El espectacular paraje natural que es perfecto para hacer senderismo en otoño: una de las joyas de Andalucía y repleto de bosques centenarios

Las grandes ciudades, el ruido, el tráfico, la rutina… Todo esto acaba haciendo mella en las personas durante la semana, por lo que es habitual que, en ocasiones, sea necesario escapar del estrés del día a día y sumergirse en uno de los preciosos rincones que se esconden por España. Precisamente en Andalucía, son muchos los pueblos y lugares que son perfectos para pasar unos días de desconexión en otoño. Este es el caso del Valle del Genal, que se ubica en la comarca de la Serranía de Ronda, en pleno corazón de la provincia de Málaga. Se ha ganado a pulso ser uno de los parajes naturales más espectaculares de la región, gracias a sus impresionantes rutas de senderismo y a que está repleto de bosques centenarios.

Una de las mejores formas de disfrutar de esta época del año es sumergirse en la naturaleza y en los enclaves que permiten reconectar con el medioambiente. El Valle del Genal es ideal para ello, ya que en él se pueden apreciar vistas preciosas en las cuevas de La Pileta y el Gato, dar un paseo por Ronda, considerado uno de los pueblos más bonitos de España, o por algunas de las localidades blancas que se encuentran a su alrededor y tienen un gran encanto, como Jimera de Líbar, Pujerra, Cartajima o Gaucín.

Ya sea para pasar el puente de diciembre, las vacaciones de Navidad o cualquier fin de semana, España tiene todo tipo de opciones de naturaleza para visitar en otoño. Una de las mejores es la que ofrece el Valle del Genal, compuesto por 15 pueblos blancos de Málaga que merecen la pena conocer. Cada uno de ellos tiene su propio carácter, pero comparten la autenticidad de un paraje cultural y natural que no solo han de explorar los amantes de las rutas de senderismo, sino también todos aquellos que necesiten desconectar de la rutina.

En la provincia de Málaga, conocida por sus montañas y paisajes, el Valle del Genal destaca como el lugar donde el otoño muestra su mejor cara. Este rincón del sudoeste andaluz, conocido como el Bosque de Cobre, deslumbra por la transformación que experimenta su entorno natural, dominado por castañares y alcornoques. El cambio de estación tiñe el paisaje con tonos ocres, amarillos y marrones, creando un escenario espectacular que sigue el curso del río Genal, de donde toma su nombre.

El valle se convierte en un paraíso para los amantes de la naturaleza y el senderismo, con una red de riachuelos y ríos, entre los que destacan el Guadalteba, el Guadiaro y el propio Genal, que atraviesan la comarca. El sonido de las corrientes de agua se mezcla con el crujir de las hojas caídas, ofreciendo una experiencia sensorial única.

El otoño en el Valle del Genal no solo es un deleite visual: es una inmersión en la riqueza natural de una zona que, tras el verano, renueva su vida y sus paisajes, invitando a explorar cada uno de sus rincones.

El Valle del Genal es una región montañosa marcada por su aislamiento y el encanto de sus pequeños pueblos. Compuesto por 15 municipios como Algatocín, Benadalid, Benarrabá y Alpandeire, sus nombres evocan un pasado morisco. Con una extensión de 485 km² y atravesado por el río Genal, se caracteriza por su baja densidad de población: sus localidades apenas suman unos 7.000 habitantes en total.

Entre estos pintorescos destinos se encuentra Igualeja, un pueblo blanco situado entre la Serranía de Ronda y Sierra Bermeja. Rodeado de bosques de pinos y castaños, con el río Genal y diversos barrancos, su intrincado trazado urbano se adapta a la ladera con calles serpenteantes que invitan al visitante a perderse. La iglesia de Santa Rosa, del siglo XVI, destaca entre las casas encaladas. La gastronomía local ofrece platos tradicionales como las gachas, migas y gazpacho, y en las tiendas de artesanía se pueden adquirir artículos de cuero y marroquinería.

Pujerra, por su parte, es ideal para la desconexión. Sus empinadas calles ofrecen vistas espectaculares de la serranía, y entre sus puntos de interés se encuentra la iglesia del Espíritu Santo, del siglo XVI, que alberga la imagen de San Antonio de Padua. Es recomendable visitar el Museo de la Castaña, dedicado al fruto que más trabajo proporciona en el valle.

Otro pueblo que destaca es Benadalid, cuyos orígenes se remontan a una tribu bereber, los Beni Al Ladi. Las callejuelas parecen haberse mantenido intactas a lo largo de los siglos. El recorrido por este municipio puede incluir una visita al castillo, que actualmente sirve como cementerio, las Cruces, la iglesia de San Isidoro, el antiguo lavadero y el mirador de los Castañares. A finales de agosto, el pueblo celebra su tradicional Fiesta de Moros y Cristianos.

Llegar al Valle del Genal implica atravesar carreteras de montaña que, aunque sinuosas, recompensan con impresionantes paisajes naturales. Desde Málaga capital, la opción más directa es tomar la A-357 hacia Ardales y luego seguir por la A-367 en dirección a Ronda. Una vez en Ronda, se puede acceder al valle por la carretera MA-555, que lleva a algunos de sus pueblos, o continuar por la A-369 hacia los municipios de la parte oeste, como Algatocín o Benalauría. El recorrido dura aproximadamente 1 hora y 45 minutos.