Uno de los principales atractivos de nuestro país son las playas. Desde las imponentes costas acantiladas de Asturias y Galicia, pasando por la tranquilidad del Mediterráneo, hasta el paraíso de la Costa del Sol y Cádiz, son millones los viajeros que se acercan cada año a disfrutar de estas maravillas. Tanto es así, que muchos de estos arenales son reconocidos mundialmente gracias a sus características geológicas únicas, valor medioambiental o el espectacular paisaje donde se ubican.
De hecho, la prestigiosa guía de viajes Lonely Planet ha incluido a una playa española entre las 10 mejores del mundo en el nuevo libro Best Beaches in the World (Las mejores playas del mundo). Se trata de la playa de Punta Paloma, en Tarifa, un arenal que es la combinación perfecta de una belleza natural inigualable con una atmósfera salvaje y tranquila que atrae tanto a turistas como a locales. Además, su situación privilegiada ofrece una vista directa hacia el Estrecho de Gibraltar y, en días claros, incluso permite vislumbrar la costa africana.
Un entorno natural único
Punta Paloma se caracteriza por sus vastas dunas de arena dorada, que se elevan y moldean continuamente debido al viento constante de la zona. Estas dunas, junto con los pinares cercanos, crean un entorno que parece casi virgen, alejado del turismo masivo que puede encontrarse en otras partes de la costa andaluza. “El azul intenso del Atlántico proporciona un agua excelente para nadar, las dunas ofrecen vistas deslumbrantes y esta playa incluso cuenta con baños de barro natural donde puedes pintarte la piel con barro rico en minerales”, detallan desde Lonely Planet.
Igualmente, el entorno natural que rodea a Punta Paloma ha sido protegido durante años, lo que ha permitido que la fauna y la flora de la zona se mantengan en equilibrio. Además de las dunas, la playa está rodeada por acantilados y montañas que proporcionan una sensación de aislamiento, a pesar de estar a solo unos minutos en coche de Tarifa. Por otro lado, uno de los principales atractivos de la playa son sus condiciones para la práctica de diversos deportes acuáticos, especialmente el kitesurf y el windsurf.
Los vientos de levante y poniente que soplan en la región convierten a Tarifa, y particularmente a Punta Paloma, en uno de los destinos más reconocidos a nivel internacional para la práctica de estos deportes. Los fuertes vientos, que pueden alcanzar velocidades significativas, crean condiciones ideales para quienes buscan dominar las olas y el aire con sus cometas y velas. La playa, sin embargo, no es solo un punto de interés para los deportistas.
Con una longitud de más de dos kilómetros, ofrece amplios espacios para aquellos que simplemente desean relajarse o dar largos paseos mientras disfrutan de las vistas al mar. En ciertos puntos de la playa, se pueden encontrar pequeñas calas más apartadas y zonas menos concurridas, ideales para quienes buscan mayor privacidad. “Hay varias rutas a pie o a caballo por las colinas circundantes, algunas de las cuales te llevan a lugares de interés como la necrópolis prehistórica de Los Algarbes”, señala la guía.
Aguas termales y comodidades
Uno de los secretos mejor guardados de Punta Paloma son las pequeñas pozas de aguas termales que se encuentran a unos pocos metros de la playa. Estas aguas sulfurosas han sido utilizadas durante siglos por sus supuestas propiedades curativas, y aunque no son ampliamente conocidas, algunos visitantes acuden en busca de sus beneficios.
Por otro lado, cabe destacar que el acceso a la playa es bastante sencillo, pues se puede llegar en coche, aunque el camino en ocasiones está sin asfaltar y es algo complejo. Igualmente, dado su carácter salvaje, el arenal carece de cualquier tipo de servicio como pueden ser chiringuitos, duchas o servicios de alquiler de hamacas.
Cómo llegar
Desde Cádiz, el viaje es de 1 hora y 10 minutos por las vías A-48 y N-340. Por su parte, desde Marbella el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 35 minutos por la AP-7, Autovía del Mediterráneo y la A-7.