Increíbles playas, dunas y rutas de senderismo: así es la reserva natural de Canarias que de las más impresionantes de Europa

Este enclave es uno de los más visitados en todo el archipiélago y cuenta con el faro más antiguo de las islas

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Las dunas de Maspalomas, Gran
Las dunas de Maspalomas, Gran Canaria (Shutterstock España).

Conocida popularmente como el ‘continente en miniatura’, la isla de Gran Canaria se alza como uno de los mejores destinos de nuestro país gracias a la extraordinaria diversidad de paisajes que alberga en su territorio. Desde extensas playas de arena dorada, como las de Maspalomas, hasta las escarpadas montañas del interior, la isla ofrece una variedad de experiencias naturales que la convierten en un destino único. A su riqueza paisajística se suma su vibrante patrimonio cultural e histórico, con pueblos tradicionales como Teror y Vegueta, el casco histórico de Las Palmas.

Pero es precisamente en su patrimonio natural donde reside gran parte del encanto de esta isla canaria. Así, uno de los parajes más impresionantes de la ínsula y de todo el país son las dunas de Maspalomas, una extensa área de arena, que abarca aproximadamente 400 hectáreas y forma parte de una reserva natural especial declarada en 1987. Además, está integrada en un ecosistema único que incluye no solo dunas móviles, sino también una laguna, conocida como la Charca de Maspalomas, y un palmeral cercano. Este entorno ofrece un contraste visual impactante y ha convertido a Maspalomas en uno de los destinos turísticos más visitados de la isla.

Rincones maravillosos y el faro más antiguo de Canarias

Las dunas de Maspalomas forman parte del municipio de San Bartolomé de Tirajana y se localizan entre Meloneras y Playa del Inglés. El enclave no es solo un punto de interés por su belleza paisajística, sino también por las oportunidades de ocio que ofrece. A lo largo de las dunas, los visitantes pueden realizar paseos a pie, disfrutar del sol y apreciar la inmensidad de la arena que parece no tener fin.

Faro de Maspalomas, Gran Canaria
Faro de Maspalomas, Gran Canaria (Shutterstock España).

Asimismo, la zona es famosa por su proximidad a la playa de Maspalomas, que junto con Playa del Inglés, atrae a miles de turistas cada año. En este sentido, una de las actividades más demandadas es el sendero que recorre todo el sistema dunar y que parte desde el faro de Maspalomas. Este se puso en marcha en febrero de 1890, siendo el más antiguo de todo el archipiélago canario y a día de hoy es un centro cultural.

Desde este punto es donde parte una ruta que tiene unos siete kilómetros de longitud en sentido ida y vuelta, y que como expone Pepo Paz Saz en el libro 101 senderos de España Sorprendentes (Anaya Touring), no existe un camino señalizado, sino que “basta con seguir las huellas de quienes nos precedieron”. De este modo, se convierte en un plan ideal para hacer en compañía de la familia y amigos, ya que es de baja dificultad, y una forma magnífica de descubrir todos los rincones ocultos de este paraje.

Un ecosistema en constante movimiento

Por otro lado, el sistema dunar de Maspalomas está en constante transformación debido a la acción del viento, que modela las dunas y las desplaza de manera continua. La arena que forma este paisaje proviene principalmente de los restos orgánicos de organismos marinos, como conchas y corales, que han sido arrastrados por las corrientes hasta la costa. Esta singularidad otorga a las dunas una textura y color distintivos, diferentes de otras áreas arenosas del mundo.

Playa de Maspalomas (Shutterstock España)
Playa de Maspalomas (Shutterstock España)

Tanto es así, que esta reserva natural está divida en tres pequeños espacios diferentes: las dunas propiamente dichas, la laguna o charca y el palmeral. Cada una de estas zonas tiene características ecológicas específicas, pero juntas forman un ecosistema interdependiente. De hecho, la Charca de Maspalomas es un humedal que actúa como refugio temporal para numerosas especies de aves migratorias, lo que aumenta la importancia de este espacio desde un punto de vista medioambiental.

Todo este conjunto da lugar a un espacio natural donde la riqueza medioambiental es uno de sus principales atractivos. Por ello, no es de extrañar que se haya convertido en todo un reclamo turístico en la zona, en el que, además, el viajero no se puede marchar sin disfrutar de las impresionantes playas que atesora. De ellas, la de Maspalomas y la Playa del Inglés permiten disfrutar de un paisaje maravilloso protagonizado por la combinación de las aguas turquesas del Atlántico con el dorado de la arena.

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