Ni Candeleda ni Piedrahita: el bonito pueblo de Ávila con piscinas naturales que es una de las cunas del montañismo

En el corazón del Valle del Tiétar, en la ladera sur de la Sierra de Gredos, se ubica uno de los pueblos más especiales de Ávila. Un pequeño rincón en mitad de un entorno natural inmejorable que lo convierte en un paraíso para los amantes del senderismo y la escalada, por no hablar de sus preciosas pozas y ríos. Además, también cuenta con un rico patrimonio arquitectónico e histórico que lo ha convertido en conjunto histórico artístico.

Estamos hablando de Guisando, una pequeña villa de apenas 488 habitantes (INE 2023) que enamora a cualquier viajero gracias a sus encantos únicos. Sus calles empedradas descubren un trazado en el que la arquitectura tradicional se mezcla con un paisaje montañoso que deja con la boca abierta. Así, se ha convertido en uno de los mejores destinos rurales de Ávila en el que poder disfrutar de una maravillosa escapada de fin de semana.

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‘Guisando, al pie de los Galayos, es quizás el pueblecito de más bellas vistas de toda España’. Así lo afirma Camilo José Cela en su obra Judíos, moros y cristianos (1965) y no es para menos, pues los Galayos son una de las formaciones pétreas más impresionantes de toda España. Se trata de un conjunto de agujas graníticas que es sin duda uno de los principales atractivos de la localidad. Sus fisuras y cortes lo han convertido en un oasis para los escaladores, de hecho, es uno de los mejores lugares del país para practicar a escalada de autoprotección, conocida como escalada clásica.

Así, son muchos los aventureros que se atreven a desafiar a esta mole rocosa. Por ello, cuenta con numerosas vías aptas para todas las dificultades, lo que atrae tanto a escaladores experimentados como a aquellos que buscan iniciarse en esta actividad. Igualmente, uno de sus puntos más destacados es el Torreón de los Galayos, una cumbre emblemática que ha ganado notoriedad en el ámbito del montañismo. Su importancia es tal que figura en el escudo de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada.

Pero esto no es todo, pues los alrededores de Guisando tienen mucho más que ofrecer, Así, muy cerca del pueblo se ubica la plataforma Nogal del Barranco, desde donde parte la ruta hacia La Mira. Este pico se eleva a 2.343 metros de altitud y es una de las cumbres más altas del sector central de la Sierra de Gredos. Desde su punto más alto se pueden disfrutar de unas maravillosas vistas de todo el Parque Regional Sierra de Gredos.

A esto hay que sumar otros caminos que descubren todos los rincones de la zona, así como itinerarios ciclistas. De estos últimos existen un total de 18 rutas con más de 300 kilómetros de caminos que son aptas para todos los públicos, ya que están señalizadas en colores según la dificultad. Además, el Parque Regional Sierra de Gredos está catalogado como destino Starlight, por lo que, además, es uno de los mejores lugares para ver las estrellas en España.

Aparte de su atractivo natural, Guisando cautiva también gracias a su trazado urbano. Este se caracteriza por su arquitectura típica donde el conjunto de casas tradicionales se entremezcla con rincones únicos de gran belleza que descubren otros estilos como el mudéjar. Así, el viajero puede disfrutar de la arquitectura vernácula, un tipo de construcción de “dos o tres plantas más sobrado, con una planta baja en mampostería y la superior con un entramado de madera con relleno de adobe”, señalan desde su web.

Esta es la arquitectura propia de la villa en la que se termina por proteger con “un enfoscado de mortero de cal y barro sobre el que se aplica un encalado”, detallan. A su vez, el monumento al Cabrero es otro de los puntos de interés de la localidad, pues hace honor a su pasado ganadero, cuando la ganadería caprina fue uno de sus motores económicos. También hay que destacar el Rollo, que es el símbolo de la independencia de Guisando del Señorío de Arenas de San Pedro en 1760, y El Covacho, un pequeño arroyo que atraviesa el pueblo de norte a sur y por el que cruzan cinco puentes.

Por si fuera poco, Guisando también permite disfrutar durante los meses de verano de un agradable baño en sus piscinas naturales. Estas son las del Riosequillo o el Charco Verde, la cual se ubica apenas a 1,5 kilómetros de distancia, siendo uno de los rincones más mágicos de toda la comarca. Por no hablar de sus miradores, pues desde los alrededores del pueblo se pueden contemplar unas maravillosas vistas tanto de la localidad como del valle.

Desde Ávila, el viaje es de alrededor de 1 hora y 25 minutos por la carretera N-502. Por su parte, desde Toledo el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 30 minutos por la vía A-5.