Las 10 mejores rutas de senderismo para hacer en otoño en España: hayedos, cascadas e impresionantes paisajes dorados

Estos senderos permite disfrutar de esta estación en su máximo esplendor y conectar con la naturaleza gracias a sus ríos, cascadas y bosques

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Hayedo de Tejera Negra, en Guadalajara (Shutterstock).
Hayedo de Tejera Negra, en Guadalajara (Shutterstock).

El otoño es una de las mejores épocas del año para disfrutar del senderismo en España, ya que las temperaturas más suaves hacen que las caminatas sean más agradables, alejándose del calor del verano y el frío del invierno. Además, la naturaleza ofrece un espectáculo visual único, con los paisajes transformados por los tonos ocres, rojos, naranjas y amarillos que cubren bosques y montañas. Esta estación es especialmente atractiva en las zonas de montaña, donde los bosques caducifolios, como hayas y robles, se tiñen de colores cálidos.

Así, los parques naturales y espacios protegidos se convierten en destinos idóneos para quienes buscan tranquilidad y contacto directo con la naturaleza. Desde los Pirineos hasta los bosques de Castilla y León, pasando por Extremadura y Andalucía, el otoño en España invita a recorrer senderos y disfrutar de la riqueza paisajística y la biodiversidad que el país ofrece en esta estación del año.

Ruta por el Hayedo de Tejera Negra, Guadalajara

En Guadalajara, en el Parque Natural de la Sierra Norte, se ubica el impresionante Hayedo de Tejera Negra y según la página web de Turismo de Castilla-La Mancha, este bosque es considerado el último hayedo del sur de Europa. Alimentado por los ríos Lillas y Zarzas, que tienen su origen en el glaciar La Buitrera, el hayedo se extiende entre dos valles delimitados por imponentes crestas rocosas. Este espacio es un destino destacado para los aficionados al senderismo, con una variedad de rutas que atraen a numerosos visitantes.

De hecho, en 2017, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como parte de la extensión de los Hayedos primarios de los Cárpatos y otras regiones de Europa. Así, entre sus rutas, sobresale la Senda de Carretas, un recorrido circular de aproximadamente seis kilómetros, con una duración estimada de tres horas y una dificultad moderada que permite descubrir uno de los paisajes más bonitos del centro peninsular.

Ruta por Fuentes del Narcea y Bosque de Muniellos, Asturias

Reserva natural integral de Muniellos, entre los municipios de Cangas del Narcea e Ibiza. (Shutterstock)
Reserva natural integral de Muniellos, entre los municipios de Cangas del Narcea e Ibiza. (Shutterstock)

El Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, que abarca más de 560 kilómetros cuadrados, es conocido por sus impresionantes paisajes, que alcanzan su máximo esplendor en otoño. La diversidad de este enclave asturiano fue reconocida por la UNESCO al ser declarado reserva de la biosfera. Así, el parque incluye la Reserva Integral de Muniellos y la Reserva Natural Parcial de Cueto Arbás. Las fuentes del Narcea albergan uno de los mayores bosques caducifolios de la península ibérica, donde los colores otoñales se disfrutan en todo su esplendor.

Por ello, el bosque de Muniellos, considerado el mayor robledal de España, ofrece en octubre un espectáculo visual, cuando hayas y robles se tiñen con los tonos característicos del otoño. Así, este enclave brinda dos rutas de distinta duración a través de sus paisajes. Si se opta por la larga, se tienen que emplear ocho horas, mientras que, si se escoge la corta, se completa en unas cuatro horas.

Ruta del Zumaque, Navarra

El zumaque, un arbusto traído a Estella-Lizarra desde Oriente durante la Edad Media, jugó un papel clave en la industria de la curtiduría de pieles de la ciudad. Este legado histórico persiste hoy en día, y el arbusto crece de forma endémica en los bordes de parcelas, ribazos y campos abandonados de olivos y viñedos. En estado salvaje, el zumaque está expandiéndose y compitiendo con otras especies vegetales.

Durante el otoño, sus hojas y frutos adquieren un color rojizo que transforma los paisajes y atrae a fotógrafos de todas partes. Así, la Ruta del Zumaque, un sendero de más de 13 kilómetros, permite recorrer las laderas que rodean Estella-Lizarra en aproximadamente tres horas y media y descubrir uno de los mayores tesoros de Navarra.

La Senda de los Cazadores y Cola de Caballo, Huesca

La cascada de Cola de Caballo, en el Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido (Shutterstock).
La cascada de Cola de Caballo, en el Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido (Shutterstock).

La Senda de los Cazadores y Cola de Caballo, ubicada en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, es una de las rutas más emblemáticas de los Pirineos. Con un recorrido de 17 kilómetros, esta ruta circular parte desde la pradera de Ordesa y atraviesa frondosos bosques de hayas, abetos y pinos, ofreciendo vistas espectaculares del valle. La caminata culmina en la impresionante cascada Cola de Caballo, uno de los puntos más fotografiados del parque. En otoño, los colores dorados y rojizos de los árboles contrastan con las cumbres nevadas, creando un escenario visualmente impactante que atrae a senderistas de todas partes.

La Fageda d’en Jordà, Girona

La Fageda d’en Jordà, enclavada en la comarca de La Garrotxa, Girona, es uno de los hayedos más singulares y emblemáticos de Cataluña. Este bosque, asentado sobre una colada de lava proveniente del volcán Croscat, forma parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa, ofreciendo un paisaje único en España. Durante el otoño, el hayedo se tiñe de tonos rojizos, dorados y ocres, transformando el entorno en un espectáculo visual que atrae a senderistas y amantes de la naturaleza.

La Fageda cuenta con varias rutas que permiten recorrer este entorno volcánico, con distancias que varían entre los 3 y los 20 kilómetros, adaptándose a distintos niveles de dificultad. Entre las rutas más conocidas se encuentra el itinerario que conecta la Fageda con los volcanes de Santa Margarida y Croscat, lo que permite a los excursionistas explorar tanto el hayedo como los volcanes que lo rodean. Este enclave es ideal para disfrutar de la tranquilidad y belleza del otoño en la naturaleza.

El Monasterio de Piedra, Zaragoza

Cascada en el Monasterio de Piedra, Zaragoza (Shutterstock).
Cascada en el Monasterio de Piedra, Zaragoza (Shutterstock).

En el Parque Natural de Nuévalos, en Zaragoza, se ubica uno de los rincones más singulares de España: el Monasterio de Piedra. Este enclave permite disfrutar de paisajes espectaculares en un entorno de cascadas y jardines históricos, los cuales se pueden recorrer a través de una sencilla ruta. Con una longitud de unos 5 kilómetros, el sendero es accesible y apto para todas las edades, lo que lo convierte en una opción popular para familias y excursionistas.

Durante el otoño, el parque se transforma, con los colores rojizos y dorados de los árboles que contrastan con el azul de las aguas cristalinas, ofreciendo un espectáculo visual impresionante. Además de sus famosas cascadas, como la Cola de Caballo, el recorrido atraviesa grutas y miradores, brindando una experiencia inmersiva en plena naturaleza.

La ruta del Cares, Asturias

La Ruta del Cares, situada en los Picos de Europa, es una de las rutas de senderismo más icónicas del norte de España. Este sendero, también conocido como la “Garganta Divina”, sigue el curso del río Cares a lo largo de 12 kilómetros, conectando los municipios de Poncebos (Asturias) y Caín (León). El recorrido atraviesa un espectacular desfiladero, con tramos tallados en la roca y precipicios que ofrecen vistas impresionantes a lo largo de todo el trayecto.

En otoño, los paisajes de la ruta adquieren una belleza especial, con los tonos rojizos y dorados de los árboles, contrastando con las imponentes paredes de piedra caliza. A lo largo del recorrido, los senderistas disfrutan de vistas únicas sobre el río y los profundos cañones que lo rodean, con varias pasarelas y puentes que cruzan el cauce en distintos puntos. Con su mezcla de naturaleza y aventura, la Ruta del Cares es una experiencia imprescindible para los amantes del senderismo en España.

El Hayedo de Montejo, Madrid

El Hayedo de Montejo, en Madrid (Wikimedia).
El Hayedo de Montejo, en Madrid (Wikimedia).

El Hayedo de Montejo, ubicado en la Sierra del Rincón, al norte de Madrid, es uno de los destinos naturales más populares durante el otoño. Este bosque, declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1974, es un enclave excepcional por su biodiversidad y su peculiaridad geográfica, ya que se encuentra en el límite sur de Europa para este tipo de formaciones vegetales.

En otoño, el hayedo se transforma en un mosaico de tonos rojizos, ocres y dorados, convirtiendo el cambio de color de las hojas en su principal atractivo. Debido a su fragilidad y la necesidad de conservar el entorno, las visitas están reguladas y se realizan mediante rutas guiadas que permiten recorrer los senderos de forma controlada, ofreciendo a los visitantes una experiencia educativa y visual.

La selva de Irati, Navarra

La Selva de Irati es uno de los hayedos-abetales más extensos y bien conservados de Europa, lo que lo convierte en un destino imprescindible, especialmente en otoño. Durante esta estación, las hayas se visten de tonos rojizos y dorados, creando un paisaje espectacular que atrae a senderistas y amantes de la naturaleza. Este paraje navarro cuenta con una red de rutas bien señalizadas y de diversa dificultad, adaptadas para todo tipo de excursionistas.

La más accesible parte desde Casas de Irati, permitiendo disfrutar del entorno sin grandes exigencias físicas. Otras rutas más largas y desafiantes también recorren este espacio natural, ofreciendo la oportunidad de explorar sus rincones más remotos en un entorno de tranquilidad y belleza incomparable.

Ruta de los Bosques del Ambroz, Cáceres

La Ruta de los Bosques del Ambroz, en el Valle del Ambroz, Cáceres, es una de las más recomendadas para disfrutar del otoño en Extremadura. Los bosques caducifolios de la zona se transforman en un espectáculo de colores rojizos, amarillos y ocres que cubren el paisaje. Entre las rutas más destacadas, el sendero de la Garganta de los Infiernos, de unos 16 kilómetros, ofrece una experiencia única para los amantes de la naturaleza.

Este recorrido atraviesa cascadas, piscinas naturales y parajes de gran biodiversidad, permitiendo a los excursionistas disfrutar tanto de la flora como de la fauna del lugar. Con su combinación de paisajes espectaculares y tranquilidad, esta ruta se ha convertido en un destino clave para el senderismo otoñal en la región.

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