El pueblo francés con más de 300 días de sol al año y que es uno de los más bonitos de la Costa Azul

El sur de Francia ofrece una variedad de destinos ideales para los viajeros interesados en enriquecer su experiencia cultural y disfrutar de parajes de ensueño. Así, a lo largo de la costa mediterránea y en la región de los Pirineos, se encuentran numerosos pueblos que destacan por su belleza y su valor patrimonial. De hecho, apenas a 50 kilómetros de Marsella, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, el pueblo de Sanary-sur-Mer sorprende gracias a sus encantos únicos.

Conocida por su pintoresco puerto, sus tradiciones marítimas y su historia cultural, la villa se ha convertido en un destino atractivo para propios y extraños. A esto hay que sumar su riqueza natural, pues la localidad está impregnada en su totalidad de la esencia mediterránea característica de la Costa Azul. Así, se pueden disfrutar de paisajes maravillosos en los que el mar y las playas son los mayores protagonistas, y en las que todo está bañado por un sol radiante durante alrededor de 300 días al año.

La historia de Sanary-sur-Mer está íntimamente ligada a la pesca, una tradición que ha moldeado la identidad de la ciudad y que se mantiene viva a través de su puerto. Este, con sus tradicionales barcos de pesca llamados pointus, es uno de los más fotografiados de la región y un símbolo de la actividad marítima y de la vida de la ciudad. Gracias a ello, la pesca local, especialmente de peces como la anchoa, es una parte fundamental de la economía y la gastronomía de la zona.

Así, pasear por sus muelles, admirar los barcos tradicionales y disfrutar de los mercados locales es una de las mayores experiencias de la región. Además, algo que el viajero no se puede perder es el mercado provenzal, el cual se celebra cada semana y ofrece una amplia variedad de productos frescos, desde frutas y verduras hasta pescado fresco y especialidades locales.

Sin embargo, el desarrollo del pueblo como destino turístico tiene raíces profundas en su historia cultural. Durante el siglo XX, la ciudad atrajo a un grupo significativo de intelectuales y escritores alemanes y austríacos que huían del nazismo, como Thomas Mann y su familia, Aldous Huxley y Bertolt Brecht, que encontraron en esta localidad un refugio. Su legado cultural aún resuena en la ciudad, que a lo largo del tiempo ha sabido preservar su patrimonio histórico y su atmósfera intelectual.

Las playas de Sanary también son un atractivo fundamental. La plage de Portissol, una de las más populares, ofrece aguas cristalinas y es ideal para el baño y el esnórquel. Además, la ciudad está rodeada por colinas y bosques que invitan a realizar actividades al aire libre, como senderismo o ciclismo. Otro punto de interés es la Torre Romana, una construcción que data del siglo XIII y que servía como torre de vigilancia para proteger la costa de los ataques piratas. Desde lo alto de la torre, se puede disfrutar de una vista panorámica de la ciudad y el mar.

Además de sus paisajes naturales, Sanary-sur-Mer es famosa por sus festivales y eventos culturales. Entre ellos destaca el “Festival de Sanary sous les Etoiles”, un evento musical que tiene lugar cada verano y que atrae a artistas de todo el mundo. También es notable el “Salon International de la Photographie”, que celebra la fotografía artística y ofrece exposiciones tanto de artistas locales como internacionales.