Cataluña es una región que destaca por su combinación única de historia, cultura y paisajes, ofreciendo una experiencia inolvidable a quienes la visitan. Desde las playas de la Costa Brava hasta los Pirineos, pasando por la vibrante ciudad de Barcelona, Cataluña es conocida por su rica herencia arquitectónica, con obras icónicas como la Sagrada Familia y los monasterios medievales, y por su tradición culinaria que fusiona ingredientes del mar y la montaña.
Además de su fuerte identidad cultural, que se expresa en festivales, celebraciones y la lengua catalana, la región es un destino que cautiva tanto por su dinamismo urbano como por sus escenarios naturales. Sin embargo, no cuenta con un gran conjunto de espacios verdes distribuidos por sus principales ciudades. De todos ellos, el más conocido es el Park Güell, pero a lo largo de su territorio se pueden encontrar otros igual de cautivadores.
Este es el caso del parque de La Devesa de Girona, un pulmón verde que ostenta el título de ser el mayor de toda Cataluña. Todo ello gracias a sus más de 40 hectáreas y 2.500 árboles, de los cuales algunos son centenarios. De este modo, gracias a todos sus encantos se alza como el principal espacio verde de la ciudad de Girona y un lugar ideal para relajarse y disfrutar de la naturaleza.
Una centenaria historia
Situado al oeste del casco histórico de Girona, La Devesa se extiende en la confluencia de los ríos Ter, Güell y Oñar, configurando un espacio natural singular en la región, caracterizado también por ser una de las zonas con mayor humedad. El parque no solo destaca por su tamaño, su frondosa vegetación y su intensa actividad, sino también por su relevancia histórica. En 1423, la reina María Victoria cedió estos terrenos a la ciudad para que funcionaran como protección frente a las inundaciones y como fuente de ingresos.
Sin embargo, fue en 1859 cuando, bajo la dirección del arquitecto Martín Sureda Ardèvol, La Devesa comenzó a tomar la forma del parque público que conocemos hoy, con la plantación de los plátanos que se han convertido en su símbolo. Igualmente, a lo largo del siglo XX, La Devesa se consolidó como un centro social clave, siendo escenario de festividades, desfiles y eventos deportivos que integraron el parque en la vida cotidiana de los habitantes de Girona. Sin embargo, con el tiempo, las barreras naturales y artificiales fueron separando el parque del resto de la ciudad, lo que contribuyó a una disminución de su popularidad.
Un mercadillo, instalaciones deportivas y un entorno único
A pesar de ello, a día de hoy constituye uno de los espacios más singulares de Cataluña. Así, se pueden apreciar unas imponentes avenidas arboladas, con largas filas de plátanos que alcanzan alturas de hasta 60 metros, creando un entorno casi mágico que atrae tanto a locales como a turistas. Estos árboles, plantados en su mayoría a mediados del siglo XIX, han crecido de forma vertical debido a su proximidad, formando un dosel que proporciona sombra y frescura a quienes pasean por sus senderos.
Gracias a estos caminos que se abren entre los árboles y a la frescura que ofrecen, el parque se convierte en escenario de algunos de los eventos más populares de la ciudad. Aquí se instala el mercado ambulante de Girona, uno de los más antiguos y concurridos de la ciudad, y las tradicionales fiestas de Sant Narcís, conocidas como las Barraques de Girona, encuentran en La Devesa el lugar perfecto para conciertos, puestos de comida y atracciones infantiles.
Pero esto no es todo, pues cuenta también con instalaciones de gran valor social y cultural como es el recinto ferial de Girona, el Auditorio Palacio de Congresos, instalaciones deportivas y la Sociedad Hípica de Girona. Además, acoge también numerosas áreas de recreo como piscinas, parques infantiles y pistas deportivas, convirtiéndose en un lugar ideal para disfrutar en cualquier época del año.