Una de las mejores rutas de Madrid para hacer en otoño: bonitos paisajes, árboles centenarios y perfecta para hacer en familia

El sendero recorre uno de los parajes más especiales de la Sierra de Guadarrama y descubre uno de sus mayores secretos

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Senda del Arroyo del Sestil del Maillo y de la Ladera de Mojonavalle, en Madrid (Turismo Madrid).
Senda del Arroyo del Sestil del Maillo y de la Ladera de Mojonavalle, en Madrid (Turismo Madrid).

Más allá de la gran ciudad, la Comunidad de Madrid cuenta con un patrimonio natural que guarda un montón de secretos. Este permite desconectar del ajetreo y el estrés y fusionarse con la naturaleza de una forma increíble. Así, sus valles, montañas y bosques se convierten en destinos perfectos para una escapada, siendo uno de los mejores destinos para ello la sierra de Guadarrama. Este enclave es ideal para disfrutar de una pequeña escapada, pues gracias a su amplia red de senderos se puede disfrutar de verdaderos monumentos naturales.

En este sentido, el abedular de Canencia se alza como uno de los parajes más singulares de Madrid. Este bosque, situado muy cerca del Puerto de Canencia y a los pies de la Sierra de Morcuera, permite disfrutar de un entorno natural maravilloso en el que numerosas especies conviven en una profunda armonía. Además, la ruta que brinda, conocida como senda del Arroyo del Sestil del Maillo y de la Ladera de Mojonavalle. se ha convertido en uno de los senderos más famosos durante el otoño, cuando los colores propios de esta estación visten el horizonte.

Así, durante casi ocho kilómetros y alrededor de tres horas, el viajero puede disfrutar de un mágico paisaje en el que los pinos, el abedul y varias especies protegidas como el acebo y el tejo son los principales protagonistas. Además, esta ruta es un plan ideal para hacer en familia durante el fin de semana, ya que no cuenta con apenas dificultad.

Una de las mejores rutas para el otoño

Senda del Arroyo del Sestil del Maillo y de la Ladera de Mojonavalle, en Madrid (Turismo Madrid).
Senda del Arroyo del Sestil del Maillo y de la Ladera de Mojonavalle, en Madrid (Turismo Madrid).

La senda comienza en el área recreativa del Puerto de Canencia, donde es posible estacionar el vehículo y disfrutar de una jornada al aire libre tras completar el recorrido. El primer tramo discurre por una pista forestal rodeada de un denso pinar de pino silvestre, hasta llegar al antiguo centro de educación ambiental El Hornillo. Poco antes de alcanzar este punto, se pueden observar a la derecha, ejemplares de abeto Douglas, una especie introducida en la zona y que es uno de los emblemas del lugar.

Al llegar a El Hornillo, el sendero se desvía a la derecha, abandonando la pista forestal para tomar una trocha que conduce al mirador de la Chorrera de Mojonavalle, un enclave de notable belleza dominado por un álamo temblón, ideal para el descanso y la contemplación. Desde allí, el camino gira bruscamente a la derecha y desciende suavemente por la ladera.

En la baliza 4, se abren dos ramales de ida y vuelta: el ramal de la izquierda bordea pinos centenarios, mientras que el de la derecha atraviesa un paisaje de acebos y tejos, y culmina en un abedular, una formación vegetal de gran interés debido a su rareza en la Comunidad de Madrid, ya que se encuentra típicamente en regiones más frías y húmedas.

La belleza de este lugar es incalculable, pues los colores vivos de las hojas de los árboles combinan a la perfección con la transparencia del agua de los ríos, dando lugar a un espectáculo visual y sonoro único. Además, el abedular permite contemplar algunas de las joyas de la región como son los tejos, los cuales algunos tienen más de 100 años Finalmente, tras regresar a la baliza 4, el sendero guía de vuelta al Mirador del Norte, donde se retoma la pista forestal.

Cómo llegar

Desde Madrid, el viaje es de alrededor de 1 hora y 5 minutos por la vía M-607. Por su parte, desde Segovia el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 20 minutos por la carretera Soria - Plasencia y la N-110.

La bonita ruta a uno de los lugares más desconocidos de los Pirineos: un arco piedra con una de las mejores vistas del Valle de Tena.
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