La ruta familiar por uno de los bosques más bonitos de Cantabria: una cascada, un balneario abandonado y una cueva

Este sendero descubre uno de los rincones más pintorescos de la región y es se puede hacer en cualquier época del año

Fuente del Francés, en Cantabria (Shutterstock Español).

Entre una imponente costa acantilada y grandes montañas, Cantabria emerge como un destino que sorprende a todo aquel que la visita. Sus playas paradisiacas y sus extensos valle verdes combinan a la perfección con pequeños pueblos rurales que ofrecen una experiencia única. Así, todos estos encantos se pueden descubrir gracias a las rutas que recorren estos parajes, convirtiendo a la comunidad en un lugar ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza.

En este sentido, en el pequeño pueblo de Hoznayo se ubica lo que se conoce como la Fuente del Francés. Se trata de un bosque cuyo nombre se debe a una antigua leyenda que narra cómo un abad francés, que huyó de la Revolución Francesa, se refugió en este lugar y descubrió las propiedades curativas de sus aguas, que aparentemente le devolvieron la vista.

Pero esto no es todo, pues entre sus árboles y frondosa vegetación, una pintoresca cascada sobresale dando lugar a un paisaje de gran belleza, además de un balneario abandonado y una impresionante cueva. Para descubrir todos estos lugares tan solo hay que realizar una sencilla ruta por este enclave que es perfecta para relajarse y conectar con la naturaleza.

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La ruta por la Fuente del Francés

Fuente del Francés, en Cantabria.

Para conocer la Fuente del Francés se debe realizar un itinerario circular de dos kilómetros que se recorre en aproximadamente una hora. Con una dificultad baja, esta ruta es adecuada para niños, personas con movilidad reducida e incluso carritos de bebés, lo que la convierte en una opción accesible para todo tipo de visitantes. Además, puede realizarse en cualquier época del año, lo que añade versatilidad a este paseo por la naturaleza. El recorrido comienza en el aparcamiento de Aguas de Hoznayo, desde donde los excursionistas deben tomar el camino de la derecha para bordear el río Aguanaz.

A los pocos minutos de caminata, se llega a un molino, el cual, dependiendo de si está abierto, puede ser atravesado para acceder a una cueva por la que pasa el agua. En caso de que esté cerrado, la única opción es rodearlo. Continuando el trayecto se llega a una presa en la que el río fluye con fuerza. Este recorrido no solo ofrece paisajes naturales, sino que también permite observar restos de la historia de la localidad. Si se toma el camino de la izquierda desde el punto de inicio, se puede ver una antigua embotelladora en ruinas.

En su momento, esta instalación fue el lugar donde se comenzó a embotellar el agua de Hoznayo, que llegó a ser la más consumida en la zona. Cerca de este lugar, se encuentra el balneario de la Fuente del Francés, un edificio abandonado que, por su aspecto, podría ser el escenario de una película de terror. Asimismo, a su lado se extiende un sendero rodeado de pequeñas cascadas, que llevan al llamado Molino del Trancar, un paraje que cierra la ruta con un paisaje tranquilo y evocador. Aunque el itinerario es accesible, se recomienda llevar calzado cómodo y, en caso de querer adentrarse en la Cueva del Diablo, una linterna. Asimismo, es aconsejable llevar agua y comida para hacer más ameno el recorrido.

Cómo llegar

Desde Santander, el viaje es de alrededor de 20 minutos por la carretera S-10. Por su parte, desde Bilbao el trayecto tiene una duración de 55 minutos por la A-8.

El pueblo más pequeño de Cantabria: naturaleza y gastronomía en mitad de la montaña.
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