Ubicado en el corazón de los Cotswolds, Castle Combe ha sido aclamado durante años como “el pueblo más bonito de Inglaterra”. A poco más de 20 kilómetros de la histórica ciudad de Bath, este pequeño rincón parece suspendido en el tiempo, con sus casas de piedra caliza color miel, tejados de pizarra y un ambiente de ensueño que atrae a visitantes desde hace siglos.
La historia de Castle Combe se remonta a tiempos romanos, cuando su posición estratégica lo convirtió en un asentamiento militar. Durante la Edad Media, el pueblo floreció gracias a la industria de la lana, siendo un centro de producción que abastecía a la región. Hoy sus principales atractivos son su bien conservada arquitectura medieval y su atmósfera única.
Esta pequeña localidad, de 350 habitantes, es famosa no sólo por su belleza, sino también por su relevancia en el cine. Producciones como Doctor Dolitte (1966), War Horse (2011) y Downton Abbey (2010-2022) han elegido este enclave como escenario para sus tramas. Lo que subraya su capacidad para transportarnos a épocas pasadas sin esfuerzo alguno.
La espectacular iglesia medieval de San Andrés
Con detalles de la bandera británica y de la propia reina, la iglesia medieval de San Andrés es junto al Market Cross, uno de los principales reclamos turísticos de la localidad. Este templo religioso, que fue construido en el siglo XIII, es el hogar del Castle Combe Clock, uno de los pocos relojes medievales del Reino Unido que aún funcionan. En el corazón de la localidad, en la intersección de sus tres principales calles, se encuentra la Cruz del Mercado, un monumento que data del siglo XIV y que fue erigido cuando al pueblo se le concedió el derecho a celebrar un mercado semanal. Este símbolo destaca la relevancia de la industria textil en la economía local de la época y hoy en día es un sitio protegido que añade encanto al lugar.
La tradición del té a las cinco
A pesar de su tamaño reducido, Castle Combe cuenta con el lujoso hotel Manor House, donde los visitantes pueden disfrutar de una experiencia gastronómica de alto nivel en el restaurante Bybrook, galardonado con una estrella Michelin. Aquí, la tradición del té de las 17:00 se convierte en un auténtico ritual inglés, acompañado de scones y otras delicias caseras.
El entorno de esta villa es igual de cautivadora que su riqueza arquitectónica. Los verdes prados y colinas que lo rodean invitan a paseos relajantes, mientras que la cercanía a lugares históricos como Stonehenge o Avebury hace de este pueblo un excelente punto de partida para explorar la campiña inglesa.
Quienes decidan hospedarse en alguna de las acogedoras cabañas disponibles para alquilar descubrirán un ritmo de vida donde la confianza y la hospitalidad son la norma. Los vecinos suelen dejar tarros de miel o mermelada casera a las puertas de las casas, con un simple cartel que indica el precio, confiando en la honestidad del viajero.
Cómo llegar
Para llegar a Castle Combe desde Londres en coche, habrá que circular por la M4 durante dos horas y 33 minutos.