Madrid es una de las ciudades más impresionantes del mundo, sin embargo, como toda gran urbe, en ocasiones somete al viajero y a los vecinos a un estrés constante. Por ello, sus alrededores se convierten en destinos donde reina la paz y la tranquilidad en mitad de paisajes impresionantes. Así, son muchos los pueblos que rodean a la capital y que se alzan como lugares donde el viajero puede conectar con la naturaleza y disfrutar de entornos rurales únicos.
Así, el pueblo de Campillejo, en Guadalajara, constituye un pequeño rincón en el corazón de la Sierra Norte. La villa, de apenas una veintena de habitantes, forma parte de la Ruta de los Pueblos Negros, un itinerario que recorre numerosos pueblos de la provincia que destacan por su peculiar arquitectura. Esta es conocida como arquitectura negra y se caracteriza por el uso de la pizarra negra como principal elemento de construcción, tanto en tejados como en paredes.
También puedes seguirnos en nuestro canal de WhatsApp y en Facebook
Un viaje al pasado
Campillejo forma parte del término municipal de Campillo de Ranas y a pesar de su reducido tamaño, cuenta con una riqueza arquitectónica y paisajística única. Así, su núcleo urbano es un paso en el tiempo a través de sus construcciones de piedra oscura que se integran a la perfección en el entorno natural, generando una armonía visual que transporta a los visitantes a una época pasada. De todos sus atractivos destaca la iglesia parroquial, la cual está totalmente restaurada. Además, en una de sus paredes se ubica adosada la sacristía.
En este sentido, la villa se ha convertido en un destino cada vez más popular entre quienes buscan escapar del ajetreo de las grandes ciudades, especialmente entre los madrileños, dada su proximidad a la capital. Igualmente, uno de sus mayores atractivos es el entorno natural que la rodea. El paisaje montañoso que lo envuelve brinda a los visitantes una amplia variedad de actividades al aire libre. Entre ellas, el senderismo es la opción favorita, gracias a las múltiples rutas que atraviesan frondosos bosques y conducen a parajes de gran belleza.
Un destino rural único
De todos los caminos que recorren los alrededores de la localidad destaca la ruta que lleva desde Campillejo hasta la cascada del Aljibe, un recorrido de seis kilómetros que culmina en unas impresionantes pozas de agua cristalina. Este sendero, de dificultad moderada, es ideal para quienes desean explorar la naturaleza en su estado más puro, permitiendo al caminante disfrutar de vistas panorámicas y la tranquilidad del entorno.
Pero el senderismo no es la única opción. Para los amantes de la montaña, el montañismo y el ciclismo son actividades que se pueden realizar entre los densos bosques de la zona, donde los caminos serpentean a través de colinas y valles. Además, quienes buscan una experiencia más tranquila pueden optar por practicar kayak en el cercano pantano de El Vado, cuyas aguas serenas ofrecen una alternativa ideal para disfrutar de un día en familia.
Gracias a todos sus encantos, Campillejo ha logrado posicionarse como un destino atractivo para aquellos que desean una experiencia rural auténtica. En las últimas décadas, el pueblo ha atraído a un número creciente de visitantes que buscan descubrir su arquitectura tradicional y disfrutar de la paz que ofrece su entorno. Las calles empedradas y las casas de pizarra brindan una atmósfera única, que contrasta con la vida agitada de las grandes urbes.
Cómo llegar
Desde Madrid, el viaje es de alrededor de 1 hora y 35 minutos por la carretera R-2 (hay peajes). Por su parte, desde Guadalajara el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora por las vías CM-101 y CM-1004.