Situada en el corazón de Portugal, la Serra da Estrela se alza como uno de los enclaves naturales más emblemáticos del país. Este espacio, declarado parque natural, sorprende al viajero con sus parajes de ensueño donde las montañas y los ríos son los principales protagonistas. A esto hay que sumar los pequeños pueblos que salpican cada rincón y que reflejan la tradición y las costumbres de esta región. Además, desde muchos de ellos parten rutas y caminos que descubren los secretos mejor guardados de este paraíso.
Así, entre sus infinitas maravillas destaca la imponente escultura de la Virgen de Nossa Senhora da Boa Estrela, Nuestra Señora de la Buena Estrella en castellano, la cual constituye uno de los monumentos pétreos más singulares del mundo. Esta imagen se encuentra excavada en la roca y representa uno de los mayores puntos de devoción y peregrinación del país. Pero esto no es todo, pues se localiza en el pico más alto del Portugal continental, en la cima conocida como Torre.
La iniciativa de un sacerdote
Enclavada en Covão do Boi, en el camino hacia el punto más alto de la Serra da Estrela, se encuentra la imponente escultura de Nossa Senhora da Boa Estrela, una obra que forma parte del paisaje montañoso de Portugal desde 1946. Esta figura, de aproximadamente siete metros de altura, fue tallada directamente en la roca por el escultor António Duarte, un reconocido artista portugués. Sin embargo, la iniciativa surgió gracias a la visión de un párroco local, que vio en este proyecto una oportunidad para conectar la espiritualidad con la naturaleza de la región.
La elección del emplazamiento no fue casual. El párroco observó el constante flujo de personas que visitaban la Serra da Estrela, atraídas por la belleza de la montaña y, especialmente, por su cumbre, conocida como la Torre, el punto más alto de Portugal continental. Ante esta afluencia, el sacerdote propuso crear un espacio de devoción y contemplación en pleno corazón de la montaña.
La imagen de la Virgen, esculpida en la propia roca, se convirtió rápidamente en un símbolo de protección para los pastores y caminantes que recorren estas tierras debido a sus duras condiciones climáticas. De hecho, es considerada la patrona de los pastores en Portugal. Así, este monumento no solo representa una obra de arte de gran valor, sino que también tiene un profundo significado religioso y cultural. Ubicada en un entorno agreste, la imagen de la Virgen parece surgir de la misma montaña, evocando una conexión entre lo divino y lo terrenal.
La fiesta de la Virgen y recomendaciones
Cabe destacar que cada año, el segundo domingo de agosto, se celebra una fiesta y romería en honor a la Virgen. Este evento religioso congrega a fieles de toda la región y atrae a turistas que desean participar en la misa al aire libre, celebrada en el altar natural dedicado a Nossa Senhora da Boa Estrela. La ceremonia, que tiene lugar en un entorno de gran belleza, se ha convertido en un punto de encuentro tanto espiritual como comunitario.
Durante la celebración, es habitual que los asistentes depositen flores en una sencilla cruz de madera, obra del artesano Manuel Figueiredo. Sin embargo, esta fiesta va más allá de lo estrictamente religioso. Es un momento en el que los habitantes de la región se reúnen, reavivan tradiciones ancestrales y refuerzan los lazos culturales que han perdurado a lo largo del tiempo.
Por otro lado, cabe destacar que si se desea visitar este increíble enclave se debe tener en cuenta ciertos aspectos. Se puede conocer durante todo el año, aunque debido a las condiciones invernales donde prima la nieve y el hielo, la mejor época para visitar la Virgen es durante la primavera y el otoño. Además, su acceso es bastante sencillo, pues se encuentra a unos dos kilómetros de la cima de la Torre y próximo a una pequeña señal de estacionamiento, donde se puede dejar el vehículo.
Cómo llegar
Desde Coimbra, el viaje es de alrededor de 2 horas por la carretera IC6. Por su parte, desde Castelo Branco el trayecto tiene una duración de 1 hora y 10 minutos por la vía A23 (hay peajes).