Al norte de Burgos, la comarca de Las Merindades se presenta como uno de los enclaves naturales más fascinantes de España. Con paisajes montañosos que destacan por sus numerosas cascadas y su exuberante vegetación, esta región se convierte en un auténtico paraíso para quienes disfrutan del contacto directo con la naturaleza. Los visitantes pueden explorar un entorno único donde los valles se mezclan con desfiladeros y paredes rocosas, revelando tesoros naturales y culturales como la cascada de la Salceda, una de las más emblemáticas de la zona, o el imponente complejo de Ojo Guareña, uno de los mayores conjuntos kársticos de Europa.
Pero más allá de estos monumentos naturales, Las Merindades es mucho más, pues cuentan con senderos que recorren otros parajes menos conocidos. Este es el caso del desfiladero de los Hocinos, una impresionante hoz entre las Sierras de Tudanca y de la Tesla, que además fue una importante vía de comunicación en la región. Así, tal y como explica Pepo Paz Saz en el libro 101 senderos de España sorprendentes (Anaya Touring), entre los siglos XV y XVI, los mercaderes de Burgos dominaron una de las rutas comerciales más relevantes de Europa: el Camino del Pescado, que conectaba la Corte con Vizcaya y Cantabria.
Este recorrido atravesaba el río Ebro por Puente Arenas, en la Merindad de Valdivielso, y continuaba por el desfiladero de Los Hocinos, dirigiéndose hacia localidades como Medina de Pomar o Villarcayo. Desde allí, la ruta tomaba dirección hacia los puertos cantábricos a través del collado de Los Tornos o el Valle de Mena. Hoy en día, el legado de esta histórica vía perdura en un tramo empedrado que se extiende entre El Almiñé y la ermita de la Virgen de la Hoz, cerca de Villarcayo, testimonio del pasado comercial de la región y del papel clave que desempeñó en las comunicaciones de la época.
Una sencilla ruta
En este sentido, la ruta que recorre este maravilloso paraje tiene una longitud de poco más de ocho kilómetros en sentido ida y vuelta. Además, no entraña apenas dificultad, por lo que es ideal para disfrutar en compañía de la familia y amigos. Así, el sendero propuesto en realidad corresponde a un tramo de la séptima etapa del Camino Natural “Senda del Ebro” (GR 99), entre Manzaneda y Puente Arenas. Su punto de partida se encuentra antes de cruzar el denominado ‘Puente del Aire’, donde se localiza una zona recreativa y un aparcamiento.
Desde ese punto, el sendero se adentra en un frondoso bosque de ribera, donde predominan los quejigos, bojes y otras especies características de la zona. La vegetación densa crea un entorno de gran belleza, donde el aire fresco y el sonido del agua acompañan al caminante en cada paso. Este tramo conduce hasta la garganta de los Hocinos, un desfiladero de paredes escarpadas por donde el río Ebro se abre camino, formando un paisaje imponente. Aunque el tramo es corto, ofrece una experiencia única: dos pasarelas colgantes, ancladas a la roca, permiten asomarse sobre el cauce del río y disfrutar de una vista panorámica del entorno natural.
Para quienes no sufran de vértigo, es aconsejable levantar la mirada hacia el cielo, donde es posible avistar algunas de las aves rapaces más emblemáticas de la región. Alimoches, águilas reales y buitres leonados sobrevuelan las alturas, vigilando atentos desde las corrientes térmicas que se elevan desde el desfiladero. Estas aves, parte de la rica fauna del lugar, añaden un componente de vida salvaje al recorrido y permiten apreciar la importancia ecológica de este paraje natural.
Cómo llegar
Desde Burgos, el viaje es de alrededor de 50 minutos por la carretera CL-629. Por su parte, desde Bilbao el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 20 minutos por las vías BI-636 y CL-629.