El pueblo de Francia que es el reflejo de la barbarie nazi: arrasado en la Segunda Guerra Mundial y ahora Monumento Nacional

Sus calles y casas destruidas son testimonio de uno de los acontecimientos más crueles de la historia de la humanidad

Guardar

Nuevo

Oradour-sur-Glane, en Francia. (Shutterstock España)
Oradour-sur-Glane, en Francia. (Shutterstock España)

El 10 de junio de 1944, tan solo cuatro días después del desembarco de Normandía, un pequeño pueblo de Francia vivió uno de los acontecimientos más crueles y violentos de la historia. A poco más de 20 kilómetros de Limoges, el pueblo de Oradour-sur-Glane fue masacrado y arrasado por las tropas nazis, que acabaron con la vida de cientos de personas y convirtieron la localidad en solo ceniza y polvo. La brutalidad del ataque ha quedado congelada hasta nuestros días en forma de escombros, casas en ruinas, coches incendiados y un paisaje desolador que refleja la barbarie del nazismo.

Conocido como el ‘pueblo mártir’, Oradour-sur-Glane se ha convertido en un memorial donde el viajero puede recordar y conocer su terrible historia. Esto se debe a que, tras la finalización de la guerra en 1945, el general Charles de Gaulle ordenó que no se reconstruyera “para que nunca más se produzca una desgracia semejante”. Así, tan solo un año después se convirtió en Monumento Nacional y en un testimonio del horror vivido.

Una masacre sin escrúpulos

En el verano de 1944, Francia estaba ocupada por las fuerzas nazis y la Resistencia francesa comenzaba a ganar fuerza, sobre todo tras el desembarco de los aliados en Normandía el 6 de junio de ese año. Las tropas alemanas, particularmente las divisiones de la Waffen-SS, se encontraban en una situación de gran presión mientras intentaban contener el avance aliado y, a la vez, enfrentar las acciones de la Resistencia en distintos puntos del país.

Oradour-sur-Glane, en Francia. (Shutterstock España)
Oradour-sur-Glane, en Francia. (Shutterstock España)

La división Waffen-SS Das Reich, al mando del general Heinz Lammerding, se encontraba desplazándose hacia el frente de Normandía cuando recibió informes de que los partisanos franceses habían estado activos en la región de Limoges. Se presume que, como represalia, la unidad decidió actuar con violencia extrema en la zona. El 10 de junio de 1944, soldados de la división Das Reich ingresaron al pueblo de Oradour-sur-Glane, que en ese momento contaba con unos 650 habitantes.

Bajo el pretexto de realizar un control de identidad y buscar armas ocultas, los soldados reunieron a todos los habitantes en la plaza central. Hombres, mujeres y niños fueron obligados a dejar sus hogares y negocios, sin tener claro lo que sucedía. Los hombres fueron llevados a distintos graneros y cobertizos en los alrededores del pueblo, mientras que las mujeres y los niños fueron conducidos a la iglesia.

Lo que siguió fue un ataque brutal: los soldados nazis abrieron fuego contra los hombres, y posteriormente incendiaron los graneros en los que se encontraban. En la iglesia, los soldados colocaron explosivos y dispararon contra las mujeres y los niños antes de prender fuego al edificio. El resultado fue el asesinato de 642 personas y un pueblo sumido en la destrucción y en la crueldad.

Visita Oradour-sur-Glane

Oradour-sur-Glane, en Francia. (Shutterstock España)
Oradour-sur-Glane, en Francia. (Shutterstock España)

Actualmente, Oradour-sur-Glane se ha convertido en una ventana a un pasado todavía muy latente en la que el viajero puede experimentar de primera mano el terror vivido a través de sus calles destruidas. Desde su portal web, recomiendan empezar la visita en el Centre de la mémoire, un espacio inaugurado en 1999 que “permite comprender las circunstancias de estos eventos y así preservar el mensaje de memoria y paz. Su recorrido contextualiza la historia de la Segunda Guerra Mundial a partir de 1933, a través de una presentación de relatos, testimonios, documentos de época y exposiciones temporales”, detallan.

La localidad de Belchite refleja el sufrimiento y la supervivencia de la Guerra Civil

El pueblo se abrió al público con el objetivo de “testificar, informar y hacer pensar. Es un alegato por la paz entre los pueblos”, explica la web. Así, permite la entrada de visitantes todos los días de la semana, aunque el horario depende de la época del año, quedando de la siguiente forma:

  • Del 15 de enero al 28 de febrero y del 1 de noviembre al 15 de diciembre. De 9:00 h a 16:00 h.
  • Del 1 de marzo al 15 de mayo y del 16 de septiembre al 31 de octubre. De 9:00 h a 17:00 h.
  • Del 16 de mayo al 15 de septiembre. De 9:00 h a 18:00 h.

Por su parte, el precio es de 7,80 €, mientras que la reducida es de 5,20 euros. Para ello se necesita presentar los documentos que acrediten la pertenencia a uno de los grupos a los que pertenece esta tarifa. Asimismo, también se puede optar por el pack familiar, el cual incluye a dos adultos y dos niños y tiene un coste de 22 €.

Guardar

Nuevo