La impresionante isla española sin habitantes a la que se puede ir andando por una pasarela cuando baja la marea

Este islote atesora un rico patrimonio histórico y cultural en forma de yacimientos arqueológicos y antiguas fortificaciones

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Isla de Garraitz, en Lekeitio,
Isla de Garraitz, en Lekeitio, Vizcaya (Shutterstock España)

En la costa de Vizcaya, sobre las laderas de los montes Otoio y Lumentza, se halla uno de los pueblos más pintorescos del País Vasco: Lekeitio. Esta villa esconde una gran tradición pesquera que se traduce en su arquitectura y maravilloso casco antiguo, donde se pueden contemplar monumentos de gran relevancia como es la basílica de la Asunción de Santa María, o los diferentes palacios que inundan las calles, como son el de Uriarte o Oxangoiti. Sin embargo, si por algo destaca esta villa es por su paisaje costero, el cual muestra uno de los rincones más singulares del País Vasco.

En este sentido, en el centro de la bahía de Lekeitio, se alza la isla de Garraitz o San Nicolás, un pequeño islote que se ha convertido en un referente cultural y natural de la costa vasca. A pesar de su pequeño tamaño, de aproximadamente 6,50 hectáreas, la isla ha desempeñado numerosos roles a lo largo de los siglos: civil, religioso y militar. De hecho, fue reconocida en el año 2019 como Parque Arqueológico por el Gobierno Vasco. A su vez, su enclave único y al no estar habitada hacen de la isla un magnífico lugar para la conservación de una flora y fauna asociada al medio litoral.

Una ermita y un convento

La isla de San Nicolás guarda vestigios de una extensa historia vinculada a usos religiosos, militares y civiles. En la actualidad, a estos usos se suma una dimensión científica y divulgativa a través de visitas culturales y actividades de observación de la naturaleza. Así, los restos históricos presentes en la isla se dividen en dos áreas principales: la religiosa y la militar, mientras que la función civil la desempeñó al servir como lazareto durante epidemias como la peste negra, actuando como espacio de aislamiento para la población enferma.

El área religiosa de la isla contiene un yacimiento arqueológico que abarca un amplio período cronológico, desde el siglo XIV hasta el XIX. Las primeras referencias a una ocupación humana en Garraitz mencionan la existencia de una ermita custodiada por las “seroras”, mujeres encargadas tanto de las funciones religiosas como administrativas, a partir del siglo XV. En 1617, se fundó un convento de frailes franciscanos en la isla, el cual fue abandonado hacia 1650. Estos vestigios revelan la importancia religiosa que tuvo Garraitz durante varios siglos, siendo un punto de referencia espiritual en la región.

La fortificación militar y el lazareto

Isla de Garraitz, en Lekeitio,
Isla de Garraitz, en Lekeitio, Vizcaya (Shutterstock España)

Por su parte, el uso militar de la isla está documentado desde el siglo XVI, cuando se iniciaron las primeras fortificaciones durante la guerra anglo-española. El área militar de Garraitz se divide en dos zonas: la unidad militar central, que incluye una fortaleza, y la unidad militar del norte, donde se encuentran los restos de un cuartel, un polvorín y una fortaleza superior. Estas estructuras se renovaban y adaptaban en cada conflicto bélico que afectaba a la región, como la guerra de sucesión española, la guerra de la convención, las guerras napoleónicas y las guerras carlistas.

Entre los vestigios que se conservan, destacan especialmente las baterías de cañones construidas en 1742 y las que fueron utilizadas durante las guerras carlistas. Cabe destacar también que entre los restos arqueológicos encontrados destaca un conjunto de unas 20 monedas con una cronología que abarca desde fines del siglo XIII hasta fines del XV y una pro­cedencia muy diversa (Reinos de Castilla y León, Portugal, Escocia o Francia o el Ducado de Braban­te entre otros).

“Analizadas por expertos numismáti­cos, se conoce su composición, su valor, su datación y su procedencia; se desconoce, sin embargo, cómo y por qué llegaron a la isla de Lekeitio”, explican desde la web de turismo. Además de sus funciones religiosas y militares, la isla también cumplió un papel civil fundamental como lazareto durante las épocas de epidemias. En estos periodos, la isla fue utilizada para aislar a las personas infectadas por enfermedades contagiosas, como la peste negra, evitando que las epidemias se propagaran entre la población del continente.

La ‘isla caminable’

Isla de Garraitz, en Lekeitio,
Isla de Garraitz, en Lekeitio, Vizcaya (Shutterstock España)

A día de hoy, la isla de San Nicolás es un lugar de gran atractivo turístico y científico. Aunque ya no cumple sus funciones originales, los visitantes pueden acceder a la isla durante la marea baja, cuando un camino de arena conecta el islote con la playa de Lekeitio. Este fenómeno natural, conocido como la isla caminable, es uno de los principales atractivos para quienes visitan la zona, que disfrutan tanto de las rutas históricas como de la observación de la fauna y flora local.

En términos de conservación, los esfuerzos por preservar los vestigios históricos y naturales de la isla han permitido que Garraitz sea también un lugar de interés para investigadores y científicos. Las actividades de divulgación cultural y científica permiten a los visitantes conocer más sobre la rica historia de la isla, al mismo tiempo que se fomenta la conservación de su entorno natural.

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