Al nordeste de Badajoz, la comarca de la Siberia Extremeña se convierte en uno de los rincones más singulares de nuestro país. Esta región, dominada por los buitres e imponentes montañas y embalses, atesora infinidad de encantos que no dejan indiferente a nadie. Sin embargo, ha sido una zona en la que históricamente no ha habido mucha población, que sumado a su aislamiento paulatino la han convertido en un paraíso natural que atrae a propios y extraños.
De hecho, esta circunstancia es la que ha hecho que adopte el nombre de la Siberia Extremeña, pues su nombre en realidad es la comarca de Lagos y Montes del Guadiana. Así, a principios del siglo XX “la región rusa empezó a popularizarse debido a la construcción del ferrocarril Transiberiano. Algún guasón vio similitudes entre el aislamiento de la Siberia rusa y la comarca extremeña, y en ese anhelado tren que la conectara con el mundo, y la prensa de la época hizo el resto”, explica Francesc Ribes en el libro Los pueblos más bonitos de España Vacía (Anaya Touring). Así, se volvió popular el nombre hasta día de hoy.
La comarca esconde un rico patrimonio tanto natural como histórico y arquitectónico. El máximo exponente de la esencia de la Siberia Extremeña se encuentra en Pobla de Alcocer, una villa histórica que es considerada el guardián de la región. Esto es gracias al imponente castillo que se eleva junto al pueblo, el cual es un ejemplo vivo de la importancia militar y estratégica que tuvo durante la Edad Media. Así, la localidad se ha convertido en uno de los destinos más visitados del nordeste de Badajoz por su carácter rural y conjunto monumental.
El guardián de la Siberia Extremeña
Uno de los principales atractivos de Puebla de Alcocer es su impresionante castillo, construido durante el siglo XII y XIII y remodelado en el XV por Don Gutierre de Sotomayor, maestre de la Orden de Alcántara. Se erige sobre una colina, a más de 700 metros de altitud, lo que lo convierte en un mirador privilegiado desde el que se pueden contemplar algunas de las mejores vistas de Extremadura. Desde su cima, se divisan las extensas llanuras de La Siberia, los embalses de Orellana y La Serena, y en días despejados, las sierras de Guadalupe y Gredos.
A su vez, otro de los aspectos más destacados es su imponente arquitectura, la cual se adapta a la forma rocosa de la montaña. Por otro lado, de las dependencias iniciales del castillo, ya solo quedan restos. Los mechinales, las puertas y las ventanas, que han podido sobrevivir al paso del tiempo, actúan como vestigio necesario para la reconstrucción completa del edificio. Pero si por algo destaca es la torre del homenaje. Situada en el interior del castillo, su parte superior guarda un blasón con las armas de Zúñiga y Sotomayor, además de unas de las mejores vistas de la zona.
Un paseo por Puebla de Alcocer
Más allá del castillo, las calles de Puebla de Alcocer invitan a perderse. Su casco antiguo da lugar a un entramado laberíntico que descubre monumentos como la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, de estilo gótico-mudéjar. Construida entre los siglos XV y XVI, la iglesia presenta una estructura sobria en su exterior, mientras que en su interior alberga un bello retablo barroco y varias imágenes de gran valor artístico. A su vez, la Plaza de España es el epicentro de la vida del pueblo.
En ella se puede encontrar “el Ayuntamiento de Puebla de Alcocer como centro administrativo y la Casa de la Cultura, antiguo palacio de los Duques de Osuna, donde se encuentra la Biblioteca Municipal “Fray Juan de la Puebla”, el Archivo Histórico Municipal y la extensión universitaria UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia)”, explican desde la web. Estas construcciones se distribuyen a lo largo de una planta rectangular con inserción de balconadas, arcos y callejones.
Asimismo, a lo largo de sus calles se pueden contemplar numerosas casas solariegas como es el caso de la casa de los Arévalo, de los Calderones, del Comendador, la Santa Inquisición y los Sólo de Zaldívar. Por otro lado, cuenta con numerosos museos, como es el Museo del Gigante Extremeño, una galería dedicada a este personaje que fue una de las personas más altas de la historia con 235 centímetros. De hecho, sus restos se guardan en el Museo Nacional de Antropología de Madrid.
Un paisaje privilegiado
El entorno natural que rodea a Puebla de Alcocer es otro de sus grandes atractivos. El embalse de La Serena, el mayor de la península ibérica y uno de los más grandes de Europa, se extiende a pocos kilómetros del municipio, convirtiéndose en un lugar ideal para la práctica de actividades acuáticas, como la pesca, el piragüismo o el avistamiento de aves acuáticas.
La Reserva de la Biosfera de La Siberia, declarada por la UNESCO en 2019, abarca un extenso territorio que incluye zonas de dehesas, sierras, ríos y embalses. Este entorno privilegiado es un paraíso para los aficionados al senderismo, el ciclismo y la observación de fauna, especialmente aves rapaces y acuáticas. La región cuenta con varias rutas señalizadas que permiten descubrir sus paisajes y disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza.
Cómo llegar
Desde Badajoz, el viaje tiene una duración estimada de 2 horas por la carretera A-5 y N-430. Por su parte, desde Mérida el viaje es de alrededor de 1 hora y 20 minutos por la vía N-430.