicinales y mágicas. Esta savia se utilizaba como tratamiento para enfermedades, en la momificación y como tinte, entre otros usos.
Patrimonio de Icod de los Vinos
El Drago Milenario se encuentra en el Parque del Drago, un entorno ajardinado que permite a los visitantes apreciar este majestuoso árbol en todo su esplendor. El parque se inauguró en 1996 con el objetivo de preservar y poner en valor este símbolo de la isla, rodeándolo de especies vegetales autóctonas como cactus, tabaibas y cardones, que reflejan la biodiversidad de Tenerife. El parque también cuenta con áreas de interés etnográfico y arqueológico, como un lagar tradicional, carboneras y una cueva aborigen que recrea un enterramiento guanche con una momia.
Además, los visitantes tienen acceso a varios paneles informativos, de gran tamaño y visualmente atractivos, distribuidos por todo el recinto. Estos paneles ofrecen información detallada sobre la fauna, como aves y reptiles, la flora autóctona de Canarias, y aspectos geológicos, incluyendo los tubos volcánicos que caracterizan el paisaje de la isla. A su vez, el coste para visitarlo es de 5 €, mientras que la entrada reducida es de 3 € y los menores de 8 años pagan 2,50 €.
Por otro lado, el Drago Milenario ha enfrentado varios desafíos relacionados con su conservación. Su avanzado estado de edad, así como la presión del turismo y la urbanización, han hecho que las autoridades locales presten especial atención a su cuidado. El árbol ha sido sometido a varios procesos de mantenimiento y estabilización, incluyendo la colocación de soportes para sus ramas más pesadas y el tratamiento de posibles plagas o enfermedades.