El turismo a lugares trepidantes y llenos de aventuras cada vez es más frecuente en todo el planeta. La búsqueda de parajes naturales únicos que ver e inmortalizar con las cámaras y teléfonos se sitúa como uno de los elementos más solicitados en la actualidad. Países ricos en zonas vegetales cuidadas, playas vírgenes o zonas montañosas con relieves asombrosos se han beneficiado de lo bueno y de lo malo de la llegada de miles de personas llegadas de otros lugares. Este es el caso de Saklikent Gorge, una ciudad perdida con características únicas que la hacen triunfar como zona turística.
Su localización se encuentra en la zona suroeste de Turquía, cerca de la conocida como “Costa Turquesa”, una región muy solicitada entre los viajeros por su belleza y buenas playas mediterráneas. Allí, son muchos los que deciden quedarse cerca del mar y dejan atrás la idea de adentrarse un poco más en el terreno, por lo que se pierden una visita casi obligada de la región: Saklikent.
El desfiladero más grande de Turquía
Aquellos que sí deciden desplazarse a una hora de la costa hacia el interior, aproximadamente, podrán ser testigos de un lugar lleno de magia y de naturaleza en estado puro. La conocida como “ciudad perdida” posee un largo desfiladero de 18 kilómetros de longitud rodeado de paredes que alcanzan los 300 metros de altura.
Además, de esa zona montañosa emergen aguas de un río helado. Así, en estaciones más calurosas son muchos los que aprovechan en las zonas más bajas del lugar para darse fríos baños y paliar por momentos los efectos de las altas temperaturas. Sin embargo, a pesar de su gran belleza y distinción de otros espacios, los visitantes no suelen permanecer allí durante mucho tiempo.
Excursión para sentir la adrenalina
Más allá de sus parajes bellos y tranquilos, sus características geográficas también le hacen ser un atractivo para aquellos que quieran soltar tensiones y vivir aventuras de riesgo. No obstante, estas actividades están recomendadas para personas que tengan cierta experiencia previa por el riesgo que supone pisar terrenos que no son para todo el mundo.
De esta forma, las recomendaciones establecen que la longitud a caminar y visitar de forma segura comprende entre los 500 metros y el kilómetro. Así, aquellos que recorran más de esa cifra y sin guía ya están con un riesgo de sufrir algún percance peligroso para su integridad física. Más allá de tener que portar casco obligatorio en todo momento por la posibilidad de desprendimientos, existe el peligro de encontrarse con profundidades inesperadas en zonas por las que el río se acumula.
Otra de las actividades, ya más segura, pero con una descarga de adrenalina muy alta, es la posibilidad de hacer rafting por el río. De esta forma pasarás de 30 a 40 minutos de aventuras con vistas hacia la bella naturaleza presente en este ecosistema turco. Por último, también se deja la sugerencia de visitar las antiguas ruinas de Tlos, que aunque se encuentran todavía más metidas en el interior del país, supondrán una experiencia extra de historia y arquitectura.