Las islas Canarias es uno de los destinos más impresionantes de Europa. Sus cálidas temperaturas a lo largo de todo el año atraen a infinidad de viajeros que buscan adentrarse en lugares de ensueño. Las islas se caracterizan por su riqueza natural, donde destacan los impresionantes paisajes volcánicos que contrastan a la perfección con el intenso verde de sus bosques. Así, uno de los mayores ejemplos donde se combinan ambos parajes es la isla de La Gomera.
Se trata de la segunda isla más pequeña del archipiélago canario y es un destino único que destaca por su espectacular belleza natural y su rica herencia cultural. De todos los encantos que atesora sobresale uno en especial, pues es de los destinos naturales más impresionantes de España. Estamos hablando del Parque Nacional de Garajonay, un espacio que es uno de los lugares más emblemáticos de las Islas Canarias y un tesoro de biodiversidad que atrae a miles de visitantes cada año.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, este enclave ofrece un recorrido por paisajes de cuento, dominados por la laurisilva, un tipo de bosque subtropical húmedo que es un vestigio de la era terciaria y que en Europa continental ha desaparecido casi por completo. Además, tanta belleza no está exenta de historias, de amores prohibidos y de leyendas que aumentan más si cabe su encanto.
La historia de un amor prohibido
La leyenda que envuelve al Parque de Garajonay cuenta la historia de Gara, la hija de un rey que vivía en La Gomera, a la que había prometido en matrimonio al hijo de otro rey para consolidar su poder. Sin embargo, el destino de Gara cambió cuando, paseando por la orilla del mar, encontró a un joven de cabellos rubios dormido en la arena. Al verlo, quedó fascinada por su belleza y decidió quedarse a su lado. Cuando el joven despertó, ambos quedaron inmediatamente enamorados.
El joven se llamaba Jonay, príncipe del reino de Adeje, en Tenerife. Aunque sabían que el destino de Gara era casarse con otro, los dos comenzaron a verse en secreto. Sin embargo, el padre de Gara pronto decidió que era hora de celebrar el matrimonio pactado. Desesperada, Gara huyó a la playa para contarle a Jonay los planes de su padre, y juntos decidieron escapar a Tenerife.
Perseguidos por guerreros, los amantes se refugiaron en las montañas. En el roque más alto, abrazados y sabiendo que no podrían estar juntos, prefirieron lanzarse al vacío antes que vivir separados. En honor a su trágico amor, el bosque donde se encuentra ese roque fue bautizado como Garajonay.
Un paisaje ancestral único en el mundo
Leyendas aparte, el Parque Nacional de Garajonay se extiende por más de 3.900 hectáreas, cubriendo aproximadamente el 10% de la superficie de La Gomera. Su mayor tesoro es la laurisilva, un tipo de bosque húmedo que, durante la era terciaria, cubría gran parte de Europa y el norte de África. Sin embargo, a día de hoy, debido a los cambios climáticos a lo largo de los milenios, solo persiste en algunas zonas de Canarias, Madeira y las Azores. En Garajonay, este bosque ancestral ha sobrevivido gracias a las condiciones climáticas especiales de la isla, donde la altitud, la humedad y los vientos alisios crean un microclima perfecto para su conservación.
Así, se puede contemplar una densa vegetación que da lugar a un paisaje que parece sacado de película, con árboles cubiertos de musgo, helechos gigantes y un suelo tapizado de hojas húmedas. Además, las nubes bajas que a menudo se forman sobre el parque, conocidas como mar de nubes, contribuyen a la atmósfera mágica del lugar. Por ello, una de las mejores maneras de disfrutar del parque es recorriendo sus numerosos caminos, que permiten a los visitantes explorar su diversidad natural y sus paisajes espectaculares.
De este modo, el parque cuenta con una red de senderos bien señalizados que atraviesan los distintos ecosistemas del bosque, ofreciendo opciones para todos los niveles de dificultad, desde caminatas fáciles hasta rutas más desafiantes. Uno de los recorridos más populares es la Ruta de la Laguna Grande, un sendero circular de dificultad moderada que atraviesa algunas de las zonas más frondosas del parque, permitiendo al caminante sumergirse en el corazón de la laurisilva.
Para los más aventureros, la ascensión al Alto de Garajonay, el punto más alto de La Gomera, ofrece una vista panorámica impresionante de la isla y, en días despejados, la posibilidad de ver otras islas del archipiélago, como Tenerife, La Palma o El Hierro. Además de senderismo, Garajonay es un lugar ideal para la observación de aves y para los amantes de la fotografía de naturaleza, debido a la riqueza paisajística y la abundante fauna que habita el parque. Las condiciones climáticas cambiantes, con frecuentes nieblas y la interacción del mar de nubes con el bosque, ofrecen escenas que parecen salidas de un sueño, proporcionando oportunidades fotográficas únicas.