La histórica ciudad británica, considerada “más bonita” que Venecia, Roma y Barcelona

Hay una distintiva ciudad inglesa, cuya rica historia se remonta a tiempos del Imperio Romano, que sigue impresionando a los visitantes hoy en día, tras haber sido coronada como la ciudad “más bonita” del mundo. Chester ocupa el primer puesto de villas más espectaculares de todo el globo, con un 83,7% de “puntuación de belleza” basada en la “proporción áurea”, y se ha impuesto a otras ciudades como Edimburgo, Bristol, Praga, Venecia e incluso Roma.

La firma británica Online Mortgage Advisor utilizó Google Street View para evaluar la espectacularidad arquitectónica de miles de casas, monumentos y calles de todo el mundo. Puede que el estudio haya clasificado las ciudades basándose en los ladrillos y el cemento, pero sus raíces se encuentran en el mundo del arte. El análisis, explica la importancia de la proporción áurea en el mundo del arte: “Los artistas de los últimos siglos han incorporado la proporción áurea a sus obras, creyéndola el patrón oro de la perfección estética natural”.

La proporción áurea es un número irracional que se encuentra en muchas formas de la naturaleza, el arte, la arquitectura o el diseño y se asocia con la belleza y la armonía. Este concepto ha llamado la atención a lo largo de la historia a matemáticos, artistas, filósofos y científicos. El número dorado no es más que la relación entre dos segmentos de una recta, es decir, una proporción geométrica, proporción áurea. Esta cifra no puede expresarse con números enteros, es infinita.

Pocas ciudades logran atrapar al visitante como Chester, un rincón encantador al noroeste de Inglaterra, a solo unos kilómetros de la frontera con Gales. Este lugar, atravesado por el río Dee, parece estar suspendido en el tiempo, con sus imponentes murallas romanas y sus encantadoras casas medievales que evocan épocas pasadas. A pesar de su tamaño relativamente pequeño, la magia de Chester reside en su rica historia y en la manera en que el presente y el pasado se entrelazan en armonía en cada esquina.

La ciudad de Chester fue fundada en el año 79 d.C. por el emperador romano Vespasiano, quien estableció aquí un campamento militar estratégico para proteger las tierras fértiles del río Dee. Las ruinas de ese asentamiento siguen siendo uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad, y en sus calles es fácil imaginar la presencia de soldados romanos que alguna vez caminaron por allí. Aunque Chester sufrió invasiones celtas y vikingas a lo largo de su historia, fue en la Edad Media cuando alcanzó su apogeo, gracias a su posición estratégica y a su puerto comercial.

Lo que hace tan especial a Chester es su casco antiguo medieval, uno de los mejor conservados de toda Inglaterra. Entre las calles adoquinadas, se alzan imponentes casas con entramados de madera que datan de hace siglos. Sus fachadas blancas, adornadas con vigas de madera oscura, le dan a la ciudad un aspecto pintoresco, como sacado de un cuento de hadas. Las principales calles peatonales son un reflejo del pasado, donde el tiempo parece haberse detenido.

Uno de los mayores orgullos de Chester son sus murallas romanas, las mejor conservadas en todo el país. Estas estructuras, que en su momento protegían la ciudad de invasores, hoy en día ofrecen un recorrido único a lo largo de sus casi 3 kilómetros de longitud. Desde lo alto de las murallas, se puede disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad, mientras uno imagina cómo Chester defendía sus tierras hace más de dos mil años.