No hay una imagen que defina mejor al Algarve que sus playas. Estos destinos de arena fina y agua cristalina se han convertido en uno de los lugares más visitados de Portugal y no es para menos, pues atesoran una belleza y una riqueza natural que sorprenden a propios y a extraños. Su amplia variedad, que va desde imponentes acantilados a tranquilos arenales, da lugar a un conjunto único que es perfecto para todo tipo de públicos. Así, de todas sus playas destacan algunas como la playa de Marinha o Falesia, pero existen otras que se mantienen ocultas y guardando auténticas joyas naturales.
Este es el caso de la playa de Ponta Pequena, en São Rafael, Albufeira, un arenal que deja con la boca abierta gracias al impresionante enclave en el que se ubica. Gracias a ello destaca por sus formaciones rocosas espectaculares, aguas cristalinas y un entorno tranquilo que la convierten en un destino ideal para quienes buscan alejarse del turismo masivo que caracteriza a otras playas más conocidas de la zona. De hecho, la plataforma European Best Destinations (EBA) la ha catalogado como “una de las mejores playas secretas de Europa”.
Un paisaje único en el Algarve
Ponta Pequena es parte de la cadena de playas del Algarve que, a lo largo de la costa sur de Portugal, destaca por su belleza natural y su carácter salvaje. Así, a diferencia de playas más amplias y concurridas, se caracteriza por su tamaño reducido, lo que le otorga un aire más íntimo y exclusivo. La playa está rodeada de acantilados de piedra caliza, erosionados por el viento y el mar, que han creado cuevas y arcos naturales. “Esta playa escondida en una cueva abierta se abre al mar con un arco de rocas doradas”, señala la plataforma.
Asimismo, sus aguas son cristalinas y de un azul intenso, características que la convierten en un lugar ideal para la práctica del snorkel. Bajo la superficie, el mar esconde una vida marina rica y diversa, con peces de colores que se desplazan entre las rocas sumergidas y algas. Esto hace de la playa un destino atractivo no solo para quienes buscan relajarse en la arena, sino también para los amantes de las actividades acuáticas. Sin embargo, el acceso es algo complicado, pues se llega tras una caminata por senderos empinados que serpentean entre los acantilados.
Igualmente, otra alternativa es llegar en barco o en kayak, lo que permite disfrutar de una perspectiva distinta que no deja indiferente a nadie. Una vez allí, el viajero puede disfrutar de un remanso de paz y tranquilidad, pues se encuentra aislada de las grandes ciudades. Igualmente, no cuenta con grandes infraestructuras ni servicios de playa tradicionales, como bares o restaurantes. Esto refuerza su carácter aislado y salvaje, invitando a los visitantes a llevar sus propios suministros y disfrutar de un día de playa lejos del bullicio. Además, la falta de instalaciones comerciales ha permitido que el entorno natural se mantenga prácticamente intacto.
Por otro lado, Ponta Pequena se encuentra cerca de otros puntos de interés en la región de São Rafael, como es el caso de Albufeira. Esta ciudad uno de los centros turísticos más importantes del Algarve y está a poca distancia en coche. Cuenta con una rica oferta turística que brinda una amplia gama de alojamientos, restaurantes y actividades para quienes deseen explorar más allá de la costa, lo que hace de ella un destino que no te puedes perder en la región.
Cómo llegar
Desde Faro el viaje es de alrededor de 45 minutos por la carretera A22. Por su parte, desde Huelva el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 35 minutos por la misma carretera (hay peajes).